El fútbol y la política siempre han tenido una sórdida conexión - Runrun
El fútbol y la política siempre han tenido una sórdida conexión

Alfredo Di Stefano, fue secuestrado en Caracas en 1963

 

Por La Pizarra del DT

El pasado domingo 03 de junio se disputó un partido más entre Honduras y El Salvador. Un encuentro que, a priori, resultaba intrascendente. Un amistoso entre dos selecciones centroamericanas que terminó 0-1. Pero en 1969, terminaría en una guerra.

A lo largo de la historia, el fútbol y la política se han mezclado de manera cotidiana. Rusia 2018 también tendrá sus tintes políticos a sabiendas de los ya pasados conflictos entre Putin y otros mandatarios.

En tiempos de antaño lo que rodea al fútbol ha llegado a ocasionar desde guerras, hasta detener algunas de ellas.

El régimen Mussolini

 

 

El italiano Benito Mussolini fue uno de los primeros en inculcar la política en el fútbol. Su misión era la de expandir su régimen autocrático por el mundo y qué mejor manera de hacerlo que a través de un Mundial. Italia, la anfitriona y “favorita” para ganar, contaba con su mejor aliado: el presidente de su país.

Quizás el Mundial de 1934 –con permiso del de 2002– ha sido el más corrupto de la historia por cómo se desarrollaron los hechos. El más resaltante fue el partido que disputó la anfitriona contra España en cuartos de final.

Según reseñas de la época, se permitieron patadas y goles ilícitos del conjunto local. Finalmente la azurra quedaría campeona del mundo, tras vencer a Checoslovaquia en la final.

La guerra del fútbol

 

 

Corría el año 1969. Los salvadoreños inmigrantes en Honduras eran perseguidos y asediados por la justicia del país vecino. Existían problemas políticos, los medios de comunicación alentaban al odio y, para completar, Honduras jugaría contra El Salvador un partido de ida y vuelta para definir al clasificado al Mundial de México 70.

La ida finalizó 1-0 a favor de Honduras. Tras ese compromiso una joven de 18 años salvadoreña llamada Amelia Bolaños se disparó en el corazón, porque se podía perder, pero no contra Honduras. Su cara aparecería en todos los diarios, televisores y folletos del país, alargando el tenso clima que se vivía en Centroamérica.

El episodio fatídico de Bolaños, aumentaría el conflicto entre ambos países y se desataría una guerra de 5 días que dejó un saldo de 4000 muertos.

En un segundo plano quedaría el tercer partido, el de desempate, que ganó El Salvador 3-2 en Ciudad de México. Con ello El Salvador consiguió una plaza en el Mundial de 1970, pero sin gloria se devolvió tras una primera fase donde no logró marcar ni un gol y perdió todos sus partidos.

El Start FC

 

 

Para el año 1942, Ucrania estaba devastada por el régimen Nazi. El Dynamo Kiev  –mejor club de la época– se había enrumbado a la desaparición.

Como búsqueda de un cauce de esa catástrofe, un panadero reunió a todos los jugadores que militaban en el equipo y creó uno nuevo: Start FC. Fue inscrito en la liga del país donde figuraban cuatro equipos del régimen de Hitler.

El nuevo club de la competición iba invicto, le ganaba a todos de manera sencilla, hasta al Flakel, quien pidió revancha. En dicho compromiso los jugadores del Start FC fueron amenazados de muerte si ganaban, pero el honor lo valía más.

Los ex Dynamo Kiev derrotaron a sus rivales, pero luego, tal cual fue dicho, fueron perseguidos hasta que cuatro de ellos fueron ejecutados y otros diez enviados a campos de concentración.

De ellos solo queda el recuerdo y un monumento en el Zenit Stadium que dice “De la rosa solo nos queda el nombre”

“Deja la vida en la cancha”

 

 

Los regímenes autoritarios son fieles a sus principios y no dejan que haya libertad de pensamiento. Uno de los más notables en la historia mundial fue el de Hitler, en Alemania. Para antes de 1938, Austria sería tomada por los nazis, impidiendo que estos jugaran el Mundial de 1938 y así frustrando el sueño de Sindelar. El jugador austríaco era el mejor de su época, según dicen. Jugaba con el Austria Viena y ya había disputado la Copa del Mundo pasada en la que realizó una espléndida demostración a pesar de no quedar campeón.

