Donald Trump es oficialmente el candidato republicano a la Casa Blanca
Donald Trump es oficialmente el candidato republicano a la Casa Blanca

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Unidos por una noche, los republicanos nominaron a Donald Trump como el abanderado presidencial de su partido, lo que representa la culminación del empresario de su ascenso por los rangos republicanos y lo proyecta a las elecciones presidenciales de noviembre contra la demócrata Hillary Clinton.

«Esto es un movimiento, pero debemos ir por todo», dijo Trump en declaraciones en video que se transmitieron en la sede de la convención.

Para Trump, esta fue una muy necesaria oportunidad para reagruparse tras un caótico inicio de la convención, con acusaciones de plagio en el discurso de Melania Trump en la ceremonia inaugural. El martes no hubo polémicas, pero el evento no tuvo el toque de brillo y Hollywood que había prometido el magnate, con varios cargos republicanos desfilando sobre escenario con agudas pero repetitivas críticas a Clinton.

El gobernador de New Jersey, Chris Christie, fue uno de los pocos oradores que animó a la audiencia, con duras críticas a Clinton y pidiendo a los delegados que gritaran «Culpable» mientras enumeraba acusaciones contra la demócrata.

«Nosotros no descalificamos a Hillary Clinton para ser presidenta de Estados Unidos, los hechos en su vida y su carrera son los que la descalifican», dijo Christie.

La familia de Trump volvió a ocupar el escenario central, subrayando la urgente tarea de campaña para transformar la imagen de un candidato que a menudo es visto como áspero y divisivo. Dos de los hijos de Trump hablaron de su carácter, presentándolo como un hombre que no se intimida ante los desafíos.

«Para mi padre, imposible es tan solo el punto de partida», comentó Donald Trump Jr., el mayor de los cinco hijos del candidato republicano.

La sombra del plagio volvió a ceñirse sobre la convención cuando el programa «The Daily Show» destacó en Twitter las similitudes entre dos frases del discurso de Donald Trump Jr. y un artículo de F.H. Buckley en The American Conservative. Ambos pasajes comparan las escuelas estadounidenses con grandes almacenes de la época soviética gestionados para beneficiar a los empleados, no de sus clientes.

Buckley dijo a The Associated Press que fue uno de los principales responsables del discurso de Trump Jr., «por lo tanto no es un problema».

Para algunos republicanos, la noche también ofreció una idea de lo que pudo haber sido. El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, que se resistió a los llamados para unirse a la campaña presidencial, hizo un elocuente llamado a la unidad del partido, aunque su mensaje se centró más en los riesgos de permitir que los demócratas permanezcan en la Casa Blanca y avancen en el Congreso, que en respaldar a Trump.

«Compitamos en todas partes de Estados Unidos y salgamos a votar como si hasta el último voto contara, porque así será», afirmó Ryan.

Muchos líderes republicanos se mantuvieron lejos de la convención, aún temerosos de ser vinculados con su divisivo candidato e inseguros sobre cómo su nominación afecta su propio futuro político.

Los asistentes a la convención reflejaron la creciente insatisfacción de algunos republicanos con la élite del partido. El líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, que ha ofrecido un tibio apoyo a Trump, fue recibido con abucheos cuando tomó el escenario.

Se dieron algunas muestras de disidencia cuando los estados que Trump no ganó registraban sus votos, pero el empresario se distanció rápidamente de sus rivales en las primarias.

Su estado natal, Nueva York, fue el que le dio la cifra requerida para la nominación. Cuatro de sus hijos formaron parte de la delegación del estado en la convención para el histórico nombramiento y parecían sobrecogidos por la emoción.

Tiffany Trump, la hija de 22 años del candidato con su ex esposa Marla Maples, adornó sus declaraciones con raras anécdotas de su padre, incluyendo las notas escritas a mano que le dejaba en su reporte de calificaciones.

«Mi papá es un líder natural, la última persona que te dirá que bajes tus aspiraciones», comentó.

Melania Trump fue elogiada por resaltar las cualidades personales de su marido durante su discurso del lunes. Habló de su «simple bondad», su lealtad y el amor hacia su familia, mientras subrayaba el «drama» que se genera con Trump en la política.

Pero su discurso fue también objeto de acusaciones de plagio. Dos pasajes de su intervención, cada uno de al menos 30 palabras, coincidieron casi literalmente con uno que pronunció Michelle Obama en la convención demócrata de 2008.

La campaña de Trump mantuvo viva la polémica en el segundo día de la convención al insistir en que no había evidencias de plagio y no ofreció más explicaciones sobre cómo esos dos fragmentos terminaron en el discurso de la esposa de Trump. El tema copó la actualidad desde Cleveland hasta la votación vespertina, eclipsando el gran esfuerzo de Melania Trump por mostrar un lado más amable de su esposo.

Clinton aprovechó la polémica y dijo que, hasta el momento, la convención republicana ha sido «surrealista» y la comparó con la película «El Mago de Oz».

