Discurso del Secretario General del SNTP, Marco Ruíz, en ocasión del día del periodista
Empiezo agradeciendo el gesto, el permanentemente gesto de este ilustre Cabildo Metropolitano de Caracas de reconocer el trabajo de los comunicadores sociales. En días particularmente difíciles, substraernos de las malas noticias y del continuo ataque de quienes ven en el periodismo libre, un rival, un oponente, un enemigo al que vencer, resulta de gran satisfacción y alivio.
Cuando por un año más de la fundación del Correo del Orinoco celebramos el día del periodista, es oportuno renovar el compromiso con la verdad, con la ética, la libertad y la democracia.
Hemos dicho y hemos oído decir que los días que vive esta profesión, este oficio y esta pasión, son difíciles. Y sí que lo son, ustedes mis colegas lo saben y lo sufren, también el resto de quienes nos acompañan porque resulta que estamos frente una crisis generalizada que además de vulnerar las libertades y no garantizar el respeto a los derechos ciudadanos, afecta también todas las áreas productivas de la nación, limita el ejercicio democrático de la oposición, inhibe el debate de las ideas y asfixia la coexistencia pacífica con el respeto y el reconocimiento a las leyes como eje central de esa convivencia.
Las agresiones físicas y verbales, las amenazas, las detenciones ilegales, los ataques armados en contra de periodistas, transcurridos sólo 6 meses, nos han hecho denunciar que el 2014 será el año con mayor número de violaciones a la libertad de expresión de la última década.
La ausencia de un liderazgo consolidado que haga frente a la crítica, ha puesto al Gobierno de Nicolás Maduro como el responsable de la vulneración más abierta y evidente a derechos fundamentales como la libertad de expresión y el derecho a la información. Ausencia de liderazgo y capacidad para la resolución de conflictos que hemos alertado, por cierto, desde antes de que algunos burócratas, hoy fuera del Gobierno, lo manifestaran públicamente.
Nos ha tocado ejercer en un clima de hostilidad y con unas circunstancias para las que probablemente no fuimos formados por siquiera sospecharlo. Además de los atropellos de los que han sido víctimas al menos 160 periodistas este año, las presiones contra medios de comunicación se han convertido en presiones a nosotros como trabajadores de esos medios. La compra de otros, en un intento por imponer un pensamiento único, han hecho reaparecer la censura y han ocasionado la pérdida de cerca de 200 puestos de trabajo.
No puedo dejar de hacer referencia a lo que ocurrió el viernes pasado en Miraflores, cuando se entregaba el secuestrado premio nacional de periodismo.
Es mentira lo que se nos dijo en cadena de radio y televisión: Con el gobierno del fallecido presidente Hugo Chávez -y ahora con Nicolás Maduro- se han vuelto permanentes las llamadas intimidatorias y amenazantes a los medios, a sus editores y a sus propietarios. Es cada vez más grosero el uso abusivo del poder político para silenciar la crítica. Es censura el mecanismo indirecto de negarle recursos a los impresos para la importación de papel -calamidad que esta afectando gravemente a los colegas de El Nacional y suprimiendo su derecho al trabajo. Es censura el uso de la pauta de publicidad con un criterio de premio y castigo, que ha reducido las posibilidades de quienes dependen de la actividad económica en torno a El Universal y otros medios independientes.
Un apagón puso en riesgo que las falacias dichas en Miraflores se imprimieran, y aunque confieso que la idea de no tener que escribirlas me sedujo y me emocionó, al final del día agradecí la oportunidad de haber dejado para la historia hemerográfica semejante burla a la conciencia de un gremio y de un país que se saben acorralados.
Todos son unos valientes, todos han resistido y por ese esfuerzo, en el país y el mundo se siguen enterando de lo que en Venezuela ocurre, pero aprovecho la alusión a lo que dijo el viernes pasado el director del diario Últimas Noticias, para hacer un reconocimiento público a quienes trabajan en ese medio de comunicación y que desde hace un mes han retirado sus firmas como protesta a las presiones, a las decisiones editoriales que no comparten y a la falta de transparencia en la venta de ese grupo editorial. Están dando ejemplo, están haciendo historia.
Celebramos el periodismo que ha resistido de pie la censura y los chantajes del poder político o económico. Celebramos la valentía con la que nuestros periodistas han caído y se han vuelto a levantar, el compromiso diario de enfrentar la calle para acercarse más y más a los hechos que son noticias y que tienen interés público. Celebramos la decisión de quienes se han ido, en atención a sus propias convicciones, y también la de quienes se han quedado para encarar las dificultades y bregar los espacios cada vez más reducidos. Celebramos la capacidad de indignarse de nuestros periodistas, cada día más comprometidos con el futuro de este país.
Lo anunciamos en días pasados y hoy quiero reiterarlo y pedir la participación activa de todos. Vamos a iniciar una cruzada por la defensa ciudadana de la libertad de expresión y el acceso a la información como derechos humanos fundamentales.
Periodistas, vayamos con nuestro mensaje a los barrios, a las urbanizaciones, a las plazas, a las universidades, a los colegios, para que se asuma la defensa de la libertad de expresión con un hecho inherente a la vida misma y por tanto imprescindible en toda sociedad.
Tenemos que convencer a nuestra gente de que tales derechos no son un monopolio de quienes trabajamos en los medios… Y al Gobierno, que los venezolanos estamos cansados de autoritarismo, que queremos medios libres, que necesitamos estar informados para tomar mejores decisiones, que no nos dejaremos manipular por la propaganda política que abunda por estos días.
La verdad está en la calle y allí estaremos los periodistas para encontrarla, procesarla y mostrarla sin más interés que convertirla en un hecho de conocimiento y trascendencia nacional. Seguiremos siendo la voz de los más vulnerables, de quienes no conocen más justicia que la denuncia pública y cuando de política se trate, seremos por igual un canal para quienes son poder y para quienes de manera lícita quieren ser poder.
Mi reconocimiento y mi orgullo por siempre para estos héroes de la modernidad que viajan sin capa.