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Hassine Abassi: En Túnez logramos un diálogo que pusiera los intereses del país por encima

“La experiencia no es aplicable a todos los países, pero pueden haber puntos en común que podemos aprovechar”, fueron las reflexiones de Hassine Abassi, premio Nobel de la Paz que impulsó el diálogo en Túnez para salir de la crisis política y hacer una transición a la democracia.
Abassi está en Venezuela y se reunirá con representantes de la oposición, del Gobierno y también de organizaciones de la sociedad civil, para conocer con mayor profundidad lo que sucede en Venezuela y también compartir su experiencia sobre la transición de su país, Túnez.
En palabras del exlider sindicalista las organizaciones de la sociedad civil fueron grandes impulsores de una negociación en su país. Sin embargo no fue un “camino de rosas” y tuvieron complicaciones que comenzaron cuando salió del poder el dictador Zine El-Abidine Ben Ali, ya que los jóvenes pedían cambios profundos y la disolución del Parlamento, Senado, Gobierno y la Constitución, pasando por la conformación de una Constituyente.
En un principio se trató de conformar un ente que tuviera representación de partidos políticos, organizaciones civiles, sindicatos, decanatos, orden de abogados y mujeres democráticas. Fue un grupo de 130 personas, pero no fueron electos por los ciudadanos y así no podían aprobar leyes, pero pudieron establecer una especia de gobierno de transición y un presidente con la condición de que no participara en unas elecciones generales, para que se trabajara de forma objetiva.
Sin embargo, según palabras de Abassi, el poder fue mucho más atractivo y empezaron los conflictos internos y la oposición empezó a movilizarse para solicitar la disolución de lo que se había constituido ya. Fue una época de violencia, asesinatos de dos líderes políticos y ataques terroristas, donde las víctimas incluían a los turistas.
“Veíamos lo que pasaba en Siria, Egipto, Yemen, Líbano y teníamos la opción de quedarnos de brazos cruzados o hacer una iniciativa para dirigirnos a los partidos políticos y sentarnos en una misma mesa, empezar un diálogo y poner los intereses del país por encima”, reflexionó el también ex Secretario General de la Unión General Tunecina del Trabajo (UGTT).
Se pudo conformar el llamado Cuarteto para el Diálogo Nacional, conformado por la UGTT, la patronal Unión Tunecina de Industria, Comercio y Artesanía, la Orden Tunecina de Abogados y la Liga Tunecina de Derechos Humanos, en la que establecieron una hoja de ruta que los partidos políticos debían suscribir antes de poder participar en dichas conversaciones.
Lograron que 21 organizaciones políticas se unieran al diálogo y así empezar el camino para alcanzar objetivos como la elaboración de una nueva Constitución, conformar un consejo electoral transparente, objetivo y con recursos propios para que no dependiera de ningún actor político y además formaron un gobierno con la condición de que no tuviera participación en las elecciones.
Un diálogo interno
El premio Nobel de la Paz dejó en claro que las conversaciones que se dieron en Túnez no contaron con la participación de otros países. “Nunca han dado resultados garantizados. Hemos tenido muchas presiones de gobiernos extranjeros a través de sus embajadas, pero los rechazamos”.
Igualmente hizo hincapié en que un proceso de negociación debe ser liderado por personas independientes y que estén alejados de los partidos políticos, porque la situación de Túnez “estaba en manos de sus hijos e hijas”.
Hassine Abassi sabe que en Venezuela han habido varios intentos de diálogo, pero con mediadores extranjeros, y aconseja que de pedir ayuda de otros países deben ser aquellos que “no tengan ningún interés sobre Venezuela, más allá de resolver la situación”.
Pero reconoce que cada diálogo tiene sus características y que no va a resolver todos los problemas. “Partiendo de nuestra experiencia, hicimos un diálogo nacional con el objetivo principal de resolver la situación política existente. Todos los demás problemas se generan por el tema político”, reflexionó.
Por eso fue enfático al decir que no quiere darles lecciones a nadie y que estará cuatro días en Venezuela conociendo más de cerca la situación actual para poder entender. “Cada país tiene sus cosas particulares, problemas, relaciones, intervenciones extranjeras, sus visiones y también puede ser que haya muchas diferencias entre la sociedad civil y los partidos políticos”.