Los fusilamientos políticos en Venezuela: El general Matías Salazar (II) - Runrun

La historia y sus historias

Matías Salazar fue un típico general venezolano del siglo XIX. Era torero, barbero, agricultor y vendedor ambulante. Pero sobretodo, era audaz, impredecible y valiente. Fue más o menos letrado, y fungió de secretario de un abogado en Valencia. El siglo de las guerras civiles fue su ambiente. Participó en todas las que pudo. También en la Revolución federal, al lado del mariscal Falcón y del joven general Guzmán Blanco. El primero le perdonó algunos delitos contra la propiedad. La guerra, pensaba Matías, debía financiar a la guerra.

En febrero de 1870 volvió a unirse Matías Salazar con el general Antonio Guzmán Blanco en la marcha hacia el centro. Al llegar a Caracas, Salazar tiene que hacerlo en son de guerra para enfrentar la resistencia de los “azules”. Ascendió a segundo jefe del ejército guzmanista y segundo delegado a la Presidencia de la República.  Todo un general. Pero fue desairado por la primera dama, doña Ana Teresa Ibarra de Guzmán Blanco, quien se negó a bailar con el general Matías.

Guzmán comienza a tratarlo con menosprecio. Matías se siente caído y decide declararse en campaña contra el Ilustre Americano. Lo persiguen y lo hacen prisionero el 29 de abril de 1872 en las serranías de Nirgua. Lo llevan a Tinaquillo y Guzmán designa un Consejo de Guerra integrado por sus amigos generales, compañeros de andanzas, y que preside el general Julián Castro. Sus amigos lo degradan y sentencian a muerte. Dicen que Guzmán Blanco quería dar una lección. Un mensaje a sus otros generales. Ninguno otro invitó a bailar a doña Ana Teresa.

SIMÓN ALBERTO CONSALVI