Documental venezolano “Hay alguien allí” le busca respuestas al autismo
Vía El Nacional
En la película se resumen las ansiedades de unos padres buscando respuestas. A Eduardo Vitoria Daboín y Gioconda Mota Gutiérrez nadie los preparó para enfrentar la condición de su hija. Helena es autista, tiene nueve años, y no será nada fácil crecer con la intranquilidad de su mundo interior.
Hay alguien allí es el nombre del documental que se estrena hoy en la cartelera nacional, y aborda el tema de esta discapacidad en Venezuela desde los testimonios de varias familias que han tenido que enfrentarse con el autismo. Hay alguien allí es también la afirmación de Eduardo y Gioconda, quienes están obsesionados con descifrar los tormentos de su hija. Por eso investigaron con determinación sobre otros casos y acabaron filmando con varias cámaras el entorno de estos personajes, para dejar un documento útil para la historia.
El largometraje fue seleccionado en la primera edición del Festival de Cine de Maracaibo como Mejor documental, el pasado 25 de octubre. El jurado les entregó el premio por considerar que abordaban el tema de la discapacidad de una forma artística, pero también con un profundo sentido social capaz de sensibilizar a los espectadores.
Si partimos desde la historia, Hay alguien allí es difícil de digerir, por la triste situación que han tenido que enfrentar estas familias. Helena es el centro de la trama, sus hábitos, su inexplicable mundo interior, las terapias que ha tenido que seguir. Este documental es una muestra de la perseverancia de Eduardo y Gioconda en proteger a su hija. Y sus experiencias se unen a otros testimonios, de varios padres que también han lidiado con esta condición por muchos años.
Lilian, Giovanni y Derick son tres adultos con autismo que avanzaron en su proceso de socialización gracias a la ayuda de la psiquiatra Lilia Negrón. La especialista fue pionera en el diagnóstico de este síndrome en Venezuela y se preocupó por grabar los avances de los primeros niños con los cuales trabajó en los años setenta y ochenta. Parte de ese material se encuentra incluido en el documental.
Las grandes fallas de Hay alguien allí están en la realización. Las cámaras son pobres, los encuadres incómodos y el movimiento de las imágenes le resta fuerza al discurso. Es una pieza casi amateur, con problemas de posproducción, cortes inesperados entre planos, transiciones muy mal manejadas. El sonido perturba en algunas partes por lo elevado.
El documental es agotador emocionalmente, sin duda. La intervención de una de las terapeutas de Helena es conmovedora, cuando intenta calmarla a través de la música. Las imágenes del cuarto de Giovanni son maravillosas, por los detalles de las paredes y el techo de un pequeño espacio, repleto de bocetos de paisajes urbanos, de planos de la ciudad, de figuras femeninas redondeadas.
Sin embargo, la historia se hace tediosa por la forma en que está filmada. El tembloroso efecto cámara en mano y los acercamientos innecesarios de los entrevistados son bastante perturbadores. Una decepción por lo valioso de la historia.