El escrache no es justificable, pero si entendible
El escrache no es justificable, pero si entendible

luciarodriguez

 

@franzambranor

Según el diccionario de la Real Academia Española el verbo escrachar significa romper, destruir o aplastar y se entiende por escrache la acción intimidatoria que realizan algunos ciudadanos contra personas del ámbito político, administrativo o militar, ante domicilios particulares o cualquier lugar público donde se les identifique.

Ultimamente, ante la partida de funcionarios chavistas y sus familiares al extranjero, venezolanos indignados por las condiciones precarias en las que se encuentra el país han increpado a más de uno y recordado el «mar de felicidad» que prometía el fallecido presidente galáctico y el océano de estiércol en el que lo ha convertido su sucesor, Nicolás Maduro.

La hija del alcalde del Municipio Libertador, Jorge Rodríguez, Lucía en Australia; el embajador de Venezuela en Suiza, César Méndez; el Defensor del Pueblo, Tarek William Saab, mientras ofrecía un discurso en el Líbano, el representante de Venezuela en España, Mario Isea; la ex ministra de comunicación Maripili Hernández en Barcelona, el ex ministro de la Banca Pública Eugenio Vásquez Orellana en Miami y hasta el cantante Florentino Primera también en Estados Unidos han sido víctimas de esta nueva práctica de bullying en el exterior.

«Si es mayor de 18 años que aguante, es lo suficientemente grande para saber de donde sacó dinero su papá para mantenerle», dijo la manifestante Gabriela Guevara en el pasado «Plantón Nacional» en el Distribuidor Altamira.

Muchos se preguntarán si el sueldo que devenga Jorge Rodríguez como burgomaestre del municipio Libertador le alcanza para la manutención de su hija en una universidad australiana y por qué aquellos que antes despotricaban del imperio y alababan el socialismo, ahora poseen propiedades y se pasean por Ocean Drive en la soleada Florida.

«Si bien esas acciones no son justificables, son perfectamente entendibles», explicó el psicólogo social y ahora coordinador del equipo político de la Mesa de la Unidad Democrática, Ángel Oropeza.

«Imagínate que estás en un exilio forzado, tal vez pasando trabajo, lejos de tus seres queridos y sabiendo que están sufriendo en Venezuela y te consigues a un ex funcionario o hijo de este comiendo en un restaurante lujoso, llevando una vida de rico, mientras en tu país la gente come de la basura, por supuesto que eso produce mucha indignación», dijo el doctor.

Para Oropeza, el increpar a uno de estos personajes es una forma de expresar legítima indignación y una normal frustración.

Sin embargo, el también profesor universitario asegura que esto es precisamente lo que desea extirpar la oposición.

«Se entiende la rabia, pero no podemos comportarnos de la misma forma en que criticamos a nuestros adversarios políticos, tenemos 18 años con la sombra del discurso de odio promovido por Hugo Chávez y ahora fortalecido por Maduro, una retórica que contaminó a gente de un bando y de otro y que promueve que el que piensa distinto a mi es mi enemigo y hay que destruirlo», acotó.

Por ello, convalidó la invitación que hizo el primer vicepresidente de la Asamblea Nacional, Freddy Guevara, a no caer en esas tentaciones y dejar en paz a los familiares de afectos al chavismo que habitan fuera de nuestras fronteras.

«La violencia es lo más básico que tiene el ser humano, por eso es muy fácil caer en ese campo de las retaliaciones, el llamado de la MUD es a que cese la confrontación, es momento de unión, es la única forma de salir de este gobierno».

Oropeza confesó que ante la creciente diáspora, que tampoco escapa a quienes respaldan o apadrinaron en algún momento al régimen revolucionario, el escrache podría incrementarse y en ese sentido la única forma de detener toda la ola de insultos y vejaciones pasa por lo mismo. «Cambiar a Maduro».

«Es que todos los caminos nos conducen a eso, esto dejó de ser un problema de partidos políticos, de la MUD, la gente cambió y asimiló que la única manera de enderezar su vida, acceder nuevamente a alimentos, medicinas y tener una calidad de vida digna, es cambiando al gobierno, no hay otra», esbozó.