Luís Vicente León, autor en Runrun

Ago 02, 2015 | Actualizado hace 9 años
¿Tocamos fondo? Por Luis Vicente León

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@luisvicenteleon

Cuando oigo a la gente decir que estamos tocando fondo me invade una angustia terrible: ¿será que les digo lo que pienso o me hago el loco? A veces es mejor callarse cuando no tienes nada bueno o útil que decir. Pero este no es el caso. Poner el debate de la crisis sobre la mesa es indispensable si queremos presionar los cambios necesarios para que el país no siga cayendo por el despeñadero.

La respuesta correcta a esa expresión de que el país está en el peor momento que se puede estar es: ¿te volviste loco? ¿No entiendes que esta crisis está en plena expansión y que nadie está haciendo algo racional para atajarla? ¿Que incluso si se estuvieran tomando medidas correctas, cosa que obviamente no está pasando, empeoraría aún más la situación en el corto plazo?

¿Tienes alguna duda de que la inflación este año será mayor que la que hemos visto nunca antes en el país? Y mientras eso ocurre, ¿quién le ha explicado a la población que estamos en una crisis de alto impacto y que es necesario aplicar correctivos de ajuste que exigirán sacrificios mayores y programas de acompañamiento a la población más pobre para ayudarlos a surfear lo que podría ser un drama social? ¿Cuál es la estrategia que han propuesto para abordar ese problema, que no sea una oferta de más controles de precios, expropiaciones e intervenciones, de esas que han aplicado por más de una década y que ha sido precisamente la raíz de la desinversión, la caída de la producción y las distorsiones económicas que explican la crisis y, por supuesto, la inflación?

¿Te parece que va a mejorar el abastecimiento de productos cuando el gobierno ha reducido dramáticamente las asignaciones de divisas para materias primas, maquinarias, equipos, tecnología, todo esto indispensable para garantizar la producción nacional? ¿Te imaginas un abastecimiento mayor cuando lo único que crece son las deudas que mantiene el gobierno con las empresas productoras, cuyos accionistas han decidido no seguir metiendo sus divisas en una cárcel cambiaria, que sólo tiene visita conyugal para los panas del carcelero?

¿Cuál es el impacto que crees que tendrá sobre la economía del país el hecho de que los ingresos en divisas de la nación se han caído a menos de la mitad, afectando el flujo su caja e imposibilitando que el gobierno pueda maquillar la crisis ocasionada por sus controles?

¿Te parece que la caída de casi nueve millardos de dólares en las reservas este año, incluso cuando el gobierno endeudó Citgo por dos mil quinientos millardos, cobró a descuento la deuda de República Dominicana por otros dos e hizo un swap de oro por mil milloncitos más, mandó una señal de que todo va a mejorar en breve?

Me encantaría decir que sí. Que todo es controlable. Que el país recuperará en breve la estabilidad. El único problema es que no es verdad. Y que caernos a mentiras no ayuda en nada a la solución del problema.

Lo único que nos ayudará es presionar el cambio del modelo intervencionista. Exigir racionalidad en la política económica. Proponer acciones conjuntas entre el sector privado y el gobierno. Entender que no habrá salida fácil y que independientemente de quién sea el culpable, todos, sin excepción, vamos a pagar por él. Y estar dispuestos a provocar y participar en los acuerdos nacionales necesarios para validar un ajuste que se hace indispensable, pero que será costoso, muy costoso y que nos obligará, como decía Laureano el viernes pasado: «a meter la cabeza entre las piernas y colocarnos en posición de impacto para capear el temporal de calamidades que se avecinan». Pero antes de ponerte en esa posición, no olvides hacer lo que tienes que hacer, lo correcto, lo necesario, lo racional… a pesar de tener miedo.

May 11, 2015 | Actualizado hace 9 años
Carta a Chúo por Luís Vicente León

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Epa Chúo. Te escribo esta carta pública como una excusa para compartir con los lectores algunas reflexiones sobre los retos de la oposición frente a la enorme oportunidad que se le presenta cuando, por primera vez en años, es la favorita para ganar una elección. Y digo que es una excusa escribirte abierto porque la verdad es que contigo es muy fácil hablar cara a cara y rebotar ideas, dado que siempre estas dispuesto al diálogo, la crítica y el debate constructivo, lo que te hace una pieza clave en este ajedrez.

No digo que esta es la oportunidad de oro para la oposición como un típico comentario estimulante de los conferencistas de autoayuda o como los discursos encendidos de los radicales que cantaron victoria tras victoria en estas casi dos décadas de mayoría chavista. Esos, cuyos enemigos gozan de buena salud, después de haber sido «destruidos» en sus reuniones estratégicas, sus planes de ataque conjunto, sus chismes de cacatúas, sus tuits «demoledores» y sus artículos encendidos, que se leen más por el interés en los atacados que en los atacantes.

