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Disminuido ecosistema mediático favorece la difusión de fake news en Venezuela

 

El director de EsPaja.com, Víctor Amaya, analizó cómo funcionan las operaciones de desinformación en el contexto venezolano
De igual manera, brindó recomendaciones para ayudar a la ciudadanía a reconocer los contenidos manipulados que circulan en las redes sociales

 

El disminuido ecosistema mediático del país, producto de la persecución, la censura y la autocensura, es el escenario propicio para la proliferación de fake news en Venezuela así como contenidos engañosos y errados que distorsionan el panorama informativo.

A su vez, esta situación impide a la población tomar mejores decisiones, advirtió el periodista Víctor Amaya, director de EsPaja.com, plataforma de fact-checking de Transparencia Venezuela.

Las declaraciones las dio en el foro virtual “Cómo se producen y multiplican las fake news”, organizado por el Observatorio Venezolano de Fake News el  22 de agosto.

Para el periodista especializado en verificación de información “una sociedad mejor informada es capaz de tomar mejores decisiones”.

Pero en Venezuela, recalcó, más de 100 páginas web de medios de comunicación han sido bloqueadas y funcionan escasamente 20 medios impresos de los 200 que operaban hace siete años.

A juicio del especialista, “al no tener un robusto ecosistema informativo, evidentemente la desinformación tiene más cancha de actuación”.

Por esta razón, y también por el más fácil y rápido acceso a las tecnologías para creación y distribución de contenidos, estos se amplifican de forma exponencial pese a ser inexactos.

Interés por combatir la desinformación

Por otra parte, Amaya destacó que desde 2017 aumentó el interés por parte de periodistas, medios de comunicación y de la sociedad civil por combatir el fenómeno de la desinformación.

Como ejemplo,  mencionó el trabajo de las unidades de verificación de Cocuyo Chequea en Efecto Cocuyo y Chequéalo de El Diario, así como las iniciativas del Observatorio Venezolano de Fake News, la red de Cazadores de Fake News , el medio digital de fact-checking Cotejo.info y la plataforma de EsPaja.com.

En este último sitio, que él dirige, hay un equipo de cinco verificadores que monitorean constantemente la información que circula en redes sociales y plataformas de mensajería instantánea.
Asimismo, cuentan con canales telefónicos en los que reciben solicitudes de verificación por parte de la colectividad, como es el caso de WhatsApp y Telegram.

En este último, cuentan con un bot que recibe insumos de verificación y remite una respuesta en el caso de encontrar coincidencias con desinformación desmentida previamente.

Por otra parte, la ciudadanía puede verificar de forma directa en la página web de EsPaja.com a través del buscador para conocer la veracidad o no de ciertas informaciones.

¿Cómo podemos reconocer la desinformación?

Para Amaya, existe una serie de elementos claves que pueden ayudar a la colectividad a percatarse de que están frente a contenidos creados para manipular.

Entre ellos, citó que se debe dudar de todas aquellas noticias que busquen activar emociones primarias como “rabia, dolor, una molestia, una profunda alegría o ilusión”.

En ese sentido, también es útil identificar los expresos llamados a la acción que invitan a compartir, reenviar y viralizar los mensajes bajo la premisa de multiplicar los agentes de desinformación.

Asimismo, recomendó desconfiar de los audios reenviados en WhatsApp en los que se dice que “alguien me dijo que tal cosa” o “bueno, hermano, aquí en el cuartel tal cosa”.

También, se debe dudar de los audios en los que la voz se parece a la de alguien conocido.

Además, en casos donde no es clara la fuente de la información, conviene revisar bajo criterios periodísticos para identificar la presencia de cinco elementos: “Qué, quién, cómo, cuándo y dónde ocurrió”, dijo.

Por norma general, comentó, una noticia debería publicarse en un medio de comunicación. Pero si esto no es así, es un claro indicador de que se trata de desinformación.

“Toda información en la que los periodistas estén trabajando, la van a reflejar y la van a comentar”, explicó Amaya.

El periodista recordó que la ciudadanía tiene un rol de corresponsabilidad al ir curando y seleccionando el contenido que consume en redes sociales , pues la desinformación “es una realidad con la que tenemos que lidiar todos los días”.

