El déficit presupuestario, la caída del precio del barril, crisis económica y la escasez en 2015, hará muy difícil, por no decir imposible, mantener el incremento del presupuesto para los programas sociales en términos nominales y en algunas misiones incluso en términos relativos (por encima de la inflación), que ya era costumbre año a año.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), órgano que maneja solo cifras oficiales, confirma esta semana el aumento de la pobreza y de la pobreza extrema en Venezuela, es decir la gigantesca inversión social de los últimos años no construyó las bases para incorporar a la vida productiva y de seguridad social estable a grandísimos sectores que recibieron beneficios, y ahora en época de vacas flacas el universo de venezolanos que requiere asistencia del Estado es mayor.

¿De qué tamaño será el impacto en las misiones?

Al analizar el impacto de la falta de productividad y la escasez encontramos riegos preocupantes sobre casi todas las misiones. Es obvio que el Programa de Alimentación Escolar (PAE) requerirá más dinero, tiempo y logística para ofrecer desayuno almuerzo y merienda a los escolares. Si en los últimos años el PAE tuvo bajo nivel de cumplimiento tan bajo que se tradujo en aumento de la deserción escolar (ver informe de Mariano Herrera, es muy posible que con las dificultades para conseguir comida y proveedores confiables, los comedores escolares o las madres procesadoras, no puedan cumplir sus compromisos, los niños no tengan sus comidas y sus madres tampoco puedan suplir estas necesidades básicas, y no solo porque no consigan leche, harina pan, caraotas y arroz, sino porque los otros subsidios tampoco alcanzarán, si es que les llegan.

La misión Hijas e Hijos de Venezuela, entrega a madres en condición de pobreza extrema Bs. 450 por mes por hijo. Esto a un cambio de 6Bsx$ representaba el límite de $2 diarios que según Naciones Unidas los mantendría fuera de la línea de pobreza. Pero a las madres no les dan $2 diarios, les dan Bs.450. ¿Qué se compra con eso ahora? Y ¿dónde se puede comprar? Para aumentar el monto por hijo y poder hacer una media compra, tendrían que reducir el número de beneficiarios, que para 2013 se contabilizaban 321 mil familias. De esto tampoco habla el gobierno.

No es difícil ver el efecto de la crisis y la escasez en la Misión Barrio Adentro, pues la situación de salud se viene declarando en niveles dramáticos desde hace años, pero que la escasez agudizará. Un ejemplo de esto son los titulares de la prensa de este 29 de enero: «De 379 rubros, 296 están en falla absoluta», dice Asociación de Clínicas; 248 personas contraen malaria cada día;  Muertes por falta de insumos en hospitales, podrían transformarse en demandas al Estado.

Adicionalmente, fuentes confiables del sector salud indican:

Escasez de insumos médicos como:

Tubos endotraqueales, mascarillas anestésicas, soluciones de todo tipo, material para suturas, catéteres, sondas y bolsas de colostomía, insumos del banco de sangre, laboratorios, equipos para diabéticos.

Escasez de medicamentos:

Para el cáncer, para la diabetes y tiroides, antiepilépticos, enfermedades cardiovasculares, multivitamínicos, enfermedades renales, enfermedades respiratorias, digestivos/antiácidos, antioxidantes, antibióticos, antihemorrágicos, antirretrovirales para pacientes con VIH, anticonceptivos, óvulos vaginales, y cremas de tratamiento vaginal.
En la Gran Misión Vivienda Venezuela, que tuvo un brusco descenso en sus metas en 2014, será difícil que pueda cumplir su meta de 400.000 viviendas para 2015 con la escasez de cemento y acero para las cabillas. Pero además en las ferreterías faltan hasta los bombillos.

En año electoral será más difícil para el gobierno reducir los programas sociales, a su alcance. Su efectividad y eficacia se hace imprescindible, pero ni con eso parece que alcanzará, a menos que el gobierno siga endeudando al país hasta los huesos; o se venda el país a los chinos. Confiemos en un acto de magia o en que Dios proveerá.

Las misiones y demás programas sociales parecieran requerir una reestructuración urgente, orientando los recursos disponible a prioridades establecidas luego de estudios y análisis no políticos, a sectores con mayor grado de vulnerabilidad, grupos que requieran atención en momentos especiales (ej. enfermedades graves y de alto costo). Una crisis tan grave requerirá concentrar los esfuerzos de atención en menos programas, que reduzcan gastos burocráticos que se multiplican ante decenas de misiones redundantes.

Pero contrario a esto, el presidente Maduro en su presentación en la Asamblea Nacional menciona nuevamente la creación de la Misión Jóvenes de la Patria Robert Serra, que según la poca información que se conoce “tiene como objetivo garantizar el desarrollo integral, la movilización permanente e inclusión social de las y los jóvenes venezolanos; promover su potencial creativo, educativo, cultural, científico y productivo, propiciando una nueva cultura de la vida basada en la convivencia solidaria y en el disfrute responsable a las mil 500 Bases de Misiones asentadas en los sectores donde aún hay familias viviendo en pobreza extrema, así como a las mil 500 bases edificadas en los urbanismo de la Gran Misión Vivienda Venezuela.

En momentos de austeridad como los que vivimos los venezolanos, es imprescindible que el gobierno saque las manos de la política de los programas sociales y las misiones y utilice de forma responsable los recursos según las reales necesidades de la nación.