Tomás Rojas, autor en Runrun

Tomás Rojas

¿Por qué es tan importante la misión de SpaceX y la NASA?
La misión Demo-2 de Crew Dragon, de SpaceX y la NASA, marca el amanecer de una nueva era en el espacio.

(@Tomas17)

La misión Demo-2 de la Crew Dragon de SpaceX y la NASA es un hito en la exploración y explotación del espacio por parte de la humanidad. Por diversas razones: no solo de la órbita terrestre, sino también con miras a futuro y a las misiones a Marte.

Primero, más astronautas y experimentos en la ISS

Es la primera misión tripulada lanzada desde suelo estadounidense desde la última del transbordador espacial STS-135, en 2011. Desde entonces NASA había estado comprando asientos a la agencia rusa Roscosmos, quienes, con su vieja pero confiable línea de cápsulas Soyuz, tenían el monopolio de llevar astronautas a la estación espacial. Los asientos de Soyuz le costaban de 3 a 4 veces más a NASA que un asiento de Crew Dragon, por lo que ahora la agencia espacial estadounidense podrá mandar más astronautas al espacio y tendrá mayor capacidad para mantener experimentos de forma simultánea.

SpaceX
Cápsula Crew-Dragon NASA

Es aquí donde vale destacar la importancia de los experimentos en la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés). El laboratorio orbital aloja experimentos únicos y cruciales para un sinfín de ramas de la ciencia, incluyendo la biología, la medicina y la mecánica de los fluidos. Un ingenio que nos permite estudiar fenómenos de pequeña escala, en la Tierra son completamente opacados por los efectos de la gravedad.

Un experimento en la estación espacial estudia la biofísica de una proteína que destruye las neuronas de los pacientes de Alzheimer.

Segundo, se rompe el paradigma de la innovación espacial

El segundo porqué la misión SpaceX y la NASA marca un hito es que el éxito del programa de tripulación comercial cambia por completo el paradigma de la innovación espacial.

Aunque existía la participación privada previo a esto, era con otro modelo. NASA firmaba contratos donde se comprometía a cubrir los costos del desarrollo de un equipo y, encima de ese costo, pagar un margen de ganancia. Esto trajo el alunizaje, pero también presupuestos muy onerosos que resultaron ser inviables financieramente como para perdurar en el tiempo.

Por contraste, con estos programas comerciales, que empezaron entre el final de la era Bush y el principio de la era Obama (primero de carga, y ahora de tripulación), NASA dio premios en metálico a las mejores propuestas, pero licitó por precios fijos donde el riesgo lo asumirían las empresas privadas.

Esto detonó la creatividad de la empresa privada por la necesidad de lograr un producto competitivo, al tiempo que dejara un margen de ganancia que lo hiciera sustentable. Dos empresas resultaron ganadoras de contratos para esta fase de tripulación: SpaceX y Boeing, que está apenas a unos pasos atrás y se unirá a la fiesta muy pronto.

Tercero, la «democratización» del espacio

El resultado de esto será dramático. Ya dijimos que los costos van a bajar para NASA. Pero al ser compañías privadas las proveedoras del servicio y no el Gobierno, los vuelos a órbita estarán abiertos a cualquier cliente con suficiente dinero para pagar su viaje al espacio. De hecho, en el contrato con SpaceX, NASA se comprometió a autorizar vuelos privados de Crew Dragon.

Pronto no solo tendremos cohetes privados, sino también un sector de turismo espacial, empresas con sus propios astronautas, e investigación y desarrollo espacial con intereses privados posiblemente ejercidos en estaciones espaciales privadas. Este es el inicio de un proceso donde el acceso al espacio se abaratará de forma cada vez más rápida.

Tanto es así que el modelo va a ser replicado para las misiones que llevarán a la primera mujer – y al próximo hombre – a la Luna.

La fase de diseño de los diferentes conceptos del programa Artemis ya está en proceso con 3 compañías que incluyen también a SpaceX y a un consorcio liderado por Blue Origin, propiedad del fundador de Amazon y hombre más rico del mundo según la revista Forbes, Jeff Bezos.

El Gobierno de Donald Trump también anunció que estaba trabajando en un tratado internacional que regulase la minería lunar.

A menos de una semana de la misión Demo-2, SpaceX ya ha realizado otro lanzamiento de su cohete Falcon 9 y ha roto su propio récord con el quinto lanzamiento del mismo cohete de primera etapa. Este vuelo llevó el miércoles por la noche (3/6/2020) un último lote de 60 satélites que transmiten Internet para su creciente constelación Starlink. Y aterrizó sobre la plataforma Just Read The Instructions, en el océano Atlántico.

Es el amanecer de una nueva era en el espacio. Una era que estará al alcance de muchas más organizaciones, países y personas.

* Tomás Rojas / Estudiante doctoral. Departamento de Ingeniería Mecánica, Aeroespacial y Nuclear, Instituto Politécnico de Rensselaer.

 

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