Eudomario Carruyo: una clase magistral de cómo disimular la riqueza siendo ostentoso - Runrun
Eudomario Carruyo: una clase magistral de cómo disimular la riqueza siendo ostentoso

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Entre los argumentos que Ramón Fonseca, socio de la firma Mossack Fonseca, víctima de una filtración masiva de sus comunicaciones desvelada por el Consorcio Internacional de Periodistas el domingo 3 de abril, invoca para defenderse está el apego a los procedimientos establecidos en las leyes de Panamá para abrir sociedades mercantiles en los paraísos fiscales y en la completa verificación de antecedentes de sus potenciales clientes.

El caso del exvicepresidente de Finanzas de Pdvsa, Eudomario Carruyo, demuestra las dudas que se generaban en la compañía cuando tocaba la puerta una Persona Expuesta Políticamente (PEP, por sus siglas en inglés) y el tiempo que transcurría antes que se advirtiera alguna irregularidad.

En septiembre de 2005, apenas cuatro meses después de que uno de sus hijos, Eudo, estrellara un Lamborghini 2004 valorado en más de 174 mil dólares, en una avenida de Miami, Estados Unidos, el estudio jurídico panameño comenzó las gestiones para registrar a nombre de Eudomario Carruyo la apertura y registro de una empresa, la suscripción de poderes y manejo de cuentas que involucró a Suiza, Panamá e Islas Vírgenes Británicas.

Carruyo era entonces una de las figuras cimeras del personal de la industria petrolera que había sobrevivido al despido de más de 20 mil de sus trabajadores luego del paro de actividades transcurrido entre diciembre de 2002 y febrero de 2003. Pero a partir de aquel accidente, en el que murió una persona que acompañaba a su hijo, quien tuvo que pagar una fianza de $100 mil, se regaron dentro de la sede principal de Pdvsa en Caracas los rumores de la participación del vicepresidente de Finanzas en el pago a proveedores y en la colocación de dinero en bancos nacionales e internacionales. Un extrabajador de la industria resumió así su paso por los cuarteles generales de Pdvsa: “dejó una mala imagen, por la ambición y falta de escrúpulos”.

El 16 de septiembre de 2005 Mossack Fonseca registró en Isla Vírgenes Británicas (BIV, por sus siglas en inglés) una empresa llamada Ozark Invesment Corp, con un capital de 50 mil dólares y emitió 50 mil acciones valoradas en un dólar. Doce días más tarde, desde la oficina de Trusban en Ginebra, Suiza, André Housman, un representante de esa entidad bancaria que opera en paraísos fiscales, solicitó que su cliente, EudomarioCarruyo, fuese incorporado como representante de esa firma recién registrada. Se trató de que el banquero suizo explicara este proceso, pero no respondió al correo enviado.

No pasó mucho tiempo para que las dos directoras de la compañía de papel, aprobaran que Carruyo, recién nombrado entonces director interno de Pdvsa, tuviera la capacidad de firmar todo por Ozark. Ostentaba Carruyo no solo ese cargo, sino que también era directivo de Citgo, la petrolera venezolana radicada en Estados Unidos, y de las empresas filiales Deltaven y Pdvsa Marina. Pero también quería manejar empresas de papel. No lo hizo solo. De a poco sumó a su esposa, Nancy Perozo, a sus hijos Eudo y Carlos, y hasta a una persona de nombre Juan Carlos Linares Perozo. En agosto de 2007, todos los Carruyo tenían poderes para manejar la firma.

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