Felicidades al socialismo bolivariano: inflación de 200% es un logro
Felicidades al socialismo bolivariano: inflación de 200% es un logro

inflación venezuela

Tenemos que entender por qué la economía venezolana se encuentra en tales aprietos. Y no, no es porque el precio del petróleo está cayendo. Tampoco es porque el gobierno es de izquierdas, ni porque estuviera tratando de tomar un poco del dinero de los ricos y asegurarse de que los pobres tuviesen una vida mejor

Tim Wostall
para Forbes

(*) Traducción libre de Runrunes

No es quizás el tipo de cosas por las que normalmente felicitamos a las personas, como lograr arruinar tan enteramente una economía nacional y generar índices de inflación anual de  200%. Pero realmente debemos dar crédito a quien crédito merece. Es todo un logro administrar y seguir políticas económicas estúpidas así que, en el espíritu de ser lo más justos, felicitamos al socialismo bolivariano de Venezuela.

Vale la pena señalar, además, que la razón de este impresionante éxito no es porque en Venezuela sean un poco ala izquierda, ni porque hayan tratado de hacer la vida de los pobres un poco mejor. Es porque han ignorado la regla más importante a la hora de tratar de administrar una economía: han sido incapaces de entender que los mercados realmente funcionan.

Algo que todos tenemos que recordar en nuestros propios países, como varias personas nos advierten, es que tenemos que las fuerzas del mercado sobre el consumo de una u otra parte de nuestras propias economías. Hay maneras de lidiar con los efectos no deseados de las fuerzas del mercado, pero ignorarlos o tratar de abolirlos conduce a logros como el que el socialismo bolivariano de Venezuela está experimentando actualmente.

Aquí están las noticias de esa tasa de inflación:

Venezuela, que ya cuenta con la tasa de inflación más rápida del mundo, admitió en diciembre a través de un comunicado una inflación de 69%. La tasa podría duplicarse este año, a medida que el país se esfuerza por responder a la caída de los precios del petróleo.

«Podemos terminar este año con una inflación de cerca del 200%», dijo Alberto Ades, codirector de la firma de investigación económica mundial del Bank of America BAC + 1,53%, en una entrevista en Bloomberg Surveillance Friday. Además, pronosticó que la economía se contraerá 4%. «Venezuela está en una crisis grave.»

Tenemos que entender por qué la economía venezolana se encuentra en tales aprietos. Y no, no es porque el precio del petróleo está cayendo. Tampoco es porque el gobierno es de izquierdas, ni porque estuviera tratando de tomar un poco del dinero de los ricos y asegurarse de que los pobres tuviesen una vida mejor a la que han tenido. Es porque los métodos a través de los cuales pretendían lograr estas cosas eran simplemente los de un cerdo ignorante.

Y me temo que esto habla a otros muchos líderes de izquierda, no solo a los socialistas bolivarianos. Un posible primer ministro, Ed Miliband, en mi Reino Unido nativa está marchando alrededor mientras grita sobre la «redistribución» y cómo se van a fijar los precios de la energía, que es el precisamente el error que la Venezuela bajo Chávez y Maduro cometió. Y, también, el error que los nórdicos igualmente de izquierdas no han cometido.

El punto es que los mercados y los precios en ellos, están lejos de ser sólo algunos números aleatorios que los plutócratas asignan a las cosas con el fin de despojar a los pobres de sus ingresos. Son señales de realidad: las señales de quien está dispuesto a producir qué, y por cuánto dinero, y cuántas personas en realidad quieren esas cosas a ese costo? En realidad es cómo coordinamos la producción y el consumo. Desde hace tiempo se ha demostrado que no tenemos ningún otro método eficaz de dicha coordinación (El Nobel de Hayek fue en gran parte por esto, aunque ha habido otras pruebas desde ese entonces) así que, los mercados y los precios son todo lo que nos queda.

Sin embargo, hay un muy terrible y triste vestigio del socialismo temprano que insiste en que la planificación hará mejor que los mercados. Y esto tiene sus raíces en los malentendidos e interpretaciones de Karl Marx sobre los mercados y los precios, aunque que continúa siendo una influencia perniciosa.

Debido a que los precios que hacen este trabajo de coordinación por nosotros, no podemos ir por ahí fijándolos al azar. Si los ponemos por encima de los precios de mercado, como lo hizo la Unión Europea con la comida, entonces nos encontramos con un exceso de oferta masiva, montañas de mantequilla y lagos de vino. Como pasó en Europa cuando hicieron eso. Si establecemos precios inferiores a los del mercado entonces la gente simplemente no va a producir lo que la gente quiere. Por lo tanto nos encontramos con estantes vacíos y carencias, como sucede en Venezuela con casi de todo. Y piensa lo mucho que tienes que meter la pata para provocar la escasez de algo tan simple como el papel higiénico, que es algo que han «controlado».

Si realmente quiere hacer esa «redistribución» entonces usted realmente tiene que salir y hacer algo de redistribución. Tomar dinero de un grupo de personas (que podríamos llamar «impuesto») y luego darle a algún otro grupo de personas (lo llaman «asistencia social»). Esto es lo que hacen los países nórdicos, que reducen la desigualdad significativamente al hacerlo y lo logran sin generar hiperinflación ni escasez de nada. Porque, aparte de impuestos y redistribución, no hacen nada para arruinar los mercados ni precios.

Y eso, por supuesto, es lo que Venezuela debería haber hecho. Tomar, tal vez, parte de esos ingresos provenientes de la venta de petróleo y dárselo a los pobres. Hubiera funcionado mucho mejor en la reducción de la pobreza de lo que hicieron y no habría creado una inflación de 200%.

En cuanto a nuestros propios países, estoy observando de cerca los planes de Miliband para el Reino Unido con un poco de aprensión. Debido a que se ha dado cuenta expresamente de que no va a ser capaz de aumentar mucho los impuestos, y por lo tanto no va a ser capaz de efectuar un mecanismo sensible de redistribución. Por lo tanto, está evaluando otras políticas, los predistribución, los precios fijos. Ya sabes, los que sabemos que no funcionan? La época de elecciones es tal alegría, ¿no es así?