Thays Peñalver, autor en Runrun

Ene 05, 2023 | Actualizado hace 2 meses
La Venezuela pos-Guaidó
Así que si el liderazgo opositor no es pendejo, nosotros deberíamos seguir la misma tónica que parece indicar el giro enorme que ha dado la política exterior estadounidense y la confirmación de que Washington quiere tener relaciones formales con Maduro, lo que luce evidente con su silencio y acción

@thayspenalver

 

Lo que está ocurriendo y ocurrirá era previsible y no fue sorpresa. Ya lo habían intentado el año pasado (3 de enero de 2021) en la maratoniana sesión en la que Primero Justicia había propuesto eliminar la Presidencia Interina y no se logró porque aún no contaban con la mayoría. Pero hoy es abrumadora, porque no son cuatro gatos sino el 77% de los representantes los que quieren suprimir a la presidencia interina.

Pero antes de que saquemos otras cifras posibles hay que explicar tres aspectos fundamentales para el lector extranjero. La primera es que el Parlamento de la anterior legislatura, que es de la que estamos hablando, ya que tienen sus periodos vencidos y no se encuentran en ningún marco constitucional, tenía 167 diputados de los cuales poco más de 50 representaban al gobierno de Maduro o eran sus satélites. A partir de allí hay que descontar al menos una decena de escisiones que están representadas por los denominados alacranes y no quedan, guste o no, más que un centenar (para simplificar) de diputados reales para votar.

Y de este centenar. Solo el 23% votó para que se dé continuidad al gobierno interino. Podríamos hilar aún más fino descartando a los suplentes que votaron, pero ya la realidad es tan aplastante como la del proceso de destitución de Pedro Castillo en Perú.

Así que puedo estar de acuerdo o no. Esgrimir decenas de explicaciones, e incluso debatir sobre la inconstitucionalidad o no en un país donde la constitución es letra muerta para todos. Pero no puedo esgrimir que es ajeno al ejercicio de la democracia. Cuando no te quieren, no te quieren y contra los votos solo queda actuar a lo Pedro Castillo lo que supondría el fin del ejercicio de la democracia opositora y la liquidación de la oposición de forma aún más rápida.

Lo segundo, es que los conozco a todos. Es decir llevo veintitantos años escribiendo sobre política, conozco a la mayoría de los líderes personalmente, los he entrevistado y con algunos he compartido trato y puedo esgrimir, que incluso sus más enconados enemigos pueden decir de ellos de todo, menos que son pendejos (rematadamente tontos en Venezuela) respecto a lo que están haciendo, porque todos, repito todos, asisten a las reuniones semanales con los representantes de Joe Biden y tienen en el chat de whatsapp a los embajadores de los apoyos que les quedan.

Así que hablemos con claridad de lo que ocurre. Juan Guaidó no fue nombrado presidente interino por la Asamblea Nacional; se autojuramentó en una calle frente a la multitud porque de otra manera jamás habría obtenido los votos que necesitaba y Estados Unidos encabezado por Donald Trump, la Unión Europea y casi toda América decidieron desconocer a Nicolás Maduro y reconocerlo como encargado. Si Guaidó se autojuramentó fue porque Donald Trump lo exigió. Así lo apoyaron posteriormente porque las encuestas colocaron a Guaidó a nivel de semidiós y en especial, porque nadie iba a contrariar al incendiario de Donald Trump.

¿Que Guaidó puede disponer de unos pocos fondos -del total- de una cuenta de Citibank? No es porque la Asamblea -con su período vencido- tiene un estatuto con el mismo peso jurídico internacional que este artículo, sino porque el presidente Joe Biden así lo ha decidido y ha girado instrucciones por triplicado para que eso pueda ser posible. Si el Banco de Inglaterra tiene el oro embargado, se debe a como dice el juez, porque su gobierno no reconoce a Maduro y tampoco la oposición puede venderlo o disponer de este. Así que volvamos al chat de whatsapp y a las reuniones semanales con los representantes de Joe Biden y los embajadores con los líderes opositores y centrémonos, precisamente, en lo que no hemos escuchado: una defensa a Juan Guaidó.

