Entre sueños y pesadillas: Cuesta abajo en la rodada por Armando Martini Pietri
Entre sueños y pesadillas: Cuesta abajo en la rodada por Armando Martini Pietri

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Hace ya semanas que el espíritu del eterno Comandante Hugo Chávez anda realengo en busca de explicaciones y, aún más, de esperanzas. Itinerario más bien triste, porque quienes comprenden sus dolores de cabeza no lo entienden a él, y a quienes lo entienden o al menos están dispuestos a obedecerlo es él quien no los entiende.

Se le ocurre al Comandante bolivariano que alguien que no sólo debería comprenderlo y entenderlo a perfección sino compartir sus sueños de sacar a Venezuela de caminos y planes como quiso él como inspirador y guía de toda una revolución continental, debe ser quien logró en una potencia como Argentina salir de las profundidades heladas de las pampas sur abajo y escalar hasta la Casa Rosada, la casa de gobierno de ese gran país, hasta el balcón mismo de Evita Perón. 

Para los espíritus no hay distancias pero sí saltos, con sólo desearlo.

Con la incertidumbre de emerger en la hermosa ciudad de Río Gallegos, capital de la Provincia de Santa Cruz, ubicada en la desembocadura del río Gallegos; o visitar la maravillosa y sorprendente ciudad El Calafate, situada en la ribera meridional del lago Argentino, en la región de la Patagonia, a unos 80 km del estupendo glaciar Perito Moreno, el comandante supremo Hugo Chávez resuelve pasear por el territorio del reposo eterno.

Una noche entrado noviembre con clima frío, seco y promedio de temperatura de 14 grados centígrados comienza un encuentro entre -más que amigos- hermanos del alma. 

Cuando de la nada se oye: “Néstor ¿cómo estás hermano?” responde otra voz sorprendida: “Pibe sós vos, Hugo? ¿Cómo andás? ¡Qué sorpresa y qué gusto verte!» 

Luego del saludo y abrazo etéreo pero con la sensación de aprecio, fraternidad y cordialidad en el ambiente, Hugo en conversa informal manifiesta la gran preocupación que siente por las venideras elecciones tanto en Argentina como en Venezuela. 

Néstor le responde con la sublime prepotencia rioplatense: “no seas boludo, pibe, no hay nada de qué preocuparse, yo estoy en campaña a favor de Daniel Scioli. Y mí legado como el de vos, son la fuerza del pueblo.” 

 

Título de caja

 

El venezolano comandante responde: “es verdad allá en mi tierra bolivariana yo soy el símbolo de la campaña, mis discursos, mis pensamientos, mis fotos, mis giras, todo lo están utilizando…” interrumpe Kirchner: “es que comenta Cristina que Nicolás es copado, plomo y cabezón además le gusta versear y la dama es demasiado cheta.” Piensa y continua: “Menos mal que agarró consejo y la dejó estudiando inglés” Se ríe a carcajadas el argentino y concluye: “esa gauchada –según- la hizo Rafael, que también se encarga de la educación y preparación de la heredera consentida.” 

El comandante galáctico no quiere involucrarse mucho con detalles e insiste en el tema electoral del 22 de noviembre y razona: “Néstor, las encuestas previas daban ganador a Scioli por una amplia ventaja, e incluso algunas consideraban que ganaría en la primera vuelta. Sin embargo, el resultado final lo dio ganador por una diferencia mínima, 36,86% contra 34,33%. ¿Qué pasó? ¿Cómo lo analizas?» pregunta. E insiste Chávez, riguroso y preocupado, quizás pensando en la abigarrada y descontenta zona central de Venezuela, «¿cómo pueden tu gente y la camarada Cristina desplomarse así después de tantos años de peronismo?»

Néstor hace pausa y con tranquilidad responde: “bueno, Hugo, lo primero es que el peronismo fue dividido y la campaña mediática internacional imperial, oligárquica nos ha dado duro y hecho daño. Dicen muchas tonterías, difaman e injurian con impunidad. Ciertamente no poseemos una guerra económica pero sí tenemos unos cuantos medios de comunicación financiados por el imperio que curran y versean.” Toma un respiro y con paciencia sigue: “nosotros aprendimos mucho de la revolución y hemos puesto en práctica los consejos y recomendaciones que no dio la dama, y por eso en la tierra del tango adoptamos la estrategia de la campaña negativa, de insultos, de mentiras, de miedo, de terror e intimidación contra el adversario. Colocando la disputa en límites comprometidos. Igual que lo hacen ustedes. Pero Daniel Scioli será presidente contra viento y marea.”

Chávez sonríe nervioso -¿dudoso?- y exclama: “ya no estoy tan seguro que ganaremos las parlamentarias en Venezuela, la oposición no ha aprendido mucho pero con lo poco que han asimilado, nos tienen contra la pared, y encima Nicolás parece que no pega una».

