Kerry dice que el gobierno venezolano es el único molesto por apertura de EEUU a Cuba
El secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, dijo hoy que Venezuela es el único país al que molesta el proceso de normalización de relaciones con Cuba iniciado por el Gobierno de Barack Obama el pasado diciembre.
“Este cambio de política ha sido recibido con una extraordinaria bienvenida en Latinoamérica, en Centroamérica, en Europa. Creen que era necesario hacerlo desde hace mucho tiempo. Los únicos que se han inquietado por ello son los venezolanos”, dijo Kerry en una audiencia ante el Comité de Gastos del Senado de EE.UU.
El titular de Exteriores estadounidense subrayó que la apertura a Cuba “no se trata” de lo que el Gobierno cubano “puede hacer” por EE.UU., sino de lo que Washington puede “hacer por el pueblo cubano”.
“Esta es la decisión correcta, y el futuro lo dejará claro”, aseguró.
Según Kerry, el proceso de restablecimiento de relaciones diplomáticas, rotas desde 1961, “elimina el pretexto” con el que contaba el Gobierno cubano para limitar “las libertades y la prosperidad económica” de su pueblo.
Kerry se pronunció así en respuesta a las preguntas del senador demócrata Patrick Leahy, uno de los grandes defensores de la política de Obama para una mayor apertura a Cuba.
Estados Unidos y Cuba mantendrán este viernes en Washington la segunda ronda de negociaciones para el restablecimiento de sus relaciones, después de mantener unos primeros contactos en La Habana en enero.
Durante su primer encuentro en Cuba, las delegaciones de ambos países intercambiaron propuestas sobre la reapertura de sus respectivas embajadas, las cuotas de personal diplomático de las mismas y el tipo de acreditación que tendrá el resto de personal de las misiones diplomáticas.
Para el Gobierno cubano, es esencial que Estados Unidos elimine el embargo sobre la isla -algo que solo puede hacer el Congreso estadounidense- y que Cuba salga de la lista de países patrocinadores del terrorismo que elabora el Departamento de Estado.
Otro de los puntos de fricción frecuente entre ambos países es el tema de los derechos humanos, un asunto que Estados Unidos ha asegurado que formará parte del proceso de negociación.