Bastaba con una simple declaración del vocero de la Casa Blanca para haber terminado con cualquier intento de resquebrajar la unidad general a principios de octubre. De hecho, una simple llamada del embajador a cada líder exponiendo la firme posición de Estados Unidos habría enviado a la basura cualquier intento de reforma. Pero hay silencios que hablaron en octubre, otros que dijeron mucho tras la primera votación de la Asamblea y en especial otros silencios que gritaron después de haber visto a Guaidó íngrimo y solo, tratando de salvar al interinato. 

Si a esto le sumamos que el año pasado Estados Unidos dio un ultimátum a la oposición para que demostrara que podía sacar a Maduro antes de diciembre y cumplido el lapso, amanecieron negociando con este último y enviando a la oposición a elecciones. Si sumamos la filtración de la Casa Blanca de que Biden no se inmiscuiría en la remoción de Guaidó. Si sumamos la sorpresa de este y las declaraciones de su embajador en Washington por enterarse de últimos de la decisión de negociar con «el petróleo de sangre», pues matemáticamente uno más uno es igual a dos y lo que está pasando tiene la aprobación y el sello de la Casa Blanca.

Así que si el liderazgo opositor no es pendejo, nosotros deberíamos seguir la misma tónica que parece indicar el giro enorme que ha dado la política exterior estadounidense y la confirmación de que Washington quiere tener relaciones formales con Maduro, lo que luce evidente con su silencio y acción. Es decir, al no apoyar la continuidad legal de Guaidó está diciendo tanto, como con las negociaciones secretas con Maduro, la eliminación y rebaja de las sanciones, los permisos a sus empresas de extracción de petróleo, el intercambio de prisioneros, la liberación de tres millardos de dólares y haber enviado a la oposición a elecciones en 2024, existan o no condiciones.

 

Y esto nos lleva a la tercera consideración. Todo esto que estamos discutiendo, se encuentra en un espacio virtual cercano a la ficción. Me explico con un ejemplo: la mayoría de los venezolanos no pudo ver el Mundial de fútbol como el resto del mundo, porque la señal abierta o el pago mínimo de cable no permitía seguir más que algunos partidos que pudo comprar una sola emisora de televisión. Si esto fue el Mundial, los medios de comunicación existentes no presentan debate político alguno sobre lo que ocurre y en Youtube, quien desee ver algún debate lo primero que presenciará es la defenestración del interinato, por la corrupción y el inmenso caudal de medios en contra.

Pero hay algo aún más importante, la gran mayoría de los venezolanos en la calle desconoce lo que está ocurriendo porque ni tiene acceso a lo que decimos, ni quizás le importe ya. Si usted enciende un televisor en Venezuela, pensará que se encuentra en otro país, si enciende la radio intuirá que nada pasa porque todo está dedicado a lo superfluo o masivamente a lo maravilloso que es el gobierno de Maduro. Por lo tanto y nuevamente guste o no, la mayoría de los venezolanos de a pie desconoce este debate e incluso, la mismísima existencia de dos gobiernos y de los partidos políticos opositores. De allí que el debate sea entre minorías, porque la mayoría no sabe siquiera que la Asamblea paralela sigue existiendo.

Si usted observa las tendencias en las redes sociales se impresionará al ver el inmenso poder de Maduro, pero más aún la soledad de la oposición venezolana. Mientras escribo estas líneas observo como Juan Guaidó, en la soledad absoluta, trata de salvar desesperadamente lo poco que queda, tiene más de 2,6 millones de seguidores y su solicitud de auxilio político tiene poco más de 2.000 likes y la mitad de retuits, pese a que cientos de miles de personas vieron y leyeron sus comunicados. A su solicitud de expresarse en contra de la reforma del estatuto como medio de presión, le fue aún peor.

De allí a que veamos los últimos intentos desesperados, luego de utilizar el viejo truco de diferir el debate para ganar más tiempo, la mayoría obligó a hacerlo y el último comunicado antes de la votación reza así: «A esta hora persiste la decisión de eliminar el soporte institucional» a la vez que proponía que se nombrara a otro en su lugar para prorrogar el mandato del poder ejecutivo interino. 

