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Centro de Estudios Políticos y Gobierno UCAB: 64,6% de los venezolanos votarían si hay elecciones presidenciales

Nota de Prensa
Hace 6 años

64% DE LOS VENEZOLANOS ESTÁ está dispuesto a votar en caso de que se convoquen elecciones presidenciales, a lo que se agregaría un 15,1% que quizás sí lo haría; pero el condicionante más importante para participar es que sea cambiado el Consejo Nacional Electoral.

Este es uno de los principales resultados de la última encuesta realizada por el Centro de Estudios Políticos de la UCAB, con trabajo de campo de Delphos, en la cual se indica que la disposición a votar sube a 70,2% si cambia el CNE, si existe observación electoral, si Nicolás Maduro renuncia y si éste no es candidato.

En la encuesta se indica que en el caso de una elección, el candidato de la oposición podría obtener 67% de los votos (12,9 millones de votos) y el del chavismo 33% (6,3 millones). En el escenario de que la magnitud de la diáspora pudiera afectar el voto opositor, se mantendría una ventaja pues obtendría unos 9,9 millones de votos.
Esta fue una de las conclusiones presentadas durante el Foro Perspectivas Económicas, Políticas y Sociales de Venezuela para el Segundo semestre de 2019, convocado este jueves por el Centro de Estudios Políticos y Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello.

En este encuentro participaron como ponentes Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos y Gobierno de la UCAB; Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica; Maria Gabriela Ponce, socióloga del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Ucab; Phil Gunson, analista de Crisis Group para Venezuela; y Félix Seijas, director de Delphos.

Benigno Alarcón, director del CEPyG de la Ucab, al abordar los resultados del estudio de opinión, resaltó que existe una diferencia con la percepción sobre la posibilidad de cambio en Venezuela este año, ya que se ha pasado de 38,7% en noviembre a 50,6% en mayo. También destacó el hecho de que 54,7% estima que Juan Guaidó ganará el conflicto en comparación con 27,3% que considera que será Maduro.

Utilizando una metodología de visualización de cuatro escenarios, Alarcón explicó que el primero es la continuación del régimen, el segundo es la autocratización militar, el tercero una transición tutelada y el cuarto una transición perfecta. Comentó que el tercero tendría mayor probabilidad, tomando en cuenta las acciones de la comunidad internacional y las condiciones internas para una salida al conflicto. Pero advirtió que para que se genere un escenario de transición hace falta, no solo que la comunidad internacional pro-democracia genere más presión, sino también una movilización masiva de la gente, unidad opositora y que ocurra una división en el bloque en el poder.
Al analizar los factores de presión, anticipó que es muy probable que las movilizaciones se activen sobre todo a partir de septiembre, ya que los problemas de los venezolanos serán mayores, y es un periodo cuando tradicionalmente se genera más acción social y política.

A su juicio, no debe cerrarse la puerta a la posibilidad de una negociación, pero recomendó incluir a actores más influyentes. En el caso del gobierno, destacó que entre ellos deberían estar los militares y otras instituciones, pues no necesariamente los que pueden decidir son los que se están sentando a negociar.

Sentimientos activadores

Félix Seijas, director de la encuestadora Delphos, expuso que en el estudio se encuentra un hallazgo importante: los sentimientos activadores de la gente frente a la situación actual del país han aumentado, mientras que los inhibidores han disminuido. Los esperanzados pasaron del 24,7% en noviembre a 33,8% en mayo y los molestos subieron del 21,7% al 23,8%. Entre estos dos factores activadores hubo un incremento combinado al pasar de 46,5% a 57,6%. En contraste, los sentimientos inhibidores (tristes, deprimidos, desilusionados), bajaron en su conjunto del 43,6% al 36,5%.

El estudio de opinión muestra que de mantenerse la situación actual, 31,4% está dispuesto a seguir luchando sin correr muchos riesgos, 25,4% a hacerlo asumiendo riesgos y un 10,5% estaría proclive a armarse para luchar. Por otra parte, 21,7% optaría por quedarse tranquilo y adaptarse y 10,6% buscaría la manera de irse del país.