No pana. Se trata de analizar datos reales que muestran que el chavismo se debilita y la oposición lo supera claramente en disposición de voto parlamentario y en respaldo popular. Visto de esa manera, Chúo, quien debería estar estresado por la elección es el presidente, incluso con el fuerte control institucional con el que cuenta.

Pero como contigo se puede conversar transparente y no necesitamos endulzar píldoras, luego de esta introducción estimulante, debo decirte que las oportunidades opositoras hoy poco tienen que ver con ella misma y se deben más al deterioro chavista que al fortalecimiento opositor y eso, viejo, es más inestable que guarimba en calle ciega.

La oportunidad opositora, Chúo, es energía potencial y el reto es convertirla en cinética, cuanto antes para poder consolidarla. Ahí afuera hay un mercado abierto a oír opciones alternativas. A escuchar a alguien que le cuente una historia que lo emocione y estimule. Que le permita soñar con un país en el que todos cabemos, aportamos y podemos vivir mejor. En el que vale la pena quedarse y por el que tiene sentido luchar. Y para eso no es suficiente ofrecer otro cambio de uno por otro. Es necesario crear la expectativa de que sí se puede construir un país moderno y no se hace planteando un conflicto existencial equivalente al de los adversarios sectarios y excluyentes que propones cambiar. Ya sé que esa posición absurda no es la tuya y por eso has sido sujeto a los ataques virulentos de ese segmento interno radicalizado, con el que, paradójicamente, también tendrás que contar y dialogar. El reto opositor es salir al ruedo con inteligencia, propuestas, liderazgo y con fuerza institucional. Sin miedo a asumir riesgos, poniendo en la mesa propuestas de fondo que los diferencie de lo que hay. Este es un país que nos dice que quiere bienestar, crecimiento, empresa privada, estabilidad, progreso, racionalidad y derecho a aspirar. Un país que está mayoritariamente en el medio, Chúo, y que ve con el mismo estupor los extremistas chavistas y los opositores. Que le da lo mismo un fanático comunista que un facho, de esos que tienen más amigos afuera que votos adentro y para quienes una elección sólo es un riesgo de mostrar lo que realmente son numéricamente: nada. ¿El reto? Capitalizar ese medio, consolidar la esperanza de cambio integrador y controlar los demonios internos que impiden la única vía estable para cambiar: el diálogo, los acuerdos, la negociación política y, sobre todo: el voto popular.

Ese, Chúo, es un reto enorme y costoso, pero también impostergable, indispensable y espectacular. Suerte amigo, porque el país la va a necesitar.

@luisvicenteleon

El Universal

Una mirada a los anuncios cambiarios por Luís Vicente León

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Un mes y medio después que el Presidente anunciara que se tomarían medidas cambiarias, el ministro de Finanzas y el presidente del Banco Central dieron algunos detalles sobre las mismas. Aunque ya se sabía que la decisión no sería la óptima, debido a que fue descartada la unificación cambiaria que permitiría reducir los vicios típicos del sistema de cambios múltiples, lo dicho por ambos voceros no mejora las opiniones sobre el sistema e inmediatamente afecta el valor de la deuda venezolana.

Entre las razones que generan incertidumbre, se encuentra la tozudez del Ejecutivo por mantener tasas de cambio artificialmente bajas y evadir, al menos en el discurso, la devaluación real del tipo de cambio, indispensable para rescatar algunos equilibrios perdidos, aunque insuficientes para resolver la crisis económica del país. Cuando en diciembre se anunció que habría una fusión de los sistemas Sicad I y Sicad II, lo lógico era esperar que el tipo de cambio resultante se ubicara en un nivel intermedio, tendiendo más hacia los 50 Bs/USD del Sicad II, al ser esta tasa la que más se aproxima al tipo de cambio de paridad. Sin embargo, el Gobierno anuncia que las subastas del «nuevo» Sicad arrancará con una tasa de referencia de 12 Bs./USD, una decisión inadecuada, que ratifica el error de sobrevaluación que explica parte importante de la crisis.

Una ganga

Adicionalmente, los cupos de viajeros y de compras electrónicas se mantendrán a tasa Sicad, lo que representa una verdadera ganga para una actividad que no es prioritaria para los intereses de la nación. Sin duda, esto impulsará aún más la demanda de divisas y estimulará los «raspa cupos» que amplifican el problema. Como si esto fuera poco, se pretende que el Cencoex, cuya tasa se mantendrá fija en 6,30 Bs./USD (la tasa más absurda del mercado), cubra el 70% de las importaciones.

Todo lo anterior, nos deja escépticos sobre la capacidad para atender el problema de desabastecimiento, pues el bolívar continuará sobrevaluándose en un contexto de elevada demanda y poca oferta de divisas, lo que dificultaría aún más las importaciones de materias primas y productos terminados. Sería pertinente que el Gobierno explique con cuáles dólares se cubrirán las importaciones a tasas de 6,30 Bs./USD y 12 Bs./USD, si los ingresos petroleros están cayendo en más del 50%.

De igual modo, sería interesante saber cómo hará para impedir las prácticas perversas de corrupción y arbitraje que este sistema de cambios múltiples genera.

