Militares uniformados acompañaron al sargento de la GN Antonio Perera, a su última morada. Familiares de los otro siete asesinados aseguraron que tampoco les practicaron la necropsia a los cuerpos
La mañana de este martes sepultaron a una de las ocho víctimas de la masacre de Ikabarú, que ocurrió el viernes 22 de noviembre. No le hicieron autopsia, según denunciaron familiares y caciques de la zona.
«Vimos pasar el ataúd de Perera; había mucha gente caminando junto a él, más que todo militares uniformados que lo acompañaron y dieron el último adiós», contó un vecino del sector Manakrü al ver el cortejo fúnebre del sargento de la GN Antonio Perera, quien estaba en proceso de retiro y trabajaba en la mina de este sector de la Gran Sabana.
Perera era instructor de premilitar en liceos de Santa Elena de Uairén, pero la difícil situación económica lo llevó a rebuscarse en esta zona minera. Tanto su familia como allegados se quedaron atónitos ante los hechos.
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