Este intento de nombrar a otro también lleva su truco -poco sutil- porque Guaidó viéndose ya perdido, apela a ganar tiempo como interino para hacer maletas hasta el 5 de enero dividiendo el consenso y la votación de Acción Democrática a la que supuestamente le tocaría la presidencia de la Asamblea y, por ende, la presidencia interina. Así Henry Ramos Allup, o quien éste designara tendrían la última palabra, salvando la presidencia interina y convirtiendo a alguien en el último presidente antes de las elecciones. ¿Podría ocurrir? Se trata de una manzana envenenada a la que ningún político con futuro electoral le daría un mordisco, pero en una Venezuela, donde el futuro electoral de muchos no existe, descartar semejante mala idea es siempre imposible.

Mientras escribo y están votando para eliminar del juego a Guaidó, reviso con curiosidad las portadas y portales independientes, encontrándome lógicamente con Pelé, pero a partir de allí leo sobre las tradiciones navideñas, el aumento del pasaje de transporte o presos políticos y dentro de las páginas políticas, la misma propuesta de que escojan a otro como presidente. Incluso en los que se sospecha como más cercanos no existe mayor referencia o presión y esto me indica de nuevo que esos silencios que gritan dejan poco margen a pensar otra cosa y no es otra que Joe Biden, la comunidad internacional que está corriendo a nombrar embajadores, así como los líderes opositores junto a los principales editores del famoso «quinto poder» llegaron a la misma conclusión sobre el fin del interinato.

En fin, sea la decisión que fuere, quien sale de la presidencia interina por la puerta trasera es Juan Guaidó, abandonado por todos sus apoyos, en un país que odia enconadamente a los que pierden. El ganador de todo esto es sin discusión alguna Nicolás Maduro, otro silencio que grita a los cuatro vientos: «Muchas gracias», porque no hay manera constitucional de eliminar una presidencia interina por más ficticia que esta sea, es decir, el artículo que dice que hay una vacancia en la presidencia y que esta le toca a la Asamblea no desaparece por arte de magia o la existencia de un estatuto y el silencio legislativo simplemente confirmaría a Nicolás Maduro como presidente de la República.

Pero vuelvo a decir que esa discusión les atañe a muy pocos hoy en día. No significa nada para Joe Biden, ni para Europa ni para los diez millones que se han marchado, contando aquellos que no son inmigrantes, ni refugiados por tener doble nacionalidad. No significa nada para los cinco millones de pensionados que cobran una miseria y que están pendientes del único gobierno que les paga, tampoco para los seis millones de hambrientos que reciben una caja de comida con la cara de Nicolás Maduro y mucho menos para los seis millones de empleados públicos y satélites gubernamentales que viven de la repartición de lo que queda del Estado.

He allí la única discusión y respuestas que hay que buscar. ¿Por qué todo terminó así para la oposición? ¿Por qué se quedaron sin apoyo popular? El resto, importa realmente poco a partir de hoy porque la Venezuela post Guaidó ya no tiene algo que ver con él y lo que debió hacer, sino con Maduro hasta el 2030.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Oct 16, 2018 | Actualizado hace 6 años
Los vendedores de espejismos, por Thays Peñalver

CREO QUE CADA UNO DE USTEDES, DE LOS POCOS QUE LEEN, de los pocos que verdaderamente están preocupados por la política venezolana y que participan en el debate, tienen su propia opinión sobre todo lo que ocurre y considero que ésta debe ser respetada. Opino que a Usted nadie le puede convencer de ir o no a votar, porque entiendo que con la experiencia que ha tenido hasta hoy, nadie mas que Usted conoce el alcance y consecuencias exactas que tienen en Venezuela el ejercicio de sus derechos como son ir a marchar, protestar o el valor real que tiene su voto para resolver el gigantesco problema que enfrentamos.

Pero hay mucho polemista que pareciera sostener exactamente lo mismo que el régimen, es decir que Twitter tiene la culpa de la abstención, y de que no se vean “los inmensos logros en materia de medicinas o comida”. Estos opositores dejan entrever que si desaparecen las voces disidentes, junto a algunos medios críticos, no solo aparecerán las medicinas y la comida, se acabará el desastre económico, sino que millones de electores opositores acudirán al festejo electoral y Venezuela se convertirá finalmente en un paraíso. En fin, que ellos no comprenden por que los millones de electores no entienden los beneficios de tener una sola y única opinión, es decir, la suya.

