BAJO
¡A PIE JUNTILLAS!:
Lo describió con claridad Tulio Hernández en su artículo dominical: “… la historia nos ha enseñado que el pensamiento fanático no tiene límites. Que se cree lo que sea necesario creer. Y que por más inverosímiles y estrambóticas que parezcan, todos y todas, nuestros capos y capas, rojos y rojas, se obligan a sí mismos a creer al pie de la letra cada una de estas historias. Porque de esas justificaciones, que igual son para ellos como para el escuálido grupo de sus seguidores fieles, depende su combustible emocional. Su equilibrio psíquico y su anestesia ética. Su razón de ser. Su porqué moral. Los chavistas necesitan creerse las leyendas que inventan. Y en consecuencia actúan. Las creen porque sin ellas andarían desnudos. Desprotegidos. Sus vísceras aviesas expuestas a la vista de todos. Así ha sido siempre la lógica totalitaria. El cinismo es mil veces preferible. Siempre deja un postigo para la razón. El pensamiento fanático no”. Leerlo es entender lo que de memoria recitan a diario sus ungid@s sobre Chávez vivo y el país que “mejora a diario”. Bárbula queda en Carabobo. Cerca de Puerto Cabello, por cierto …
