Vizquel: “Acá han confiado en mi experiencia”
Está satisfecho por su trabajo como técnico en su primer mes con Detroit. Admite que fue muy difícil la decisión de salir de Álex González
A la mañana siguiente Omar Vizquel todavía estaba celebrando la jugada y continuaba bromeando con el propio Holaday.
“Hoy tenemos una sesión especial de toques para ti”, le dijo el venezolano al catcher cuando lo vio pasar.
Vizquel, quien está en su primer año en Grandes Ligas como coach de primera base de los Tigres e instructor de infielders, vive ahora las emociones del juego de una forma distinta, con más excitación, con más angustia.
“Chamo, qué emocionante como ganamos ese juego de anoche. Uno ahora creo que sufre más el juego, porque en la posición en la que uno está no controla nada, todo lo hacen los peloteros. Por eso anoche con ese toque yo estaba halando –imaginariamente– a Holaday desde mi posición en primera para que llegara safe y anotáramos la carrera. Eso fue muy emocionante”, relató el criollo.
Poco a poco Vizquel se ha ido acostumbrado a esos cambios, así como poco a poco su palabra ha comenzado a tener más peso en las decisiones dentro del equipo y lo han dejado, incluso, comandar algunas acciones en los juegos de los Tigres.
–¿Cómo fue el primer mes siendo coach en Grandes Ligas?
–Me ha ido bastante bien, la comunicación que hemos tenido los coaches internamente ha sido muy positiva, nos hemos consultado las cosas que han sucedido y que van a suceder durante esta temporada.
Hemos tenido ese intercambio de ideas que nos ha beneficiado a todos. Hemos podido aprender de cómo se mueven las cosas detrás de las puertas, cómo un mánager puede bajar y subir peloteros, cómo dejar libre a otros.
Eso era algo que nosotros a veces no entendíamos, pero poco a poco lo hemos hecho. En este proceso uno tiene que tomar decisiones y tiene que saber qué es lo que uno tiene y puede hacer.
–¿Qué tan difícil fue y cómo se tomó la decisión de despedir a Álex González?
–Fue bastante difícil, porque una de las personas que lo recomendó para que viniera al equipo fui yo, pero cuando me dijeron que si tenía posibilidades de jugar diariamente en el campocorto tuve un punto de interrogación, porque Álex en sus últimos años no había tenido la facultad de jugar tantos juegos en el campocorto.
Yo lo recomendé más que todo para tenerlo en caso de emergencia o para jugar tercera base, pero ellos se empeñaron en que él tenía que ser el campocorto del equipo, pero en el momento en el que ellos (el equipo) se dieron cuenta de que Álex no tenía la misma flexibilidad, ni las mismas condiciones de años anteriores, ya era un poquito tarde.
Creo que él ya estaba un poquito preparado para esa decisión.
–¿Cuál es el peso de tu palabra en la toma de decisiones?
–Aquí me han oído. Han sido capaces de confiar en lo que uno ve y en lo que uno sabe, especialmente cuando llega el tema de los infielders. Es allí en donde ellos más cosas me preguntan y más confían en mí. Eso, lógicamente, es por todo lo que yo realicé en mi carrera en Grandes Ligas.
–Me he sentido muy cómodo y muy satisfecho con eso. Creo que hasta el momento nos hemos robado muchas bases y lo importante es que no nos han sacado muchos corredores.
El manager, Brad Ausmus, me ha dado la oportunidad de tener a casi todo el mundo con luz verde y eso hace el trabajo mucho más fácil, porque puede enviar a un corredor en cualquier momento, dependiendo de la cuenta o de las cosas que uno ve entre el pitcher y el cátcher. Son detallitos que uno trata de aprovechar y no precisamente con los corredores rápidos, sino con los que tu crees que no van a robarse una base o que no pueden llegar de primera a tercera con hit.
–¿Te ha dado Brad Ausmus suficiente confianza como para ordenar jugadas?
–Hay señas que entre los dos nos damos. Yo constantemente estoy viendo en el dugout y por lo general el me da la potestad de dejar ir a un corredor o no. A veces yo los mando sin chequear, porque se presenta la oportunidad con dos outs o hay un bateador rápido bateando y si al corredor lo sacan out en segunda no significa mucho, porque al inning siguiente el corredor rápido va a abrir el inning.
–¿Cómo ha sido el ajustes en la caja de coach de primera base?
–El ajustes ha sido que tengo que adaptarme más rápido al juego, por eso no me han tomado por sorpresa muchas jugadas. En las primeras de cambio si daban una seña se la tenía que transmitir rápidamente al jugador, habían muchas cosas que uno tenía que tratar de decírselas en el momento, pero ya poco a poco me he ido adaptando y ya sé que no son cien cosas que tengo que decirle al corredor, sino señalarle dos o tres cositas que lo pueden ayudar.
Pero la situación cambio con cada corredor, porque, por ejemplo, uno no le puede decir lo mismo al cátcher, Alex Ávila, que a (Andrew) Romine, quien es un tipo que puede robar base. En ese caso uno tiene que decirle más detalles de los movimientos del pitcher, dónde están jugando los jardineros y todas esas cosas.
Diariamente uno se va adaptando a ese sistema.
–¿Qué te ha gustado de este equipo?
–Me ha gustado el staff de pitcheo. Obviamente que tener a estos dos caballotes ahí, como Jusin Verlander y Max Schezer, aunque bueno son tres, porque también está Aníbal Sánchez, es un lujo.
Eso ha sido la clave del equipo, tener a esos muchachos ahí bateando y obviamente nosotros para ayudarlos tenemos que hacerle el trabajo defensivamente.
Han existido algunas controversias en algunas ocasiones, que nos han puesto a estudiar más el juego, especialmente con lo que llaman el shitf, que cuando tres peloteos están en de un solo lado del infield y solo que da uno del otro lado. Eso es cuando un bateador no enseña que batea mucho la bola hacia el otro lado. Pero eso a veces también le crea una duda a los lanzadores, porque pareciera que muchas veces no saben cómo pitchearle al bateador para que funcione esos cambios, por eso también hay que conversar con ellos esas jugadas y estudiarlas.
–¿Te gusta eso en el béisbol?
Sí, me gusta, porque si tienes a un tipo como Adam Dunn o David Ortiz, que son tipos que no enseñan que batean la bola hacia la tercera base o hacia el campocorto, pues cae bien.
Aunque en estos días nos quemaron, porque nos tocaron la bola con ese shift y nos ganaron un juego.
–¿Qué te ha parecido la aplicación de las repeticiones para disputar las jugadas?
No me ha gustado para nada eso. Le ha quitado mucho movimiento al juego de pelota. Se están tomando mucho tiempo en tomar una jugada y de verdad le quita un poco al flujo del juego.
Por su puesto, es un beneficio para un manager y para un equipo, a la hora de la chiquita, tratar de ver en cámara lenta si la jugada fue quito o out de verdad.
A mí siempre me gustaba que los árbitros tenían la última palabra de cantar quito o out, o fair o foul.
Pero ahora tenemos esto que es un beneficio, especialmente en los últimos innings y que pudiera cambiar el resultado de un juego. Desde ese punto de vista es bueno, es un beneficio, pero no me gusta porque le quita mucho tiempo al juego.
–¿Cómo ha sido el trabajo de Miguel Cabrera en la inicial?
Ha sido magnífico, hasta el momento lleva un solo error. Se ha movido muy bien, se ha comunicado con todos sus compañeros, está siendo el líder del infield y le he dicho que no tenga miedo en hablar con sus compañeros, porque cuando él abre la boca todo el mundo tiene que escuchar.