Hay muchos polemistas que confunden a sus lectores o participantes ocasionales de un debate con “los seguidores”, o mejor aún que creen en serio que tienen “followers” como si Twitter fuera una secta religiosa y no un medio expedito de comunicación, que iguala a veces al que tiene unos pocos seguidores, con el que tiene millones. En fin no solo creen que los diez millones de electores opositores son tontos y que se dejan llevar por cualquier opinión, sino que además son seguidores fieles y sectarios de los Charles Manson del teclado.

Ahora bien, salvo la parte en la que nos dicen “idiotas” porque no entendemos que “votando fue que ganó Violeta Chamorro”, hay otro pedazo del cuento que es obviado a propósito e intencionalmente, se ocupan de ocultar por ejemplo, los tres años previos a las elecciones de 1990, que demuestran que a Daniel Ortega no le quedó más remedio que aceptar los nuevos términos electorales y por muchas razones. En fin que si un polemista le nombra esas elecciones, respóndale alto y claro que sí, que Usted acepta ir a votar, pero que quiere las mismas condiciones que se le exigieron a Daniel Ortega en 1990 y que este aceptó, ni una más, ni una menos.

Buena parte de esos polemistas tratan de confundir al elector explicando solo las similitudes con Violeta Chamorro, pero nunca mencionan las diferencias que existen en los dos casos. Por ejemplo, sostienen que Nicaragua estaba siendo azotada por una de las hiperinflaciones mas largas del mundo y que el pueblo nicaragüense estaba tan agotado como el nuestro y que solo por eso, se ganaron aquellas elecciones. Hasta allí la semejanza, pero dejan de lado que Ortega aceptó todo lo que nosotros exigíamos antes del adelanto de las elecciones del 20 de mayo de este año, aquí en Venezuela. Pequeño detalle que ocultan, si, porque pedirle a Usted que vote a estas alturas ya no es ingenuo, ni tiene que ver con espacios que no existen. Los entusiastas del voto explican vehementemente las similitudes, alardean incluso del gigantesco apoyo mundial de la época y especialmente hacen énfasis en el que la región le dio a la oposición nicaragüense, pero evaden algo tan importante y además determinante como fue la clara y concisa posición de los rusos al anunciarle oficialmente a Ortega, que toda forma de ayuda para su movimiento, tanto política, como militar y económica, para la fecha ya habían terminado.

De hecho Mikhail Gorbachov previo a las elecciones, le soltó a George Bush padre esta perla: “Esos no son marxistas”. Mientras su canciller Shevarnadze le explicó con más detalles: “son una banda de delincuentes escondidos tras una fachada comunista”. Y en horas, el gobierno sandinista se quedó sin una bala, frente a unos contras armados hasta los dientes. Inmediatamente Ortega se volteó a Cuba a pedir ayuda para mantenerse en el poder, pero desde la Isla le respondieron que no tenían ni un centavo, también quiso echar mano de China y el portazo que le dieron, fue peor.

Los polemistas del caso Chamorro obvian que esto último fue el factor más importante, pues Ortega se quedó sin piso, la izquierda europea y especialmente la española le retiraron el apoyo financiero y moral, los rusos absolutamente todo el apoyo material, logístico para sostenerse frente a los Contras, en Cuba todo ardía en llamas y allí quedó profundamente debilitado. Así que a Ortega no le quedó más remedio que aceptar todas las propuestas de la comunidad internacional y llamar a unas elecciones casi generales adelantadas.

Quienes insultan a los que no van a votar, sosteniéndoles que lo que aquí ocurre es lo mismo que pasó en Nicaragua, obvian demasiados aspectos que no vemos, ni los propulsores de semejante teoría exigen. El primer punto es que Ortega luego de los acuerdos de paz (Esquipulas I al IV, Costa del Sol y Tela) se comprometió a la famosa reforma electoral de 1988 y sus tres reformas posteriores, destituyó al Consejo Nacional Electoral y aceptó que lo integrara buena parte de la oposición, además de expertos independientes, monitoreados por la OEA. También aceptó que el Secretario general de la OEA y el Secretario General de la ONU, con cinco países acordados entre oposición y gobierno, velaran por todo el proceso electoral y otros nueve países se sumaran con cientos (no un puñito) de veedores. Ortega aceptó también la reforma de la ley de Medios de comunicación y que todos los partidos políticos tuvieran el mismo espacio y en los mismos niveles de audiencia que el gobierno, lo que le dio a los partidos opositores igualdad absoluta.