«Cuando se abre el telón, solo es Donald Trump sin nada que ofrecerle al pueblo estadounidense», comentó Clinton durante su discurso en Las Vegas.

El principal asesor de Trump, Paul Manafort, dijo que el asunto «se ha salido totalmente de proporción».

«Ni siquiera son oraciones. Literalmente son frases», dijo Manafort a The Associated Press.

Las convenciones son enormes compromisos logísticos, con miles de asistentes que organizar y decenas de oradores a supervisar. Pero la reunión de cuatro días palidece en comparación con el alcance de las responsabilidades presidenciales al frente del gobierno de Estados Unidos.

Los líderes republicanos se encontraron respondiendo preguntas no deseadas. El presidente del Comité Nacional Republicano, Reince Priebus, dijo que «probablemente» habría despedido a quienes escriben sus discursos si estuviera en una situación similar, y reconoció que el asunto era una distracción.

No quedó claro si la controversia tendrá consecuencias en la manera en que los votantes ven a Trump. El empresario ha sobrevivido a varios momentos políticamente peligrosos que podrían haber sentenciado a otros candidatos.

 

AntiTrump caen superados en número y fuerza

CONVENCION REPUBLICANA-RIVALES DE TRUMP

Tras semanas de planificación y con un feroz estallido que hizo sombra a casi todo lo demás en el primer día de la Convención Nacional Republicana, la feroz pero siempre improbable iniciativa conservadora para negar a Donald Trump la candidatura republicana a la presidencia de EEUU sucumbió por varios motivos.

El declive se agravó día a día hasta culminar el martes con una votación de estados que llevó oficialmente a Trump a la candidatura. Esa votación confirmó el colapso de una iniciativa en la que confiaban los conservadores, en la que los delegados ignorasen audazmente las normas del partido para respaldar al candidato de su elección y no a Trump.

«Tanto si se planificó como si no, al parecer no ocurrió», dijo el delegado de Colorado Kevin Grantham. Los líderes del partido querían «asegurarse de que Donald Trump es el candidato, independientemente de lo que dijeran los estados, independientemente de lo que dijeran los delegados».

Los conservadores contrarios a Trump se habían unido a otra facción que intenta cambiar las reglas del partido para desviar el poder de la cúpula del Comité Nacional Republicano a los activistas de base. Entre esos activistas había muchos partidarios del senador de Texas Ted Cruz, uno de los aspirantes derrotados a la nominación. Pero se vieron muy superados en número por los delegados de Trump y los habituales del partido que creen que, les guste o no, Trump ha ganado las primarias republicanas de este año.

Otros factores en su contra eran la falta de un candidato alternativo de los rebeldes, la sólida campaña de presión que lanzó una alianza entre la campaña de Trump y el comité del partido y una creciente sensación de que era hora de unirse en contra de la probable candidata demócrata, Hillary Clinton.

«Uno puede defender su posición hasta llegar a un punto en el que estaría poniendo en juego al país o al estado», explicó Steve House, presidente del partido republicano de Colorado, una delegación llena de disidentes y partidarios de Cruz. «El equipo dijo, ‘Alcémonos y apoyemos al nominado»’.

En el otro bando, la delegación de Utah anunció desafiante que dedicaría sus 40 votos a Cruz. Pero el responsable del proceso asignó esos delegados a Trump debido a una laguna en las normas del partido en Utah, que permiten votar sólo a aspirantes activos en la convención… y Trump era el único.

Desde que quedó claro la pasada primavera que Trump era el probable candidato, delegados conservadores de todo el país buscaron formas de utilizar las normas del partido para evitar que se impusiera en la convención. Se organizaron a través de medios sociales, teleconferencias y correos electrónicos aparentemente interminables.

Pero sufrieron un duro golpe la semana pasada cuando el comité de normas de la convención aprobó las reglas para el encuentro de esta semana. La tendencia se mantuvo durante el congreso en sí, dirigido por líderes del partido que tienen la última palabra sobre las disputas internas.

Los conservadores hicieron el lunes un último intento de reescribir las normas del partido, pero se vieron bloqueados. Sus exclamaciones de indignación lograron una amplia cobertura y distrajeron la atención de los esfuerzos del partido por mostrar unidad, pero perdieron todas formas.

Durante la votación del martes, la delegación de Alaska dividió sus 28 votos entre Trump, Cruz y el senador de Florida Marco Rubio. Los miembros del partido contabilizaron 28 delegados de Alaska para Trump, citando una discrepancia en las normas del partido estatal, y su decisión quedó por encima de la delegación cuando reclamó un nuevo recuento.

Subrayando la futilidad de desafiar a los líderes del partido, el presidente de la formación, Reince Priebus, explicó la decisión contra Alaska a toda la convención y dijo: «En cualquier caso, tengan una gran noche». Después abandonó rápidamente el escenario mientras sonaba la música, dejando a los delegados de Alaska insatisfechos y derrotados.