Para “despedir” a la selección austríaca se jugaría un partido contra Alemania. El partido fue muy dudoso. Sindelar se driblaba a todos los jugadores y, a puerta vacía, se fallaba el gol. Se desconoce que les habrán dicho a los jugadores en el camerino, pero en el segundo tiempo, el delantero austríaco marcó dos goles y fue catapultado al olvido.

Tras el compromiso fue invitado a jugar el Mundial con Alemania, pero fiel a sus principios, desistió. Meses después fue encontrado muerto en su apartamento con su novia a causa del monóxido de carbono. A su funeral fueron 15000 personas.  El mejor jugador de la historia de Austria fue despedido en grande

El secuestro de Di Stefano

 

 

Corría la mañana del 24 de agosto de 1963 en la ciudad de Caracas, exactamente en el Hotel Potomac de San Bernardino. Alfredo, quién estaba en un torneo en la capital venezolana con el Real Madrid, se había lesionado la noche anterior y dormía plácidamente a las 6 de la mañana. En su habitación irrumpieron dos efectivos de la PTJ para hacerle unas preguntas sobre un tiroteo que supuestamente había ocurrido el día anterior luego de finalizado el compromiso.

Di Stefano se cambió y acompaño a los “policías”, quienes lo metieron en un auto negro y lo secuestraron. Ellos eran parte de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), una organización guerrillera creada por el PCV (Partido Comunista de Venezuela) para operar en contra del gobierno del presidente Rómulo Betancourt.

Con dicho secuestro buscaban la atención de medios internacionales y la llegada del mejor jugador del mundo al país era el momento perfecto. Así fue, tuvieron al delantero merengue en una casa con todas las comodidades, pero sin poderse comunicar con el exterior durante poco más de dos días. Madrid y todo el planeta se paralizó para conseguir al artillero argentino, quien tan solo fue un apoyo político en contra del régimen del gobierno venezolano.

 

Pelé detiene la guerra

O Rey vivía sus años de gloria, con el Santos de Brasil. Sorprendía a propios y extraños. Ese año habían ganado la Copa Libertadores y la Copa Intercontinental. Estaban en la cima del fútbol internacional.

El club de Pelé fue invitado al Congo a jugar un torneo, pero se vivía una guerra civil, las diferencias sociales eran tan marcadas que existían casi cien diferentes religiones. La gente tildaba de loco al equipo de viajar a un estado con tantos conflictos bélicos, pero el presidente de ese entonces decretó que mientras el mejor jugador del mundo estuviese en sus tierras, se detendría la guerra.

Así fue. Diez días de paz y unión en la República Democrática del Congo –para aquella época se llamaba Zaire–. El equipo carioca derrotaría 3-2 a los anfitriones y 4-0 a Gabón.

El Rey del fútbol había detenido la guerra con su mera presencia.

El estadio como campo de concentración

 

 

Un estadio que ha traído innumerables glorias al pueblo austral, también daría muchas penas. Para el año 1973 la “roja” debía jugar el repechaje al Mundial de 1974 contra la URSS. La ida había finalizado 0-0 en territorio europeo y la vuelta sería jugada en el coloso de Santiago.

Este histórico monumento con capacidad para 48000 espectadores estaba siendo víctima de uno de los atentados del régimen ultra derechista chileno: era un campo de concentración. En él se estimaba que permanecían detenidas aproximadamente 40000 personas, estas eran sometidas a torturas y amagos de fusilamiento. También hubo muertes.

Chile rompería relaciones con la Unión Soviética antes de los compromisos, logrando que estos últimos pasaran una carta a la FIFA pidiendo la suspensión del partido ya que atentaba contra la seguridad de los comunistas. El ente máximo del fútbol internacional declinó; días antes se había hecho una inspección al estadio y se consiguió en perfectas condiciones, los presos políticos habían sido sacados del recinto y se le logró engañar a la opinión pública. El partido debía jugarse.

La URSS no se presentó y Chile clasificaría al Mundial. La dictadura de Pinochet sacaba provecho de un mítico estadio para sus propios beneficios.  

Los deportes han sido politizados por los diferentes gobiernos en cursos ya que unen y mueven masas. Al tener al pueblo feliz, los peces gordos de la presidencia se mantienen estables. El fútbol y la política son aliados.

¿Sucederá algo en Rusia? O… ¿Ya sucedió?