Así que si un polemista le dice a usted bruto, por no entender que Violeta Chamorro le ganó a los sandinistas por salir a votar, respóndale que usted quiere exactamente las mismas condiciones que Ortega, sin chistar, aceptó y otorgó. Léaselas, que aquí están:

1. Una reforma electoral como las tres de Nicaragua,

2. El indulto a 985 opositores encarcelados y las amnistías (del 45 al 48)

3. Los decretos (296/297) de 1987/88 que pusieron final a la persecución opositora, la excarcelación de los políticos detenidos y el fin del Estado de Emergencia.

4. El regreso de todos los miembros de la Coordinadora Democrática, que asi se llamaba también, exiliados en Costa Rica, España y Estados Unidos.

5. La inmunidad y ayuda para que los opositores recorrieran el país en campaña protegidos por países extranjeros y en especial Venezuela.

6. El adelanto de elecciones generales,

7. Que el Secretario de la ONU y el Secretario de la OEA vigilaran con cientos de expertos de países neutrales la votación,

8. Que en los medios oficiales se dieran los mismos minutos del gobierno a todos los partidos opositores, en los mismos horarios,

9. Que todos cuenten con el mismo financiamiento.

10. Que los países que apoyaban al régimen, dejaran de hacerlo en una negociación entre Estados Unidos y Rusia, y

11. Finalmente la designación de La Comisión de Seguimiento, conformada por cinco expertos internacionales e independientes.

En fin, que gracias a estas garantías, esas elecciones fueron consideradas por el 85% de la población como las más limpias de toda su historia. Por otra parte adicionalmente a esto, el Frente Sandinista estaba por primera vez dividido y la oposición presentó a una candidata sumamente fuerte y fácil de vender, la esposa de un héroe nicaragüense asesinado a balazos por Somoza.

Así fue amigos y no de una manera milagrosa, como Violeta Chamorro tuvo una oportunidad que no tuvieron en 1984, y si nosotros tuviésemos esas mismas condiciones acabaríamos con la polémica sobre acudir o no a votar y marcharíamos masivamente a los centros de votación, como lo hicieron los nicaragüenses en 1990.

Así que no, si alguien desea influenciar a otros, lo primero que deben hacer es dejar de insultar. Pero sobre todo deben contar toda la historia y pedir además garantías electorales, si quieren que acudan a su llamado, primero deben exigir una política coherente de parte de todo el liderazgo y en especial pedirle a sus partidos renovación, porque el liderazgo también se agota y mucho más tras dieciocho años de promesas electorales incumplidas. Después de casi 20 años, en alguna parte deben estar, como en España, los Sánchez, los Casado, los Rivera de nuestros partidos y no llamar a votar por el que menos rechazo tenga. En fin, que además de las garantías electorales, también deben encontrar a su propia Violeta Chamorro.

El caso Pinochet también visto por la misma maquinaria simplista, bien vale analizarlo, pero merece un articulo aparte. Pero es fundamental y prioritario repito, que aquellos que crean aún en las elecciones, dejen de insultar a los electores que no se sienten motivados a acudir y entiendan que nuestro caso, en este momento histórico, no acepta paralelismos ni mucho menos simplistas. Porque si por algo la gente no va a votar, es por los vendedores de espejismos. Los que han vendido siempre la vía fácil para salir del tremendo problema que tenemos.

