¡Unidos por fin!
Triste pero cierto; la reciente sanción de EEUU hacia Pdvsa por enviar dos embarques de componentes para elaborar gasolina a Irán, valorados en 50 millones de dólares, ha exaltado el nacionalismo venezolano.
Ni las lluvias ni la inseguridad habían unido a los parlamentarios venezolanos en meses de debate. Siempre se buscaba la crítica radical, en la mayoría de los casos subjetiva, para distanciarse del planteamiento del adversario. Pero esta iniciativa política americana ha unificado por fin la posición de la Asamblea Nacional.
Claro está que esta sanción, con la cual estoy en desacuerdo, es netamente política y no económica. Es un mensaje muy claro para aquellos aliados económicos americanos que continúan haciendo negocios con países terroristas. Debemos leer entre líneas que el mensaje de esta sanción es una advertencia para que Caracas sepa que los lazos y negocios que tiene con Teherán no deberían incrementarse.
Es evidente que la acción de Washington emocionado a los voceros rojos y a otros ñangaras. Especialmente cuando la sanción en sí establece que Pdvsa de ahora en adelante no podrá contratar directamente con el gobierno estadounidense, acceder a programas de financiamiento para exportaciones o importaciones, ni a licencias para tecnologías petroleras estadounidenses.
Los exalta por que el impacto económico de la sanción ahorita es poco y mientras tanto pueden entonces levantar su voz y sacar su pecho revolucionario. Inclusive un ilustre vocero oficialista mandó “Al carajo” a los americanos argumentando que Venezuela es soberana e independiente.
Si bien la sanción no ayuda para nada en que se restablezca el diálogo fluido entre ambos países, tampoco se puede insultar a los cuatro vientos y maldecir a los gringos por una razón muy sencilla: diariamente exportamos 1.2 millones de barriles de petróleo a EEUU lo que representa casi el 45% de nuestra producción total.
Como verán lo que nos conviene es apostar al pragmatismo que tan productivo ha sido para Colombia. Si nos ponemos radicales, estaremos en la obligación de buscar otro cliente que pague, por nuestro preciado oro negro, al día y al precio establecido en el mercado. Pero si esto no sucede nos tocará llorar pa’l valle, disfrutar de trimestres de recesión y gritar: ¡Yanquis come home!
Tomas Horacio Hernandez
@TomasHHR @Diploos