La iguana se mudó de Corpoelec por V.J. Los Arcos Ayape
Durante los últimos días, los publicistas de Nicolás Maduro Moros vinieron diciendo que ayer, Lunes, se decretaría la nueva política automotriz venezolana. Se montó una cadena de medios, Maduro insultó a todo el mundo y, a la postre, después de “haber cogido palco” en medios nacionales e internacionales, dijo que el decreto no estaba listo sino hoy, Martes.
Así es Maduro; así son, en general; mezcla perfecta de mentira, propaganda, censura e improvisación.
Presumiblemente, hoy, Martes, se conocerá la “nueva política automotriz” que, por fuerza, será primitiva, porque no da para más. Nunca como hoy podrá hablarse con más propiedad de una política montada sobre el CKD (completely knocked down) y es porque, efectivamente, la industria local suplidora de partes y accesorios, que en su momento llegó a representar un porcentaje interesante del producto final, está completely knocked down, arruinada, en la lona , KO, kaput.
Y lo peor es que los “capitalistas desalmados” que vieron arruinados sus negocios de manufactura no se verán precisamente entusiasmados a volver a invertir en un ambiente jurídico que lleva sobre sus espaldas millares de expropiaciones con un infinitesimal índice de indemnización.
Así es que, si el régimen castrochavista tuviese realmente la intención de resucitar el parque industrial automotor venezolano, a lo que Jorge Antonio Giordani Centeno se opone, habría que pactar la materia cambiaria con las transnacionales automovilísticas una política de “sobresalto cero”.
Política de “sobresalto cero” es la que está pactando Rafael Darío Ramírez Carreño con las transnacionales del petróleo, a las que necesita tanto en la Costa Oriental del Lago de Maracaibocomo en la Faja Petrolífera del Orinoco: como no hay divisas propias, que las petroleras vengan, sin sobresaltos cambiarios. Ramírez les anticipa que “el dólar a Bs 6,30 es insostenible” y debe esperarse una nueva devaluación. Mientras puedan planificar el riesgo, a las petroleras les da igual.
Y piense lo que piense Giordani, así será con la industria petrolera, la automotriz, la agroindustria, la agricultura,.. siempre será lo que disponga el “zar de las divisas”.
Consideraciones aparte de que Goldman Sachs termine su asesoría con el resultado que se preconiza u otro; que se consiga un millardito que otro por allí,… a Ramírez no le queda sino una balanza simple: a menor producción nacional, tasa cambiaria más alta… así hasta llegar a un punto de equilibrio que nadie sabe cuál es ni dónde está.
En el fiel de la balanza, disponibilidades de divisas y oportunidades de comercio exterior, pero las perspectivas de una administración prudente de ambos elementos no pueden ser peores.
En cuanto a divisas, a Maduro no se le ocurrió nada mejor antes de terminar la abusiva cadena de medios que anunciar a los integrantes de una comisión que investigará las actuaciones de laComisión de Administración de Divisas (Cadivi) y el extinto Sistema de Transacciones con Títulos en Moneda Extranjera (SITME). Ni uno solo de sus integrantes estuvo alejado durante los últimos años a distancia suficiente como para no oler la podredumbre sin llevarse el pañuelo a la nariz.
¿Qué se puede esperar de una comisión cuyos integrantes “se hicieron los locos”, si es que no los adversaron, a los señalamientos de Giordani y Edmée Betancourt sobre US$ 25 millardos corruptamente otorgados a empresas de maletín? ¿Qué se puede esperar más allá de un saldo de cuentas con el teniente Diosdado Rondón Cabello, a quien se quiere sacar de la turbulenta y mafiosa rebatiña de las divisas?
En cuanto a comercio exterior, desde que el 21 de Noviembre anunció su creación en la depauperada Costa Oriental del Lago de Maracaibo, hasta hoy, Maduro ha venido refiriéndose a la creación de dos entes, que fieles al principio del nominalismo populista y del soplar-y-hacer-botellas, racionalizaría las importaciones y convertiría a Venezuela en una “potencia exportadora”.
Se trata del Centro Nacional de Comercio Exterior y Corporación Venezolana de Comercio Exterior, dos inspiraciones de mala muerte de las grandes (y fracasadas) corporaciones soviéticas de “comercio socialista”.
La Gaceta Oficial No. 40.305 del 29 de Noviembre de 2013 trae los nombramientos de los directorios de ambas corporaciones.
El vuelo rasante en Corpoex se detiene en que, además de la acumulación de cargos, presidente y director ejecutivo, Giuseppe Angelo Carmelo Yoffreda Yorio, fue comandante general de la Aviación Militar Bolivariana; quizás no sepa “cortar” una guía aérea, pero no importa, porque los méritos aterrizan por otros lados; la “revolución” es así.
En cuanto al otro organismo, se encarga de la presidencia a monsieur Alejandro Antonio Fleming Cabrera, menos conocido como ministro de Comercio que como exministro talibán de Turismo; como vicepresidente, José Salamat Khan Fernández, presidente de un ente que será investigado por una comisión especial nombrada ayer mismo, por no andar preguntando sobre traiciones sindicales en Guayana.
Pero hay un pequeño detalle que revela la gran improvisación que es marca de agua del régimen; los nombramientos se hacen para un “Centro de Comercio Exterior”, cuando su nombre correcto es Centro NACIONAL de Comercio Exterior.
La iguana se mudó de las vigiladísimas instalaciones de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) a la Procuraduría General de la República. (VJLA-Sigla)