Para conocer lo ocurrido en Nicaragua recomiendo la biblioteca del presidente Enrique Bolaños en http://www.enriquebolanos.org (Especialmente la parte de diálogos y aministias) asi como los libros:

The Civil War in Nicaragua: Inside the Sandinistas de Roger Miranda, William E. Ratliff

Memorias de mi gobierno, 1990-1996 de Violeta Barrios de Chamorro

Nicaragua Divided: La Prensa and the Chamorro Legacy de Patricia Taylor Edmisten

 

 

@thayspenalver

Abr 28, 2017 | Actualizado hace 7 años
Este cuento se acabó, por Thays Peñalver

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Maduro va de catástrofe en catástrofe. Ya no es un asunto de ser exitosos, ni de marchar a paso de vencedores, ni de inventarle motores al burro. No es broma, un tercio de la economía se habrá perdido con Maduro. El chavismo perdió toda capacidad de gobernar. Su gobierno se ha simplificado de tal manera, se ha minimizado a tal punto, que en las instalaciones cuyo letrero dice Panadería, no hay pan. En donde dice carnicería no hay carne o parece una joyería, donde dice Farmacia, no hay medicamentos, pero sobre todo donde dice Miraflores, ya no hay gobierno. El proyecto económico es financiar la represión, el modelo productivo es importar fusiles, tanto como su modelo de gobierno es organizar la represión y tratar de sostenerse en pie en la medida de lo posible. Pero no es por eso que este cuento se acabó.

El chavismo ya no solo perdió el concurso de simpatías de toda la América y en toda la Unión Europea, sino que logró que todos concuerden que debe marcharse. Maduro logró lo imposible, si Bachelet terminó alineada con Washington hasta los mas proclives simpatizantes guardan silencio como si se tratase de un velorio o airean sus dudas: “Venezuela era la Arabia Saudita del mundo ¿a dónde se fue ese dinero?” (..) pregunta nada menos que el ecuatoriano Correa, quizás el mas inteligente de los socialistas latinoamericanos, que supo salir a tiempo para que le explote la bomba populista a su sucesor. “Ecuador no es Venezuela” explica, mientras la frase se repite en Italia, en España y ahora en plenas elecciones francesas. El chavismo encarnado en el gobierno de Maduro, es usado ampliamente en todo el planeta como ejemplo del fracaso. “Abominable” grita un hastiado candidato izquierdista francés sobre lo que ocurre en Venezuela. “Ustedes quieren sembrar el miedo vinculándome con Venezuela” remata dejando claro que el modelo de Maduro es como para darle miedo al mas pintado de los votantes europeos. Tampoco es solo por esto, que este cuento se acabó.

Lejos quedaron los días en que al gobierno todo le salía bien, principalmente porque la chequera permitía que todos estos que hoy reculan, le aplaudieran sus gracias. Ya no se trata de un gobierno que ya no gobierna. Sino de una horda sin pensamiento y sincronizada para defender su propio pellejo. El “poeta de la revolución” no habla de cultura, ni de derechos humanos, el “maestro de la revolución” no habla de pupitres, ni de educación, el “militar de la revolución” no habla de defensa, el “policía de la revolución” no habla de seguridad, el “gerente de la revolución” no habla de producción. Todos han abandonado la promesa de futuro, para amenazar con llenar de sangre las calles. Y su conductor amenaza torpemente con gastar los últimos seiscientos millones de dólares para desatar una guerra civil. Este episodio no recuerda nada de lo que viviera jamás America Latina en materia política, solo recuerda para sorpresa de todos, los últimos momentos de Pablo Escobar. Pero no, amigos, no es solo por eso que este cuento se acabó.

Para dar el zarpazo final a la democracia y justificar el golpe de Estado, Maduro contaba con los medios colombianos y venezolanos, en especial con Uribe y Santos, así como la oposición venezolana tratando de quedar como un héroe y le salió el tiro por la culata. Intentó escalar el conflicto con Colombia, apelando al patriotismo, cerró las fronteras, las militarizó, luego envío a los Sukhoi a perseguir un avión de Avianca, para que el cuento terminara con un centenar de soldados venezolanos, en tiempos en los que los celulares tienen GPS, con sus botas, levantando campamento e izando la bandera de Venezuela en territorio colombiano. Imaginemos por un instante que hubiera sido a la inversa. Que Colombia cerrara las fronteras, enviara tanques, sus aviones de combate persiguieran a un avión de Conviasa y finalmente el ejercito colombiano, armara campamento en Apure y levantara su bandera. Para nosotros, habría sido algo peor que el incidente del Caldas.

