Los 43 muertos no reciben justicia pero sirven como propaganda
Adriana Núñez Moros | @AdrianitaN
Maria Alesia Sosa Calcado | @MariaAlesiaSosa
A un año del 12 de febrero de 2014, se conocen los nombres pero no todos los rostros de los 43 muertos relacionados de alguna manera con los hechos de aquel Día de la Juventud.
El saldo de las protestas que comenzaron en febrero de 2014 está allí: 43 muertos.
El Gobierno no garantizó el constitucional derecho a la vida a ninguno de esos venezolanos ni tampoco ha concedido justicia a sus familiares, pero sí los utiliza como propaganda política para criminalizar las protestas. Algunos de ellos participaban, otros no.
La versión del Gobierno sobre estas muertes es distinta en la mayoría de los casos. Y muy distante a la que sostienen los familiares y organizaciones de Derechos Humanos. Hasta las cifras son diferentes.
Un especial del canal estatal Telesur habla de 49 personas fallecidas, mientras que el Foro Penal maneja la cifra de 44. La organización no gubernamental relaciona a 10 víctimas (de las 44 que reconoce) directamente con las guarimbas. Mientras, el Centro de Derechos Humanos de la Ucab y Provea informan que se trata de 42 muertes.
El Ministerio Público reconoce la muerte de 43 venezolanos desde que “iniciaron los hechos de violencia fascista en gran parte del país”, según reza una nota de prensa de esa institución el 26 de mayo de 2014.
La fiscal general Luisa Ortega Díaz, en su columna “Guarimbas”, publicada en todos los medios del Estado el 10 de febrero de 2015, explica que esas 43 personas muertas son “un balance, una muestra de la alteración de la paz social”. Además dice que el Estado “con absoluto respeto del derecho al debido proceso, adelantó las investigaciones para establecer las responsabilidades ante estos graves delitos”.
La propia fiscal reconoció que hay 43 fallecidos, pero mencionó que sólo cuatro de las muertes están siendo investigadas: Bassil Dacosta, José Alejandro Márquez, Geraldine Moreno y Adriana Urquiola.
Si bien la Fiscalía ha adelantado esos cuatro casos de 43, ninguno se ha resuelto.
El caso de Geraldine Moreno con el rostro deformado por heridas de perdigones, es emblemático para mostrar el uso que la propaganda gubernamental ha hecho con las víctimas mortales de las protestas. Su foto ha sido utilizada infinidad de veces por grupos oficialistas para denunciar que fue una muerte ocasionada por las llamadas guarimbas.
En el caso de Moreno, no sólo se comprobó que quienes le dispararon fueron funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana, sino que tampoco se ha hecho justicia. Cuatro funcionarios fueron presentados por el caso, de los cuales sólo dos están privados de libertad, mientras que los otros dos se encuentran bajo régimen de presentación. Las ONGs reconocen que al menos 25 funcionarios intervinieron en el ataque.
El 22 de febrero de 2015 se cumple un año del asesinato de Geraldine Moreno, y aún no ha comenzado el juicio, ha sido diferido ocho veces.
El Gobierno ha utilizado estas muertes para criminalizar las protestas que iniciaron los estudiantes en febrero de 2014.
El 24 de febrero de 2014, apenas dos semanas después de la marcha del 12F, el presidente Nicolás Maduro dijo que las protestas de la oposición habían provocado la muerte de 50 personas. “Ya van más de 50 muertos productos de las barricadas y de las guarimbas”, señaló en cadena de radio y televisión desde el Palacio de Miraflores.
También la Fiscal Ortega Díaz dijo el 14 de noviembre de 2104 en su programa de Unión Radio que muchos de los muertos entre febrero y junio fueron causados por las guarimbas.
La campaña del canal Telesur en favor de la “Víctimas de la Guarimba y el Golpe Continuado” utiliza imágenes de Geraldine Moreno para condenar las guarimbas. Rosa Orozco, la madre de Moreno, en una entrevista a NTN24, negó esta versión. “Mi hija no fue víctima de la guarimba, sino de este gobierno asesino”.
La misma campaña utiliza la imagen de Bassil Da Costa. La madre de Dacosta, Janeth Frías, también declaró a El Impulso en diciembre de 2014 que su hijo fue asesinado por el Sebin y negó relación con las guarimbas.
“Mi hijo no era guarimbero. El simplemente fue a marchar como todo ciudadano venezolano porque yo tenía cuatro meses esperando una operación y nunca había insumos. Fue a alzar su voz en protesta por lo que está pasando en este país, pero encontró la muerte por culpa de un Sebin, porque quiso matarlo, porque lo mandaron, por odio o por rabia”.
A continuación la lista que presenta algunos medios del Estado con correcciones realizadas por el equipo de Runrun.es:
*Gráficos: Daniela Dávila Torres