Empezamos el año 2012 con la visita a Venezuela de Mahmoud Ahmadinejad, presidente de Irán, para estrechar la alianza de carácter ideológico que mantienen ambos países.
Esta visita se presenta en un momento inoportuno, debido a que el mundo entero esta pendiente de la tensión que se genera en el estrecho de Ormuz por los ejercicios militares y pruebas misilísticas que se están llevando a cabo, violando disposiciones de Derecho Internacional sobre libre tránsito.
Igualmente se están irrespetando las sanciones impuestas en los últimos meses por la ONU. Adicionalmente se han comprobado las estrechas relaciones con grupos extremistas como Hizbola y que además han participado en atentados terroristas en diversas partes del mundo.
Además de inoportuna, pone de manifiesto el explícito apoyo del gobierno venezolano a un régimen que ha violado constantemente los derechos humanos, encarcelando a disidentes, asesinando a adversarios y atentando contra los derechos políticos de los ciudadanos.
Esta visita nos puso en el centro de atención mundial por las circunstancias en las que estamos, acentúa el desprecio por la opinión de comunidad internacional y pone en entredicho los verdaderos motivos de la visita. La falta de transparencia por parte de la Cancillería venezolana es una de las más serias deficiencias que tendrá que atender la alternativa democrática en su propuesta programática. El acercamiento con este tipo gobiernos cuestiona severamente el talante democrático del gobierno venezolano.
@Diploos