Pero Uribe, Santos y los medios no pisaron el peine intentado, luego de semejante escalada de tensiones. Como bien lo indican desde el seno del gobierno colombiano: “ordenamos la máxima discreción”, fueron llamados a consulta todos los jefes de medios y políticos de Colombia y “luego de un concienzudo análisis diplomático y militar (..) no había cabida a pensar que este fue un hecho fortuito (..) El gobierno colombiano cree que Venezuela buscaba un pretexto para generar una crisis entre los dos países y así (..) levantar una cortina de humo sobre su crisis interna y decretar un estado de excepción o emergencia” para encubrir el autogolpe. Nada “le funcionó a Maduro” (Semana). Los plenos poderes, que habría obtenido por la crisis, terminaron en una posición adelantada que los desnudó frente al mundo como un tiranuelo africanizado mas. Y Santos terminó pateando a Maduro, siendo el que logró la Paz, con un premio Nobel y héroe de los suyos al haber “arrodillado a Maduro”. Pero no solo por eso, es que este cuento se acabó.

Maduro contaba con sus lobistas y con Putin para convencer a Trump de que es un Al Asad tropical, el “hijo de Chávez y único hombre que puede garantizar la paz en Venezuela». No estuvo ni cerca, porque para ser Al Asad se necesita ser hijo de Hafez (el gran aperturista Sirio) es decir capitalista, proclive a la inversión extranjera, a la propiedad privada y exitoso económicamente y no un comunista bochornoso que esta llevando a Venezuela a la quiebra económica. Ya nadie cree que Maduro pueda gobernar y ya nadie piensa que hay alguien peor que Maduro. Efectivamente no lo hay. Por eso apenas logró que el Canciller ruso dijera que Maduro olía como Allende (Efe) y no pocos cercanos a Maduro dijeron que se inmolaría tal y como chillaba éste a la salida de Castro de Chile “Tendrán que acribillarme..” hasta en eso, se acribilló él solito.

Nada le funcionó y la amenaza de los rusos es especial, porque no hay que olvidar que la oposición no gobernó Chile a la muerte de Allende. Los rusos saben mucho de fracasos, porque sobre todo el que mas gritaba en contra de la oposición, el que mas reprimía las marchas opositoras desde 1971, era el jefe de la Guarnición de Santiago de Chile y posterior jefe militar de la Zona de Excepción, cuando decían que “los fascistas” tenían “un plan orquestado para destruir el régimen democrático y el imperio de la Ley”, en fin el gran represor de la oposición era nada menos que general Augusto Pinochet.

Por eso los rusos establecen la analogía. De nada le sirvió a Allende tener de ministros (Minería, Obras Publicas y Hacienda) a las cabezas militares de los tres componentes (que gritaban Patria o Muerte), cuando los tenientes y capitanes empezaron a rugir. De nada le valió a Allende constituir las “brigadas cívicas” “con funciones de policía popular” para amedrentar a la oposición, en lo que sonó el primer disparo militar. De nada le sirvió tampoco el llamado a la “mesa redonda” (diálogo) cada vez que la gente saltaba a las calles, para luego mentirles y no hacer nada de lo acordado. Así que los rusos, que saben de la historia revolucionaria y sobre todo de falsos revolucionarios tropicales, lo primero que conocen es que no hay general, ni padrinos militares del régimen que aguanten mucho, cuando los tenientes comienzan a presionar, porque su familia tiene hambre. Pero no amigos, no se trata de que los militares que mas chillan arengas sean los primeros siempre en voltearse, esto tampoco es la razón por la que este cuento se acabó.

