Arropado por cientos de miles de feligreses, el papa Francisco llamó el lunes a fortalecer la familia y promover el amor al interior de una institución que aseguró no puede ser sustituida por ninguna otra en la sociedad.

La segunda jornada de Francisco en Ecuador, como parte de una gira por Sudamérica, tuvo su punto central en la ciudad portuaria de Guayaquil donde ofició una misa multitudinaria y dijo que la familia «constituye la gran riqueza social», una fuente de enseñanzas y práctica del amor.

«La familia es el hospital más cercano, la primera escuela de los niños… el mejor asilo para los ancianos», dijo el Papa ante una multitud de fieles que soportaron conmovidos un calor de 30 grados.

Pero dijo que la familia debe ser fortalecida porque a veces el amor y la alegría a su interior se acaba.

«¿Cuántos de nuestros adolescentes y jóvenes perciben que en sus casas hace rato que ya no lo hay?. ¿Cuánta mujer sola y entristecida se pregunta cuándo el amor se fue, se escurrió de su vida? ¿Cuántos ancianos se sienten dejados fuera de la fiesta de sus familias, arrinconados y ya sin beber del amor cotidiano?», se preguntó el pontífice, quien concluyó el día con una reunión con el presidente Rafael Correa y una visita a la Catedral de Quito, la capital ecuatoriana.

El papa ha dedicado sus primeros años de su pontificado a temas relacionados con la familia y a llamar a la iglesia católica a buscar cómo ayudar a las familias a enfrentar las dificultades actuales, incluidas a las personas que son divorciadas y gays.

En su homilía, el papa confió que en la próxima reunión de obispos dedicado a las familias, el llamado Sínodo, se puedan encontrar soluciones específicas las dificultades que se enfrentan.

«Les invito a intensificar su oración por esta intención, para que aun aquellos que nos parezca impuro, nos escandalice o espanta, Dios… lo pueda transformar en milagro», añadió.

El vocero del Vaticano, el padre Federico Lombardi, dijo que el papa no se refería con ello a los gays o los divorciados y sólo era una mención genérica para que los obispos ayuden a la iglesia a encontrar un camino de soluciones a los problemas de la familia.

Francisco estuvo alrededor de siete horas en Guayaquil, donde inició su viaje con una visita al Santuario de la Divina Misericordia, donde oró con cientos de enfermos oncológicos, mentales, ancianos y gente muy pobre con quienes bromeó al ofrecer no cobrar por su bendición.

Después de la misa campal en el parque Samanes se reunió con un antiguo amigo, el español Francisco Cortez García más conocido como Padre Paquito, a quien no veía desde hace 30 años, y almorzó con un grupo de 20 sacerdotes jesuitas de todo el país.

En su última actividad del lunes, el pontífice ingreso a la Catedral de Quito y dejó un ramo de rosas blancas al pie de una imagen de la Virgen, en cuya mano colgó un rosario y oró en silencio por breves instantes.

Afuera del templo, se dirigió a miles de presentes congregados ante la Catedral y dijo: «Les voy a dar la bendición para cada uno de ustedes, para sus familias, para todos los seres queridos y para este gran y noble pueblo ecuatoriano. Para que no haya diferencias, que no haya excluidos, que no haya gente que se descarte, que todos sean hermanos».

Poco antes, se reunió en privado durante 50 minutos con el presidente Rafael Correa, quien lo recibió con un abrazo al pie del palacio de gobierno, en la calle. No trascendió detalles de la cita. Los dos patios internos de la sede gubernamental, lucieron cubiertos con decenas de miles de pétalos de rosas en forma de una gran cruz.

El pontífice entregó un obsequio al presidente que tuvo un toque personal: una reproducción de una imagen de la Virgen y el Niño.

El mosaico bizantino original data del siglo XIII y se encuentra en la basílica romana donde el 22 de agosto de 1541, San Ignacio de Loyola y sus cofrades profesaron sus votos religiosos.

Su orden religiosa se convirtió en la de los jesuitas, a la que pertenece Francisco y que tuvo un papel fundamental en la historia y el desarrollo de América Latina.

Especialistas vaticanos en mosaicos hicieron la réplica de la imagen usando la misma fórmula del pegamento utilizado hace siglos para adherir los mosaicos en el interior de la Basílica de San Pedro.

Al final del encuentro Francisco salió a la terraza del edificio para bendecir a miles de fieles congregados en la plaza de la Independencia, y luego saludó a todos los ministros del gabinete, decenas de altos funcionarios e integrantes del régimen. El palacio presidencial está en pleno casco colonial, sitiada por la sede gubernamental, la catedral, el municipio y el palacio arzobispal.

Ecuador es el primer país de una gira que lo llevará también a Bolivia y Paraguay, tres de los países más pequeños de Sudamérica.

Guayaquil, ubicada a 270 kilómetros al suroeste de la capital y la más poblada del país con 2,5 millones de habitantes, no estaba en los planes iniciales de la visita de Francisco, quien alteró su agenda para encontrarse con los feligreses de esa ciudad.

Para el martes tiene previsto otra misa campal, ahora en un parque del norte de Quito, a donde se espera que asistan alrededor de un millón de personas.