Falta de información genera anarquía en precios
Difícilmente el venezolano pueda conocer el verdadero o justo valor de lo que adquiere. En un mercado tan distorsionado un mismo producto puede registrar múltiples precios de venta al público, lo cual ocasiona confusión en el consumidor y usuario, que muchas veces se sientes víctima de la especulación.
Para Roberto León Parilli, presidente de la Alianza Nacional de Usuarios y Consumidores (Anauco), el ciudadano está inmerso en una “suerte de anarquía económica”, ocasionada fundamentalmente por la carencia de índices oficiales de inflación y demás variables macroeconómicas, que deben ser publicadas por el Banco Central de Venezuela (BVC). Comenta que el Estado se ha desentendido de la situación a través de la falta de información.
“Al no contar con una inflación formalmente establecida, la sociedad se ha sentido con la libertad de aumentar los precios, porque no hay punto de referencia”, sentenció el presidente de Anauco, quien a esto sumó que el consumidor no cuenta con herramientas de defensa para combatir la inflación especulativa.
Agregó que el problema de fondo se origina en el “colapso de la economía venezolana, frente a la incapacidad del producción del país y la total dependencia de la moneda extranjera”. Asimismo, comentó que la caída en los precios del petróleo y la improductividad del país para obtener divisas a través de otras fuentes genera impactos significativos en el bolsillo del consumidor.
Parilli indicó que para que un consumidor disfrute plenamente de sus derechos debe haber garantías de abastecimiento (calidad, cantidad y variedad permanente) y estabilidad de precios, la cual se ve afectada por los “agresivos” niveles de inflación de la actualidad.
En tal sentido, subrayó que el “PVJusto”, establecido por el gobierno, es “inaplicable cada vez que el producto no existe en cantidad suficiente”. Ante la carencia del producto, el usuario resulta “presa del especulador… y del empresario que trata de compensar sus pérdidas con el bolsillo del consumidor”.
Calificó el precio controlado como una ficción, porque se trata del costo de un producto inexistente, lo que también se traduce en una falta de competencia y de libre mercado.
El presidente de Anauco exhortó a los consumidores y usuarios exigir que las políticas públicas se adecúen a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que en su artículo 299 establece que el modelo socieconómico se debe sustentar en la libre competencia y en la participación de empresas privadas. Para Parilli, es el modelo que “se debe retomar”.
La incertidumbre pesa aún más
Por su parte Oscar Meza, director del Centro de Documentación y Análisis Social (Cendas), lamenta que en la calle se aprecie “la desazón del venezolano, por no saber si realmente podrá adquirir lo esperado”
“Ya no se puede comprar lo que se requiere, porque hay que cerciorarse de que lo haya disponible y que se tenga la capacidad económica para pagar al nuevo precio, sin afectar las prioridades inmediatas”, comentó Meza, quien a esto agregó que los compradores no tienen certidumbre de que lo que necesita podrá adquirirlo, por la inestabilidad extrema de los precios.
En tal sentido, manifestó que la incertidumbre, en especial por artículos de primera necesidad, se aprecia en el rostro de las personas, a través de la amargura. “Son otras las prioridades y ya no el calzado o la vestimenta, que se repondrán, ya no a corto sino a largo plazo, lo que genera una atmósfera de empobrecimiento, que afecta psicológicamente a la persona.”
Según Meza a este panorama se suma la desconfianza de que la actual situación pueda cambiar a corto plazo, sino que por el contrario puedan empeorar.
La incertidumbre en la sociedad sigue impulsando hacia arriba los precios. Existe una total desconfianza por parte de empresarios y consumidores en el mercado, la disponibilidad y la formación de precios, lo que genera un natural nerviosismo en los venezolanos, que ya no se frenan en la adquisición por el valor del producto, sino que lo compran al precio que sea, lo que a su vez estimula la aceleración en la subida de los precios.