Maduro contaba con Trump y con la CIA para asegurarse la solidaridad de la izquierda latinoamericana. Y solo se escuchó la voz de Evo Morales gritando que Trump quiere el petróleo venezolano mientras que Trump, brillándole los ojos le contestó con el récord de exportaciones de petróleo, habiéndose comido los recortes de la Opep (Forbes) y firmando un Oleoducto que terminará nada menos que frente a Citgo para terminar de barrer con el petróleo venezolano. Pero lo peor para Maduro no es solo el silencio de Washington, sino que sus 500 mil dólares tirados a la basura para chuparle medias en la toma de posesión, fueron contestados a los pocos días, con Lilian Tintori en el despacho Oval. Sus millones gastados en Lobby terminaron con Tillerson señalando a Maduro como un tiranuelo. No amigos, la CIA no salvara a la revolución bolivariana de su decadencia por merito propio, es la Izquierda de Allende, la Izquierda uruguaya, la izquierda mexicana y la izquierda mundial los que hablan de que Maduro, debe marcharse del poder. Pero tampoco es solo por eso, que este cuento se acabó.

Amigos, este cuento se acabó. Porque el pueblo no esta despertando de una pesadilla llamada chavismo, sino de un sueño. No fueron “buenas políticas del chavismo” sino una ilusión financiada por el petróleo, una irresponsabilidad gigantesca que sacó temporal y ficticiamente a millones de la pobreza. Pero como toda esa movilidad social, ese ascensor social no estaba garantizado por producción, ni por creación de trabajos, sino por una petrochequera tan temporal como los idiotas que firmaban los cheques, esa movilidad termina ahora convertida en una avalancha, un alud de pobres que caen, por efecto de la gravedad, a su rancho de piso de tierra de toda la vida.

Pero el problema de antes del chavismo era nada en comparación al de Maduro, porque quien nace en una Fabela, no extraña su mansión. Bien lo dijo Lula da Silva “quien se acostumbró a comer lomito, ahora no quiere comer pellejo”. Quienes se acostumbraron a los subsidios masivos y que con un sueldo mínimo compraban dos cajas de whiskey hoy no pueden siquiera comprarse una botella de ron barato. Quienes comían todo importado y subvencionado, casi gratis, hoy hurgan en la basura. Quienes lograron viajar y obtener los dólares para vivir un mejor un año y darse algún lujo, hoy les ofrecen una bolsa de comida. Quienes pisaron los hoteles subvencionados, hoy tienen que volver a su letrina afuera de su casa con techo de zinc. Quienes abarrotaron las clínicas privadas, por la subvención de los seguros y los implementos quirúrgicos masivamente, hoy mueren de mengua en el desvencijado hospital de toda la vida. Quien pasó del rancho al apartamentico, sintiendo que había progresado, hoy vuelve a ver las caras sonrientes de sus viejos vecinos. Quien progresó del apartamentico a otro mejor, hoy debe cinco meses de condominio. Quien logró sacar a sus hijos a un Colegio privado, hoy les ve las caritas tratando de explicarles que deben volver atrás. Quien compró su carro subvencionadísimo, hoy no tiene como pagarle el repuesto y tiene que volver al destartalado autobús. En fin, los que mas creyeron en el chavismo, hoy saben que volvieron al pasado y están despertando con lágrimas en los ojos, pero de arrechera.

Y eso, es lo que esta pasando en las calles. Ya no son los jóvenes universitarios, ni la clase media. Hoy, hombro con hombro, hombros con hambre tiran piedras los de clase media junto a los pobres y si, junto a los exchavistas. Protestan los jóvenes y los mayores de clase media a su estilo en las autopistas, protestan en la tarde, luego del trabajo los obreros en las zonas populares, protestan los radicales de siempre enfrentados a la autoridad y ahora se han unido, los mas pobres y los depauperados que abren santamarías pero de polleras, carnicerías y abastos en las zonas populosas, buscando nada menos que comida en los pisos sin importar incluso, si mueren electrocutados.

Por eso no hacen falta medios de comunicación privados, cuando el gobierno se hace a si mismo su mala propaganda. Mientras las gente clama por comida y medicinas, el gobierno dice que el hambre de quienes la sufren, es mentira. Esta gente ha levantado una nueva barrera. Esto amigos, se acabó, porque frente al clamor generalizado de asistencia, un presidente y su entorno completamente divorciados de la realidad, bailan literal y alegremente frente a las miserias de su propio pueblo. Es la señal inequívoca de que el chavismo llegó a su fin y de la peor manera. La imagen de un presidente y su entorno, riendo y bailando salsa en medio de un panorama de hambre y falta de medicinas, es la imagen que demuestra que este cuento, se acabó.

@thayspenalver