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Comisiones inservibles por Luis Izquiel

Luisana Solano
09/11/2014

pnb

 

A Napoleón Bonaparte se le atribuye la siguiente sentencia: “si quieres solucionar un problema, nombra un responsable; si quieres que el problema perdure, crea una comisión”. Estas palabras del pequeño gran corso resultan pertinentes al analizar los posibles alcances de la nueva Comisión para la Transformación de los Cuerpos Policiales nombrada recientemente por Nicolás Maduro. En los últimos 15 años este tipo de comisiones en Venezuela solo han servido para correr la arruga, sin producir resultados concretos.

En 1999 se creó una Comisión de Emergencia Judicial que supuestamente le iba a poner coto a problemas como la corrupción y el retardo procesal en el sistema de justicia, pero hoy los vicios del Poder Judicial son peores que los de entonces. En 2006 se constituyó la Comisión Nacional para la Reforma Policial (CONAREPOL), cuyo trabajo fue engavetado por el entonces ministro de Interior y Justicia, el inefable Pedro Carreño (una de las principales sugerencias de esta comisión fue la desmilitarización de las tareas policiales, algo que ha sido completamente incumplido). En 2011 se juramentó a la Comisión Presidencial para el Desarme, cuyos resultados tampoco se han visto reflejados en la realidad, ya que la Ley Desarme es letra muerta y hoy la delincuencia parece mejor armada que nunca.

En materia policial se creó en 2009 la Policía Nacional Bolivariana, la cual se vendió como la gran panacea para el problema policial. Cinco años después este cuerpo de seguridad presenta los mismos o peores vicios que el resto de las policías (esta semana dos agentes de la Policía Nacional fueron detenidos cuando intentaron asaltar a un compañero en la Avenida Río de Janeiro). Luego se fundó la Universidad de la Seguridad, la cual supuestamente iba a significar una transformación de los cuerpos policiales del país. Puro cuento.

Quien fue designado para presidir la nueva comisión policial, Freddy Bernal, no parece la persona más idónea para esas funciones. Mientras estuvo al frente de la Alcaldía de Libertador, la Policía de Caracas no fue precisamente un modelo de cuerpo de seguridad.

La depuración y transformación de los cuerpos de seguridad del Estado, es un clamor nacional. Hoy los venezolanos no contamos con órganos policiales que brinden confianza (en otras oportunidades hemos citado la encuesta Gallup, realizada en varios países del mundo, la cual arrojó que el 74% de la población venezolana siente temor o desconfianza hacia los policías). El problema está en que quienes tienen casi 16 años en el poder, no tienen ya ninguna credibilidad para llevar adelante esta reforma necesaria.

La politización es uno de los aspectos que mayor daño le ha causado a los cuerpos policiales del país. Los intereses partidistas no deben penetrar la función policial. Por eso lo ideal es que los puntos relativos a la imprescindible reforma de los órganos de seguridad, sean diseñados y ejecutados como políticas de Estado, es decir, iniciativas apoyadas por todos los sectores de la vida nacional. En el marco del reciente diálogo nacional, la Mesa de la Unidad Democrática, le hizo entrega al Vicepresidente de la República de una serie de propuestas relativas a la seguridad ciudadana, dentro de las cuales destacaban varias referentes a la transformación de los cuerpos policiales. Este documento nunca tuvo respuesta.

Venezuela necesita una perentoria transformación de los cuerpos policiales. De lo contrario, nunca tendremos seguridad ciudadana. Basta de inservibles comisiones burocráticas que nunca llegan a nada. Ya todos los diagnósticos están hechos. Solo falta la voluntad política de los que deben ejecutar las medidas correspondientes.

@luisizquiel

Una base de datos de mujeres y personas no binarias con la que buscamos reolver el problema: la falta de diversidad de género en la vocería y fuentes autorizadas en los contenidos periodísticos.

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