Negociando con Bashar por Luis De Lion

Al momento de escribir éste artículo, habían comenzado el jueves pasado en Ginebra, las discusiones entre el jefe de la diplomacia estadounidense John Kerry y su homólogo ruso Sergueï Lavrov. El tema crucial es Siria y de entrada ambas partes mostraron sus profundas divergencias. Las negociaciones tenían previsto una duración de dos días y el tema era sobre las condiciones para neutralizar el arsenal de armas químicas sirias, algo que se perfila muy difícil.
En principio porque, Rusia insiste en que se dejen de lado las amenazas de un ataque militar a Siria. Washington y París, por su parte aspiran mantener la presión sobre el régimen de Bashar, para que de esa manera éste respete sus compromisos sobre las armas químicas.
Un primer paso por parte de Damasco, se acaba de oficializar ante la ONU, luego de 20 años de rechazo, Siria ha finalmente decidido adherirse a la Convención 1993 sobre la prohibición de armas químicas.
Mantener la presión. “Las declaraciones del régimen sirio no son suficientes” señaló John Kerry desde Ginebra apenas comenzaron las discusiones y aseguró que su país “mantendrá la presión sobre el régimen sirio” De igual forma el jefe de la diplomacia estadounidense mostraba un escepticismo muy poco diplomático al decirle a su homólogo ruso: “¿quiere usted que yo crea en su palabra?…” y luego en un tono más conciliador, pero comprometedor le dijo a Lavrov “juntos vamos a poner a prueba la capacidad del régimen sirio a mantener sus promesas”
Bashar Al-Assad, sin duda buscará interferir en las negociaciones. Cuidadoso de no dejarse imponer condiciones y fechas por la comunidad internacional, el dictador sirio expuso sus condiciones a través de una entrevista que otorgó al canal ruso Rossia 24. Aceptando colocar sus armas químicas bajo control internacional, a condición que cesen las amenazas estadounidenses, Bashar, exige que Moscú siga siendo el interlocutor principal en las negociaciones y el acuerdo que se logre solo se aplicaría treinta días más tarde. Un plazo al que sin duda Kerry se opondrá.
Mientras tanto, la ONU acusó recepción de la solicitud de Damasco de adherirse a la Convención sobre prohibición de armas químicas, al tiempo que Ban Ki-Moon, éste viernes acusó a Bashar de haber cometido “numerosos crímenes contra la humanidad”. Todo lo antes señalado nos sirve para recordar que el régimen de Bashar si bien no ha perdido a todos sus aliados, hace rato perdió toda medida, toda consideración y parece no tener límites.
Huir hacia delante es una práctica recurrente en el régimen del sátrapa sirio, táctica ésta que coloca una vez más a la comunidad internacional en una situación comprometida. Fue Damasco quien aceptó hace un año, el plan de Annan y la mediación rusa, para luego seguir masacrando a su población en las narices de los observadores internacionales.
Creo que ésta vez, tampoco se logrará avanzar. Son demasiados los crímenes cometidos por Bashar, lo cual lo convierte en ilegítimo. No estamos en los años 80 cuando Hafez, el papá de Bashar, masacró impunemente a su pueblo. Los tiempos han cambiado, en el presente dichos actos son imperdonables y el régimen que encabeza Bashar es una anomalía que debe desaparecer. No es un asunto diplomático, sino principal y esencialmente político.
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