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El director de EsPaja.com, Víctor Amaya, analizó cómo funcionan las operaciones de desinformación en el contexto venezolano
De igual manera, brindó recomendaciones para ayudar a la ciudadanía a reconocer los contenidos manipulados que circulan en las redes sociales

 

El disminuido ecosistema mediático del país, producto de la persecución, la censura y la autocensura, es el escenario propicio para la proliferación de fake news en Venezuela así como contenidos engañosos y errados que distorsionan el panorama informativo.

A su vez, esta situación impide a la población tomar mejores decisiones, advirtió el periodista Víctor Amaya, director de EsPaja.com, plataforma de fact-checking de Transparencia Venezuela.

Las declaraciones las dio en el foro virtual “Cómo se producen y multiplican las fake news”, organizado por el Observatorio Venezolano de Fake News el  22 de agosto.

Para el periodista especializado en verificación de información “una sociedad mejor informada es capaz de tomar mejores decisiones”.

Pero en Venezuela, recalcó, más de 100 páginas web de medios de comunicación han sido bloqueadas y funcionan escasamente 20 medios impresos de los 200 que operaban hace siete años.

A juicio del especialista, “al no tener un robusto ecosistema informativo, evidentemente la desinformación tiene más cancha de actuación”.

Por esta razón, y también por el más fácil y rápido acceso a las tecnologías para creación y distribución de contenidos, estos se amplifican de forma exponencial pese a ser inexactos.

Interés por combatir la desinformación

Por otra parte, Amaya destacó que desde 2017 aumentó el interés por parte de periodistas, medios de comunicación y de la sociedad civil por combatir el fenómeno de la desinformación.

Como ejemplo,  mencionó el trabajo de las unidades de verificación de Cocuyo Chequea en Efecto Cocuyo y Chequéalo de El Diario, así como las iniciativas del Observatorio Venezolano de Fake News, la red de Cazadores de Fake News , el medio digital de fact-checking Cotejo.info y la plataforma de EsPaja.com.

En este último sitio, que él dirige, hay un equipo de cinco verificadores que monitorean constantemente la información que circula en redes sociales y plataformas de mensajería instantánea.
Asimismo, cuentan con canales telefónicos en los que reciben solicitudes de verificación por parte de la colectividad, como es el caso de WhatsApp y Telegram.

En este último, cuentan con un bot que recibe insumos de verificación y remite una respuesta en el caso de encontrar coincidencias con desinformación desmentida previamente.

Por otra parte, la ciudadanía puede verificar de forma directa en la página web de EsPaja.com a través del buscador para conocer la veracidad o no de ciertas informaciones.

¿Cómo podemos reconocer la desinformación?

Para Amaya, existe una serie de elementos claves que pueden ayudar a la colectividad a percatarse de que están frente a contenidos creados para manipular.

Entre ellos, citó que se debe dudar de todas aquellas noticias que busquen activar emociones primarias como “rabia, dolor, una molestia, una profunda alegría o ilusión”.

En ese sentido, también es útil identificar los expresos llamados a la acción que invitan a compartir, reenviar y viralizar los mensajes bajo la premisa de multiplicar los agentes de desinformación.

Asimismo, recomendó desconfiar de los audios reenviados en WhatsApp en los que se dice que “alguien me dijo que tal cosa” o “bueno, hermano, aquí en el cuartel tal cosa”.

También, se debe dudar de los audios en los que la voz se parece a la de alguien conocido.

Además, en casos donde no es clara la fuente de la información, conviene revisar bajo criterios periodísticos para identificar la presencia de cinco elementos: “Qué, quién, cómo, cuándo y dónde ocurrió”, dijo.

Por norma general, comentó, una noticia debería publicarse en un medio de comunicación. Pero si esto no es así, es un claro indicador de que se trata de desinformación.

“Toda información en la que los periodistas estén trabajando, la van a reflejar y la van a comentar”, explicó Amaya.

El periodista recordó que la ciudadanía tiene un rol de corresponsabilidad al ir curando y seleccionando el contenido que consume en redes sociales , pues la desinformación “es una realidad con la que tenemos que lidiar todos los días”.

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