Nicolás Maduro informó hoy que este miércoles fue detenido «un grupo» -sin precisar el número de integrantes- que buscaba generar «violencia» y «disturbios» en Caracas y que, según dijo, estaba «financiado» por el partido opositor Primero Justicia (PJ).
«Ayer capturamos a algunos rezagos, compañeros de los grupos guarimberos (manifestante violento) de la región capital y del centro del país, están presos, han declarado (…) desde diciembre buscando que fomentaran violencia y disturbios en la región capital, en Caracas en general», dijo Maduro.
En transmisión obligatoria de radio y televisión, el jefe de Estado venezolano indicó que este grupo iba «a arrancar con un plan de disturbios en el este de Caracas» y que «detrás de esto está el partido Primero Justicia (PJ)», Henrique Capriles, «los hermanos Guanipa» -Juan Pablo Guanipa y Tomás Guanipa- y José Guerra, todos militantes de la formación.
Ellos «están detrás del financiamiento, la búsqueda de grupos que quedaron (…) para generar violencia», afirmó, y pidió a la Fiscalía investigar el hecho hasta llegar a los responsables que están detrás de los «planes de violencia».
En ese sentido, Maduro pidió a la población venezolana «apoyar» los «esfuerzos de paz» que está haciendo y señaló que ya está dando «garantías electorales» para que la oposición no tenga excusas de ir al camino de la violencia.
Según Maduro, las garantías electorales están en que el Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció hoy que el próximo 27 y 28 de enero los partidos que no acudieron a las elecciones municipales deberán validarse ante este órgano para poder participar en las elecciones presidenciales que deben celebrarse este año.
El pasado 20 de diciembre, la Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela aprobó un decreto en el que estableció que los partidos que quieran participar en próximas elecciones y que no hayan participado en los comicios anteriores deben renovarse ante el Poder Electoral si no quieren ser inhabilitados.
Maduro ha acusado en diversas ocasiones a la oposición venezolana de querer generar «violencia» en el país tras las protestas antigubernamentales que se desarrollaron entre abril y julio del año pasado y que dejaron más de 120 muertos.
