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PDVSA, la caja chica electoral

Por Jon Urruzuno y Juan Carlos Zapata

La promulgación del nuevo impuesto a las ganancias súbitas petroleras dejó de manifiesto varios problemas en el Gobierno de Chávez. Nadie explica bien una medida cuando ella entraña algún grado de exigencia. No hay política comunicacional. Predomina la improvisación. Y el Presidente quiere dinero ya, las elecciones están cerca.

Esta importante medida fue anunciada de forma sorpresiva por el Jefe de Estado el pasado Jueves Santo en una llamada que él hizo al programa La Hojilla a las 11:30pm. La forma, la vía, la hora, y la poca claridad en su explicación llevó a analistas internacionales a correr en sus interpretaciones. Miles de inversionistas esperaban, así como  las empresas trasnacionales que operan en el país.

El mismo Rafael Ramírez, luego del fracaso de la primera subasta de la Faja del Orinoco por ese absurdo esquema impositivo, cambió hacia el patrón actual y prometió a sus amigas las trasnacionales no más sorpresas en ese sentido.

Con el anuncio de Chávez,  vino la confusión y todo tipo de rumores el fin de semana, siendo el más sonado un supuesto enfrentamiento entre Giordani, autor del decreto, y Ramírez, presidente de PDVSA, ministro de Energía.

Sin embargo, el trasfondo es muy simple: Chávez quiere dinero ya, y lo quiere en su chequera llamada Fonden. No más emisiones de PDVSA.  No más dependencia de una llamada a la Campiña. Que Ramírez en el último año no ha estado muy bien. Que muchos casos le han sonado en la cara. Y todos de plata. Que mejor es que los reales vayan directo al Fonden.

El tema comunicacional  ha dejado mucho que desear. Todavía el lunes, en cadena de radio y televisión, el mismo Chávez aceptaba que el decreto no se entendía bien y pedía a su mentor Giordani y al ministro Andres Izarra explicarlo y comenzar una campaña informativa. Ahora, en paralelo a su publicación en Gaceta Oficial, el ministro Ramírez aclaraba a Reuters que este impuesto no aplicaría a las empresas mixtas ni a los nuevos proyectos de la Faja del Orinoco ni al acuerdo Chino.

Es decir, Eni, Repsol, Chevron, los chinos, los rusos, Total, Statoil y BP pueden dormir tranquilos. El saqueo es directo a PDVSA. Vía Fonden. Ramírez, al parecer, no estaba fuera de la jugada. Sólo negoció los alcances.

Por lo demás,  este impuesto, además de afectar seriamente las finanzas de Petróleos de Venezuela, es ilegal según expertos dado que fue promulgado bajo la Ley Habilitante, la cual no la autoriza. Pero esto ya es lo habitual.

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Por Jon Urruzuno y Juan Carlos Zapata

La promulgación del nuevo impuesto a las ganancias súbitas petroleras dejó de manifiesto varios problemas en el Gobierno de Chávez. Nadie explica bien una medida cuando ella entraña algún grado de exigencia. No hay política comunicacional. Predomina la improvisación. Y el Presidente quiere dinero ya, las elecciones están cerca.

Esta importante medida fue anunciada de forma sorpresiva por el Jefe de Estado el pasado Jueves Santo en una llamada que él hizo al programa La Hojilla a las 11:30pm. La forma, la vía, la hora, y la poca claridad en su explicación llevó a analistas internacionales a correr en sus interpretaciones. Miles de inversionistas esperaban, así como  las empresas trasnacionales que operan en el país.

El mismo Rafael Ramírez, luego del fracaso de la primera subasta de la Faja del Orinoco por ese absurdo esquema impositivo, cambió hacia el patrón actual y prometió a sus amigas las trasnacionales no más sorpresas en ese sentido.

Con el anuncio de Chávez,  vino la confusión y todo tipo de rumores el fin de semana, siendo el más sonado un supuesto enfrentamiento entre Giordani, autor del decreto, y Ramírez, presidente de PDVSA, ministro de Energía.

Sin embargo, el trasfondo es muy simple: Chávez quiere dinero ya, y lo quiere en su chequera llamada Fonden. No más emisiones de PDVSA.  No más dependencia de una llamada a la Campiña. Que Ramírez en el último año no ha estado muy bien. Que muchos casos le han sonado en la cara. Y todos de plata. Que mejor es que los reales vayan directo al Fonden.

El tema comunicacional  ha dejado mucho que desear. Todavía el lunes, en cadena de radio y televisión, el mismo Chávez aceptaba que el decreto no se entendía bien y pedía a su mentor Giordani y al ministro Andres Izarra explicarlo y comenzar una campaña informativa. Ahora, en paralelo a su publicación en Gaceta Oficial, el ministro Ramírez aclaraba a Reuters que este impuesto no aplicaría a las empresas mixtas ni a los nuevos proyectos de la Faja del Orinoco ni al acuerdo Chino.

Es decir, Eni, Repsol, Chevron, los chinos, los rusos, Total, Statoil y BP pueden dormir tranquilos. El saqueo es directo a PDVSA. Vía Fonden. Ramírez, al parecer, no estaba fuera de la jugada. Sólo negoció los alcances.

Por lo demás,  este impuesto, además de afectar seriamente las finanzas de Petróleos de Venezuela, es ilegal según expertos dado que fue promulgado bajo la Ley Habilitante, la cual no la autoriza. Pero esto ya es lo habitual.

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