Con esa sonrisa tan suya de nariz en progresión y ojos alegremente saltones responde rápido Kirchner, un tanto displicente, tranquilizador: “Pero no te preocupés, dejáte de pavadas, Hugo, que tampoco es tan malo políticamente oxigenarse, el peronismo también tuvo sus fracasos y sobrevivió. Al chavismo va a pasarle lo mismo, aunque no se discuta en esta oportunidad la presidencia ni el gobierno de Nicolás. Ya que lo dejaste en tu puesto, pero será victima de las luchas internas tanto del oficialismo como de la oposición, tendrán que lidiar y negociar para mantener la estabilidad política y si Nicolás se hunde es problema de él, no tuyo. Entendé, Hugo, lo que llegó para quedarse fue el chavismo, no esa pantalla y pesadilla del socialismo del siglo XXI.” 

Abogado, experimentado, Kirchner continúa pontificando: «En todo caso el futuro de nuestros países está en la voluntad popular que haremos respetar -aunque algunos se opongan-, y si en mi patria el pueblo comete el error de elegir a Mauricio Macri retrocedemos –al menos- 20 años, pero volveremos a recobrar el poder. El peronismo no se acaba y seguirá por siempre. Y en el caso de tu país, mi querido Hugo, si se pierden las elecciones parlamentarias tampoco pasará mayor cosa. La patria de Bolívar es pequeña y los enchufados, políticos y demás negociadores e intermediarios son los mismos, amigos y conocidos, es fácil ver hacia donde caminan.”

Chávez está ya con cara de tango de los más tristes, pero Kirchner, veterano, no se deja impresionar, no está aconsejando, está previendo: «¿Sabés cuál es la diferencia fundamental entre ustedes y nosotros? ¡Y ésa sí es tu culpa directa Hugo! Que sean cuales sean los problemas, nosotros siempre tuvimos producción para alimentar a los argentinos, date cuenta de que la comida fue siempre nuestra gran fuente de riqueza nacional y de ingresos internacionales y vos y los tuyos, en cambio, expropiaron y paralizaron la de ustedes, comandante; copiaste a los Castro, pibe, no a nosotros».

«Y te digo más», agrega Kirtchner sin perdonar, «nosotros tenemos industria y mercado para la producción, buena parte anticuada pero que funciona, lejos de la brasileña pero que busca sus mercados y por eso vale la pena echarle una mano; pero ¿cuál industria dejaron tú y tus milicos en Venezuela?»

«¿Cómo observas UNASUR, ALBA y CELAC?», pregunta el Comandante venezolano que se cansa de que su amigo lo regañe sobre lo interno, y contesta de inmediato el veterano abogado del frío Calafate, Néstor: “la verdad es que si pierde Cristina con Scioli seguramente genera un efecto dominó y caerá tu revolución en las parlamentarias y así sucesivamente. La veo muy mal, las percibo desmoronándose, el futuro lo observo oscuro, tenebroso y los gringos que no son salame, ¿viste?, al divisar agotamiento volverán a hostigar e importunar».

Los amigos se van a lo superficial a lo banal y comienzan a recordar: “¿Te acuerdas Néstor, cuando me dijiste que darías la orden a tus colaboradores de poner en práctica aquel proyecto ´Ponéle Néstor a todo´ a las calles, parques, autopistas, aeropuertos, piscinas, canchas deportivas, desarrollos de viviendas para el pueblo en fin…?” Suenan risotadas de Hugo: “Pues te copié, yo también lo hice y ahora hasta el Himno Nacional lo canto yo”. 

Néstor continua deliberando con la petulancia característica: “Hugo pibe como le hacemos falta a nuestro pueblo, amigos y camaradas están confundidos no saben qué hacer, nuestro talento y carisma son únicos aunque es falto de humildad decirlo, si no se aprovechan y nos nombran jefes de la campaña en Argentina y Venezuela ganarán los pelucones, burgueses, oligarcas y hasta los gringos si nos descuidamos.”

El eterno comandante se cansa, se fastidia y comienza a recordar las letras de los tangos famosos como: Mi buenos aires querido, Por una cabeza, Cambalache, Adiós muchachos, Esta noche me emborracho y Néstor responde con un patria patria patria querida… y remata con una desastrosa interpretación del «Alma Llanera».

Se detiene y murmura, apesadumbrado, «¿te acordás, Hugo, cuando Lula, Ortega, Evo, Correa, vos y yo íbamos a cambiar al mundo?» Y continua acongojado: “¡Parece que la cosa se jodio! Las ventoleras de cambio soplan como un huracán en Latinoamérica y no habrá amenaza ni demagogia ni intimidación capaz de contener un sentimiento que decidió sustituir lo que a todas luces no sirve.”

 

@ArmandoMartini