Petropantalones por David Smolansky U.
Bienvenidos a la Edad Antigua, perdón a la Venezuela del Socialismo del Siglo XXI, donde el trueque renace como forma de transacción. Sí, no es broma, incluso estamos hablando para pagos importantes a otras naciones en materia energética. Y es que hace unos días Nicaragua pagó con 19.397 pantalones una factura pendiente que tenía de Petróleos de Venezuela. Así como leen, unos pantalones, en una época, además, donde el barril petrolero supera los $100. Esa cantidad de pantalones equivalen a $76.600 que para una nación es un valor insignificante, especialmente tratándose de Venezuela que maneja importantes ingresos debido a la renta petrolera. Sin embargo, lo que preocupa es que este método sea cada vez más recurrente y otros países se sigan beneficiando de nuestro petróleo mientras nosotros recibimos cualquier tipo de producto que nos beneficia poco o nada.
El pago que hizo Nicaragua entra en uno de los convenios que tiene Managua con Caracas en Petrocaribe donde el país centroamericano puede recibir una cuota de hasta 27.000 barriles de petróleos diarios. Pero, por si fuera poco, los pantalones no fueron suficientes. También se aprovechó para cancelar la deuda petrolera con más de 12.000 toneladas de aceite; casi 30.000 toneladas de azúcar; más de 16.000 toneladas de café; 25 toneladas de caraotas; y 475 toneladas métricas de “stabilak”(producto que permite tener la leche cruda sin refrigeración hasta 72 horas). Ande a saber usted a donde van todos esos rubros.
Es inaceptable que más de $283 millones sean cancelados con estos productos. Resulta más irónico cuando nuestro aparato productivo nacional se encuentra en la quiebra y lo que despacha el gobierno se ha conseguido podrido. Se sigue utilizando la chequera petrolera –incluso en tiempos de campaña– para mantener contentos a otros, mientras que nosotros vemos cómo nos repartimos y probamos los pantalones, digo a ver si nos quedan.