La encuesta del CEPyG Ucab-Delphos indica que luchar asumiendo todos los riesgos aumenta a 39,4% entre los opositores que apoyan al liderazgo, y a 37% entre los opositores que no lo apoyan.

En la hipótesis de que Guaidó sea apresado, del total de los encuestados 25,1% se adaptaría, 22% lucharía corriendo todos los riesgos, 20,4 lo haría sin correr muchos riesgos, 16,9% emigraría y 15,3% se armaría para luchar.
Regionalización de la crisis

Phil Gunson, analista de Crisis Group, explicó que ya la crisis venezolana pasó a ser regional, especialmente por el impacto de la emigración en América Latina. “Incluso con repercusiones que van más allá, lo que ha activado a actores de gran peso internacional como Estados Unidos, China, Rusia y Europa”, dijo.

Según su observación, la tendencia en la comunidad internacional es a generar las condiciones para que se produzca una negociación. “Todas las iniciativas tienden en esa dirección”, y puso como ejemplo la reunión convocada para el 6 de agosto, cuando en la práctica se realizará una cumbre mundial para analizar la situación venezolana.

Según Gunson, se ha producido una brecha entre lo que sucede internacionalmente y lo que ocurre dentro del país. “Todos los actores internos deben saber que es muy importante escuchar a la comunidad internacional”.
Ajuste económico recesivo

El economista Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, demostró cómo el país produce la mitad con respecto a hace seis años. Este año habrá una contracción de 36% de la economía, después de haber caído 52% desde 2013.
Expuso que el chavismo ha hecho un ajuste tardío, incompleto, que agrava esa recesión, pero que le ha dado resultados parciales para desacelerar la hiperinflación. Ha recortado gasto público. Permite liberación de precios y tarifas, aunque sin derogar las leyes de controles. Por otra parte está restringido el crédito y hay menos monetización. Comentó también que hay un esquema cambiario de menos controles y sin penalizaciones.

Pero Oliveros advirtió que hay una serie de factores en contra de una estabilización: hay una restricción externa, con lo cual el gobierno no tiene divisas. Y no tiene capacidad de generarlas.

También se está produciendo un efecto de las sanciones, se mantiene el colapso de los servicios y de los ingresos fiscales, con escasa credibilidad y problemas de coordinación para la ejecución de las políticas.
Anticipa que se va a profundizar la dolarización, pero continuará la hiperinflación en bolívares, con el agravante de que solo un sector de la población minoritario que se mueve en divisas.

“Sin transición política no habrá transición económica, y aquí el modelo chino no es viable”, afirmó Oliveros.

Mayor pobreza

La investigadora social María Gabriela Ponce, expuso que según la encuesta Encovi, cada vez hay más pobreza y es la tendencia que se proyecta para el cierre de este año. Ya el año pasado 51% de los hogares venezolanos por ciento está en pobreza multidimensional, un concepto que combina las privaciones en vivienda, educación, estándar de vida, servicios, trabajo y protección social. En 2014 esa cifra estaba en 39%.

Advirtió que esta situación es mucho más dramática en ciudades pequeñas, donde el índice alcanza el 75,3%.

Expuso que 89% de los venezolanos tienen insuficiencia de ingresos para compra de alimentos. “La preocupación mayor que expone la gente es quedarse sin comida en el hogar, especialmente en el sector de menores ingresos, que supera la media”, comentó Ponce.

87 por ciento de los hogares tiene inseguridad alimentaria. Una de las consecuencias de esta situación es que existen 800 mil niños menores de 5 años en riesgo de desnutrición o desnutridos y la mitad de ellos tienen talla baja por desnutrición crónica.

La encuesta Enconvi también refleja que la gente que emigra, tendencia que sigue en crecimiento, busca de oportunidades de trabajo, especialmente para poder enviar remesas a los familiares.

Explicó que aunque no es posible hacer proyecciones con cifras, “con mucha probabilidad las tendencias negativas en términos de la condición social de los venezolanos no van a mejorar aceleradamente en el corto plazo, dado el enorme deterioro acumulado”.

Agregó que no es posible revertir estas realidades sin un cambio del modelo de desarrollo y de la concepción de la política económica y social que se ha venido manejando en el país.

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