El ALBA tuvo su primer fracaso en mucho tiempo, al no poder impedir que la Asamblea General Extraordinaria de la OEA aprobara una resolución destinada a fortalecer el Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Con esta nueva realidad se inicia una nueva etapa que pone un freno la manipulación de la Alternativa “Bolivariana” destinada a destruir los principios y valores que fundamentan la integración panamericana.
Venezuela, Ecuador, Nicaragua y Bolivia intentaron por más de 21 meses imponer una agenda para enfrentar a la CIDH en El Salvador en Junio del 2011, en Cochabamba en Junio del 2012. Pero el 23 de Marzo del 2013 quedaron aislados. Como no pudieron eliminar las instituciones dedicadas a los Derechos Humanos, intentaron postergar la reunión de manera indefinida, quedando marginados por no poder manipular la posición de los Gobiernos de América Latina ya que la mayoría de los países dieron por terminado el proceso de consultas, evitando eliminar una de las instituciones más relevantes de la OEA para la defensa, promoción y protección de los Derechos Humanos.
Es evidente que los Estados con vocación totalitaria, se sientan incómodos cada vez que son condenados por incumplir con la libertad de expresión, o la libertad de asociación, o las inhabilitaciones politizadas e ideológicas, por lo que tratan de desconocer el gran logro que los ciudadanos han alcanzado al poner en el banquillo de los acusados a Gobiernos que violan compromisos humanitarios. Esos Estados tratan de presentarse como “victimas” al rechazar los mecanismos instaurados por diversos Tratados Internacionales en defensa de los hombres y mujeres del Continente. Es insólito ver como Estados Poderosos conocidos como violadores de libertades, y reconocidos por incumplir las sentencias condenatorias adoptadas por el Tribunal Hemisférico de San José, han querido protegerse del “Poder” y del supuesto “abuso de los ciudadanos” en contra de “débiles” Estados que sufren el acoso de periodistas, o indígenas, o presos políticos, o disidentes o campesinos, cuyo único delito es protegerse ante la prepotencia y la negación de Justicia en sus respectivos países.
Como es habitual, ya los perdedores del ALBA minimizaran los efectos de la Resolución, pero lo cierto es que la OEA contó con la presencia de once Ministros de Relaciones Exteriores, cinco Vice Cancilleres, y 18 Jefes de Delegación, demostrando una amplia participación de muy alto nivel.
Es necesario resaltar no solo la presencia de los Gobiernos, sino también el aporte significativo de diferentes ONGs que desde el primer momento se hicieron presentes para evitar que se elimine la CIDH, representando un gran triunfo de la Sociedad Civil en la defensa de los Derechos del Hombre y en contra de las violaciones de los Estados. Por ello es necesario seguir adelante para poder afirmar “Con la OEA, con la OEA, Ganaremos la Pelea”, ya que los regímenes totalitarios seguirán con sus ataques.