#MonitordeVíctimas | Las FAES ha asesinado 4 integrantes de una familia en 7 meses - Runrun
#MonitordeVíctimas | Las FAES ha asesinado 4 integrantes de una familia en 7 meses

LINA RIVERA recordó uno a uno los crímenes que se cometieron contra su hijo, dos sobrinos y un yerno. Asegura que acudirá al Ministerio Público para hacer la denuncia y pedirá protección para su familia. “Llevaré esto a donde sea, así me maten”, afirmó.

Josué Antonio Rivera Ramírez, de 24 años de edad, es el cuarto integrante de su familia que es asesinado en el transcurso de siete meses, durante procedimientos efectuados por las FAES. Según lo informó su tía Lina Rivera, quien también perdió al segundo de sus cinco hijos durante un operativo de ese organismo adscrito a la Policía Nacional Bolivariana, fue el lunes 28 de enero pasado en un sector del barrio Unión de Petare cuando se llevaron a Josué y su cuñado.

Varias horas después, acudieron al Ministerio Público donde les recomendaron que recorrieran cuerpos policiales y centros asistenciales ante la presunción de que pudiesen estar heridos o detenidos. No obstante la familia decidió acudir a la morgue donde los reconocieron por fotografías que les mostraron.

La versión que tiene la familia es que a Rivera Ramírez los policías lo trasladaron a la urbanización Paulo VI de Petare donde lo mataron a tiros y el cuñado, Edward Alexander González Laya, está detenido en la sede la PNB ubicada en La Yaguara. “Él es el que sabe todo lo que pasó”, indicó Rivera.

Ella explicó que Josué Antonio estaba desempleado y arreglaba su documentación para irse a trabajar a Colombia. Era padre de dos niños, de 4 años de edad y 9 meses de nacido. Vivía con los hijos y su pareja.

Jordán José Rivera Ramírez, de 27 años de edad, otro de los integrantes de la familia, lo mataron cuando trasladaba a un cliente a la urbanización Paulo VI. Era mototaxista en el barrio La Línea de Petare donde creció en una familia de seis hermanos. Era padre de un niño.

De acuerdo con versiones de otras personas, antes de matarlo bajaron al pasajero de la moto. Junto con él ultimaron a otro hombre cuya identidad desconoce Lina Rivera. El hecho ocurrió el pasado 19 de diciembre.

Al mayor de los cinco hijos de Lina Rivera, Jesús Rubén Medina Rivera, de 27 años de edad, lo mató una comisión de las FAES, el 27 de junio del año pasado, día de su cumpleaños, en el sector Maca Este del barrio Unión de Petare.

Jesús Rubén y su cuñado Kevin, de unos 21 años de edad (ella no recuerda apellido ni edad exacta de su yerno), los ultimaron a las 6:18 am de ese día cuando tocaron a la puerta de la casa de su hija mayor, donde se encontraban cuatro menores de edad.

Inicialmente entraron varios policías, pero luego entró una funcionaria de las FAES quien le pidió a la mujer que saliera con los pequeños.

A esa hora el cuñado de Medina Rivera dormía y lo despertaron. Un policía le preguntó si él estaba libre con medida de presentación ante un tribunal y al responder afirmativamente, pidió a la comisión que no lo matara. Sin embargo, luego lo asesinaron de un tiro en la frente en presencia de su pareja, la hija mayor de Rivera, dueña de la casa donde incursionó la comisión policial. Cuando madre e hija salieron de la casa oyeron otros dos disparos. Luego los cadáveres de Medina Rivera y Kevin fueron llevados directamente a la morgue y no a un centro asistencial como suelen hacer las FAES.
“Después les sembraron un bolso con droga, una escopeta y una pistola”, relató la madre del cumpleañero.

-¿Hasta cuándo vamos a seguir en esto. Mi hija está traumatizada desde que en su casa mataron a su hermano y a su esposo? -se preguntó Rivera-, en una de las últimas incursiones de las FAES en casa de la familia, los policías cargaron con un televisor, un bolso con útiles escolares y comida.

Rivera estima que quizás por no haber denunciado estos hechos al principio han ultimado a cuatro miembros de la familia. Irá al Ministerio Público para hacer la denuncia lo ocurrido y además pedirá protección para su familia.

“Llevaré esto a donde sea, así me maten”, agregó.

Un contador fue asesinado en los calabozos del Cicpc

Estaba señalado de ser responsable de un supuesto abuso sexual a unos niños. Cuando la policía descartó el hecho, ya estaba muerto

La vida de Víctor Gil, de 54 años de edad, culminó en un calabozo donde permanecía junto a 24 detenidos hacinados, en la sede de la policía científica en Propatria, el domingo 27 de enero. Algunos de esos compañeros de celda lo ultimaron a golpes, relataron allegados a la víctima cuando acudieron a retirar el cadáver de la morgue.

Gil era reservista de la Marina, contador y tenía una hija. Estaba separado de su esposa y sus parientes desconocen las razones por las cuales quedó en situación de calle, deambulando por el oeste de la ciudad de Caracas.

Algunas veces establecía contacto con su hija. El 26 del mes de enero pasado, en la calle, fue golpeado y lo llevaron detenido a la subdelegación del Cuerpo de Investigaciones Penales y Criminalísticas del Oeste.

Al día siguiente le quitaron la vida. Los funcionarios de ese organismo que estaban de guardia ese domingo, lo trasladaron al hospital de Los Magallanes de Catia, pero ingresó sin signos vitales. Un golpe contundente en el tórax fue la causa de muerte, indicaron sus allegados. Se conoció que al hombre lo señalaron de haber abusado sexualmente de unos niños, pero eso quedó descartado por funcionarios de esa dependencia que investigaron el caso. Sin embargo, ya nada se podía hacer porque Gil estaba muerto.