El verbo “chalequear” no aparece en el Drae, pero sí en el Diccionario de americanismos, de la Asociación de Academias de la Lengua Española, que registra definiciones de este vocablo, con diversos significados, correspondientes a Colombia, Argentina, Venezuela, Perú, Chile y Bolivia. Como acepciones de uso atribuido a nuestro país figuran dos: “Burlarse de alguien” y “Obstruir o entorpecer la realización de una actividad”. La primera no es muy común entre nosotros, yo diría que casi desconocida; la segunda sí es de uso común y corriente por los venezolanos.
El Diccionario del habla actual de Venezuela, de R. Núñez y F. J. Pérez, registra más detalladamente las acepciones con que “chalequear” se usa en nuestro país: “1. Entorpecer o sabotear momentánea o definitivamente la realización de una actividad. 2. Entorpecer o impedir un logro de una persona. 3. Ofender a una persona utilizando palabras injuriosas. 4. Interrumpir al narrador de un relato o a un interlocutor en una conversación. 5. And. Zul. Avasallar a alguien. 6. Zul. No respetar los derechos de una persona, por ejemplo, los económicos o laborales”.
Igualmente detallada es la definición del vocablo en el Diccionario de venezolanismos, de M. J. Tejera et al: “Interrumpir una narración o un chiste para corregirlo o para adelantar el desenlace. 2. Entorpecer un asunto, arrebatarle un negocio o el empleo o una idea a alguien. 3. Tách. Engañar, violentar a alguno en el uso de sus derechos. 4. Zul. And. Vejar, insultar. 5. Tách. En los pleitos, tomar al contendor por la camisa. 6. And. Raptar a una mujer. 7. And. Llan. Arruinar, desmejorar, ensuciar, maltratar”. De estas acepciones la de uso más frecuente es, sin duda, la primera.
También registran “chalequear” en su uso venezolano el “Léxico popular venezolano”, de don Francisco Tamayo: “Entorpecer una acción; hacer fracasar; echar a perder: ‘No vengas a chalequearme el cuento’. ‘Epifanio me chalequeó el asunto, por eso me resultó mal’. ‘Mira, Pedro, no vengas a chalequearme la conversación”; y el Diccionario de voces trujillanas, de Segundo Barroeta: “Término usado con el significado de dominar o avasallar a alguna o algunas personas, en broma o en serio, minimizando o subestimando lo que dicen o hacen. La pronunciación habitual es chalequiar”.
Alexis Márquez Rodríguez