Los inversores que buscan comprar la nueva criptomoneda venezolana tal vez quieran dirigirse a un banco moscovita desconocido cuyos principales accionistas son el gobierno socialista del presidente Nicolás Maduro y dos compañías rusas bajo control estatal bajo sanciones de los EE. UU.

Evrofinance Mosnarbank se ha convertido en la única institución financiera internacional dispuesta hasta ahora a desafiar una campaña de Estados Unidos  para descarrilar la primera moneda digital respaldada por el estado, llamada petro, incluso antes de que comience a funcionar.

Los primeros  inversores posibles que se registraron con el gobierno de Venezuela y descargaron el software de billetera del petro, disponible en español, inglés y ruso, fueron invitados a comprar la criptomoneda cableando un mínimo de 1.000 euros a una cuenta del gobierno venezolano en Evrofinance.

El lugar del banco en el lanzamiento del petro es una prueba más del papel de Rusia en la creación de una criptomoneda que gran parte del mundo digital ha evitado, pero que Maduro espera que le permita a Venezuela eludir las sanciones financieras impuestas el año pasado.

En el lanzamiento del petro el 21 de febrero, Maduro elogió a dos rusos en la audiencia que trabajaron con empresarios adinerados, conectados con el Kremlin, agradeciendo a sus nuevas empresas desconocidas – Zeus Exchange y Aerotrading – por su papel en el desarrollo de lo que bromeó sería un tipo de «kriptonita» contra el dominio económico de los Estados Unidos.

Un día después, envió a su ministro de economía a Moscú para informar a su homólogo de finanzas ruso.

Y en marzo, la Asociación Rusa de Criptomoneda y Blockchain le otorgó al gobierno venezolano un premio por su papel «desafiando los poderes de facto del sistema financiero internacional».

El interés de Rusia en el petróleo se debe a su propio estatus cada vez más paria en el oeste, dijo Claiborne W. Porter, ex jefe de la unidad de integridad bancaria del Departamento de Justicia de Estados Unidos. A medida que las relaciones con EE.UU. y la Unión Europea se vuelven más tensas, ambos países buscan formas de demostrar fortaleza política mientras mueven dinero fuera del sistema financiero estadounidense.

«Al igual que los niños en el patio de recreo, Venezuela y Rusia creen que están luchando contra un matón común en las sanciones de Estados Unidos, por lo que intentarán formar un frente unido», dijo Porter, quien ahora es el jefe de investigaciones en la firma consultora Navigant con sede en Washington.

Rusia ha proporcionado a Venezuela miles de millones en alivio de la deuda a lo largo de los años y es un importante inversor en la industria petrolera del país. Esa línea de vida financiera se ha vuelto más importante desde que la administración Trump prohibió el año pasado a los estadounidenses prestar dinero al gobierno casi en bancarrota y ahora amenaza con aplicar sanciones a la industria petrolera de la nación, OPEP,  si Maduro lleva a cabo las elecciones presidenciales de este mes que son rechazadas a nivel mundial. En marzo, Trump firmó una orden ejecutiva que prohibía a los estadounidenses cualquier trato con el petro.

Evrofinance y sus ejecutivos no devolvieron repetidas solicitudes de correo electrónico para hacer comentarios. Pero después de las consultas de The Associated Press, todas las referencias al banco fueron eliminadas de la billetera del petro, dejando a los posibles compradores sin orientación sobre cómo comprarlo, aunque todavía está a la venta en rublos y euros, así como en otros tres criptomonedas utilizadas frecuentemente.

El gobierno de Venezuela compró una participación del 49 por ciento en Evrofinance en 2011, haciendo que el banco, que remonta su historia un siglo atrás como un puesto financiero occidental para la Unión Soviética, un vehículo para el comercio binacional y proyectos de inversión, con casi 800 millones de dólares en activos.

El resto de las acciones están en manos de dos grandes bancos, VTB y Gazprombank, controlados por el estado, que fueron sancionados por los Estados Unidos y las naciones europeas en 2014 por la anexión de Crimea por parte del presidente Vladimir Putin.

No está claro cuántos petros ha vendido el gobierno. Maduro alardeó este mes que el gobierno había recaudado 3,300 millones de dólares en la fase de la preventa. Pero hasta ahora solo una pequeña fracción de los petros parece haber sido distribuida a los compradores, de acuerdo con la cadena de bloques (blockchain) donde los movimientos de la moneda digital pueden ser rastreados públicamente.

Expertos dicen que el petro es de poco interés para los extranjeros que no sean traficantes de drogas y otros activos en el creciente submundo criminal de Venezuela. Incluso las plataformas de operaciones extraterritoriales como Bitfinex se niegan a negociar en el sector petrolero por temor a violar las sanciones. El sitio web de clasificación ICOindex.com, que rastrea las ofertas de monedas iniciales de las criptomonedas, llamó al petro una «estafa».

«Una abrumadora mayoría de ICOs no cumplen con lo que prometen porque sus promotores son estafadores directos o no tienen experiencia técnica», expresó Alejandro Machado, un ingeniero en computación de origen venezolano que asesora a empresas de criptografía. «En el caso del gobierno venezolano, ambas razones se aplican».

Uno de los dos rusos que firmó acuerdos con Maduro para posicionar al petro global, Denis Druzhkov, había sido multado con 31,000 dólares y prohibido durante tres años por la Bolsa Mercantil de Chicago por operaciones fraudulentas en contratos futuros. Zeus Exchange, que Druzhkov creó junto con un industrial vinculado al Kremlin, dijo en un comunicado que nunca tuvo vínculos comerciales con el gobierno venezolano y que Druzhkov renunció luego de abusar de su autoridad.

El otro, Fedor Bogorodskiy, solía ayudar a dirigir la división de tarjetas de crédito en un banco controlado por un oligarca ruso. Ha vivido en Uruguay desde 2009, combinando negocios de telecomunicaciones con la promoción a tiempo parcial de la cultura rusa. Bogorodskiy le dijo a The Associated Press que su compañía, Aerotrading, cuyo sitio web consiste en una sola página de inicio sin información de la compañía, inmediatamente cesó todo el trabajo en el petro después de que Trump anunciara su prohibición.

A pesar de la presión, Maduro no muestra signos de desaceleración. Le dio a las instituciones gubernamentales, desde ministerios hasta aeropuertos, 120 días para comenzar a aceptar el petro como moneda de curso legal en todas las transacciones. También ha allanado el camino para la creación de 16 intercambios locales donde los venezolanos podrán comprar petros con sus bolívares de depreciación rápida. También se está trabajando en una segunda criptomoneda respaldada por el Estado vinculada a las reservas de oro del país.

Pero ganar aceptación internacional sigue siendo una batalla cuesta arriba.

Yuri Pripachkin, presidente del grupo ruso de la blockchain que honró a Venezuela, dijo que a pesar de que el Kremlin sigue de cerca al petro, no ha estado involucrado en su desarrollo. Aún así, comentó que mientras las sanciones se usen como una herramienta de política exterior para castigar a los gobiernos que desafían las políticas de EE.UU los incentivos para buscar medios alternativos de financiamiento se mantendrán. También desestimó la idea de que el petro se podría usar para financiar actividades delictivas.

«Eso es un cuento de hadas», dijo Pripachkin. «La moneda más popular para los terroristas y criminales en todo el mundo es el dólar de EE. UU., No el cripto, y nadie sugiere que prohibamos dólares. Esto es solo un intento de detener la expansión de criptomoneda».