Frente a estos errores de bulto, la buena noticia es que se permitirán las operaciones de mercado abierto en el nuevo Sistema Marginal de Divisas (que por cierto, en vez de marginal debería ser general), lo que representa una pequeña ventana que se abre para dar oxígeno al mercado. Legalizar el intercambio de divisas a una tasa producto de la oferta y la demanda, sin restricción de cantidades y burocráticas, podría favorecer a muchas empresas y personas que se han visto marginadas por los sistemas oficiales. Sin embargo, aún es pronto para hacer valoraciones, siendo necesario ver si se trata de un mercado de libre flotación y si existe suficiente oferta de divisas como para soportar la demanda.

Seguimos entonces en una situación delicada en materia cambiaria, por temor a tomar medidas duras pero necesarias. Mantener dos tasas artificialmente bajas no impedirá que haya inflación, pero lo que sin duda logrará es mantener niveles de ineficiencia y corrupción.

 

@luisvicenteleo

luisvleon@gmail.com

El Universal

¿Y qué hacer frente a la crisis? por Luis Vicente León

Economia

 

La inversión de oro es … cada bolívar que gastas en educarte y formarte para el futuro

No creo necesitar muchos argumentos para soportar la tesis de que el año 2015 será más difícil que este. Estamos en una crisis producida por un modelo de control y hostilidad contra el sector privado, que ha generado escasez e inflación. La respuesta del gobierno, lejos de atacar las causas, se concentra en aumentar controles y apuntar sobre consecuencias. Así, es impensable que mejorará. Pero si además consideramos la caída del petróleo, es fácil presumir que la crisis sólo nos ha mostrado su maqueta.

¿Cuáles son nuestros retos personales para enfrentar lo que viene?

La diferencia entre quienes surfean una crisis y quienes se ahogan en ella es la calidad de la tabla de surf que construyen para abordarla.

No pretendo hacer un análisis minucioso. Sólo quiero compartir algunos elementos clave, que vale la pena considerar.

Si quisiéramos ponerle una calcomanía que identifique nuestra tabla, el nombre debería ser: Protégete, porque nadie más te protegerá.

El primer movimiento estratégico para esa protección es hacer tu presupuesto familiar y luego eliminar de él todos los gastos que no sean indispensables. No hay espacio para desperdicios. Revisa tu presupuesto, decide qué eliminarás y no tengas contemplación, aunque tendrás resistencia familiar al respecto. No le pidas al gobierno que no sea populista, si tú no puedes dejar de serlo en tu propia casa. ¿Quieres un ejemplo? Bájale dos a las salidas, fiestas, cenas, regalos, delicateses y viajes. Revisa si te siguen conviniendo las suscripciones a revistas, las cuotas del club, las clases privadas y los gastos de peluquería y tintorería. Si tienes inmuebles que no están produciendo: o los alquilas o los vendes, pero no tiene sentido pagar mantenimiento e impuestos cuando cada bolívar cuenta para protegerte.

La inversión de oro es … cada bolívar que gastas en educarte y formarte para el futuro

Revisa tus pólizas de seguro. Es clave estar protegido en el medio de la crisis. No es una opción inteligente descubrirse en este momento, pero evita duplicaciones y primas ineficientes. Revisa tus planes de celular y TV por suscripción y está seguro de que estás pagando lo que te conviene.

Sé consciente de que tu gasto total debe ser inferior a tu ingreso total, pues debes dejar recursos para imprevistos, que en crisis suelen ocurrir. Pero esos ahorros no pueden guardarse en bolívares. Las tasas de interés pasivas, que el banco te paga por tus ahorros, son negativas, es decir, inferiores a la inflación. Al final de cada año habrás perdido parte importante de tu patrimonio. El ahorro debe buscar alternativas distintas. Por ejemplo, en divisas (que te quede claro que hoy no hay dólar caro). Otros ahorros se logran cuando adelantas compras de cosas que necesitarás en el futuro y que van a subir aún más. Pero no me refiero a activos de placer que generan más costos a futuro, sino activos productivos, cosas que te permitirán mantener o aumentar tus ingresos o reducir los costos de vida actual. Si se lo vas a inyectar a tu negocio o actividad laboral o profesional, mejor.

Si tus ahorros actuales no te alcanzan para adelantar las compras de lo que necesitas, no dudes de endeudarte en bolívares. La misma tasa de interés negativa que desestimula el ahorro, hace atractivo el crédito, pues trabajar con dinero por el que te cobran menos que la revalorización de los activos que adquieres con él, es un tiro al piso. Y si el crédito es público, con tasas bajas locas, misión agarre.

Y si me preguntan cuál es la inversión de oro en el medio de esta crisis, no dudo en decir que es cada bolívar que gastas en educarte y formarte para ser más eficiente y productivo en el futuro. Ese es el mejor material que puedes ponerle a tu tabla de surf para hacerla más resistente. Y no dudes que vas necesitarla.

 

@luisvicenteleon