Jose Luis Carrillo, autor en Runrun

Jose Luis Carrillo

#GuachimánElectoral | CNE modificó la fecha de cinco de las auditorías para las parlamentarias
El Poder Electoral había definido que entre septiembre y diciembre se haría la mayor parte de las auditorías, pero, sin previo aviso, publicó en su página web que ahora será de octubre en adelante

 

@CarrilloJoseL7

 

El Consejo Nacional Electoral (CNE), en varias de las modificaciones o reacomodos que ha hecho del cronograma electoral, publicó recientemente una modificación en las fechas del grueso de las auditorías al sistema que regirá las elecciones parlamentarias del #6D. Pero, sin el cumplimiento de algunos requisitos que garanticen que las verificaciones se realicen adecuadamente, no habrá mayores garantías de que el proceso que arrojará una nueva Asamblea Nacional sea confiable para el electorado.

El CNE había definido que entre septiembre y diciembre se haría la mayor parte de las auditorías, pero, sin previo aviso, publicó en su página web que ahora será de octubre en adelante. También modificó dos eventos: el simulacro electoral y la modificación de postulaciones que no se verán reflejadas en la boleta electoral.

De acuerdo con el cronograma inicial, el que se publicó el 11 de julio, se completará un total de 15 auditorías técnicas, igual número que en las parlamentarias de 2015, aunque figuran cinco supervisiones que no se efectuaron en el proceso pasado. De igual manera, hay cinco que se hicieron en aquella oportunidad que no tendrán su versión en el proceso que hay en camino.

No obstante, no es la cantidad de auditorías lo que podrá definir si realmente la escogencia de los 277 diputados del Parlamento gozará de la transparencia necesaria para que se garantice que la voluntad de cada elector se vea reflejada en el resultado final; los expertos electorales Aníbal Sánchez y Andrés Caleca señalaron los diferentes aspectos que podrían atentar contra la pulcritud de las elecciones aun cuando las partes que acudirán a la contienda manifiesten estar de acuerdo con cada una de las verificaciones que se realicen. Las mismas tienen que ver con quiénes participarán de tales procesos y de algunos cambios en la manera como se han realizado en el pasado.

Que sí, pero no

Las verificaciones técnicas iniciaron oficialmente el 17 de julio, cuando se realizaron, una, al Sistema Automatizado de Selección de Integrantes de los Organismos Electorales Subalternos, que figura entre las nuevas que aporta el actual proceso y al que asistieron representantes del gobierno y de los partidos de la Mesa de Diálogo Nacional, pero cuyos detalles no trascendieron y, la segunda, al Registro Electoral, que sí se ha cumplido en cada proceso electoral automatizado.

Estaba previsto que a partir del 26 de septiembre, y hasta el día de los comicios, se hicieran nueve de las auditorías: primero, las del software de máquinas de votación, del software de totalización, del archivo de máquinas de votación, y luego, ya en noviembre, de la Infraestructura Tecnológica Electoral, producción de máquinas de votación, cuadernos de votación y auditoría predespacho de las máquinas de votación para dejar todo listo con la de puesta en cero de los Centros Nacionales de Totalización.

Después de la votación, quedarían pendientes las de Telecomunicaciones en sus fases I y II, y la de sustanciación de investigaciones de gastos de campaña. Desde el #GuachimánElectoral examinamos y todas las verificaciones tienen duraciones similares a las que se hicieron para la contienda de 2015.

Sin embargo, las fechas cambiaron a discreción del CNE y ahora corrieron los lapsos una semana de su fecha inicial, en el mejor de los casos, hasta un mes después, como ocurrió con la Auditoría de Datos Electorales Fase I (Ades).

El oscurantismo

Andrés Caleca, quien fue presidente del CNE, cuestionó que las auditorías se están haciendo apenas con los representantes del gobierno y los de la llamada “mesita de diálogo”, pero han faltado no solamente los partidos mayoritarios de la oposición, sino de sectores como las academias y misiones internacionales de observación; por lo que duda sobre la idoneidad de la metodología.

“El primer problema que tenemos aquí es que no tenemos transparencia. Está claro, desde la publicación del cronograma, de que se trata de una convocatoria absolutamente inconstitucional, ya que se hizo cambiando normas, leyes, reglamentos y hasta la Constitución, que dice que no se puede modificar las leyes seis meses antes (del proceso en cuestión). En el cronograma se había notado que habían cortado una cantidad de auditorías, de las normales que se hicieron en las elecciones de 2015, se saltaban seis o siete auditorías, aunque no eran tan importantes y el proceso podía avanzar, pero las más importantes, que son las auditorías de las máquinas, las de la plataforma tecnológica, que es con lo que se va a votar, de las máquinas de votación, del software, de la transmisión, no se pueden hacer, no se están haciendo, porque no hay máquinas”, señaló Andrés Caleca.

Argumentó que, si a estas alturas, no se cuenta con las máquinas de votación, tampoco se tiene el software que se va a utilizar. “Si no hay software, que es algo que no se compra, como compras un Word o un Linux, sino que son hechos a la medida de la máquina y del proceso que se va a hacer, entonces vas a hacer unas auditorías tontas como la del sistema de selección de los miembros de mesa, que la hicieron entre gallos y medianoche y solamente participaron los partidos de la llamada Mesa de Diálogo Nacional y el CNE. Técnicos independientes allí no hubo, universidades observadoras no hubo, observación nacional no hubo y mucho menos internacional, y seleccionaron a 300.000 miembros de mesa y nadie sabe quiénes son”, resaltó Caleca.

Auditorías sencillas

Por su parte, el consultor político en el área electoral y exauditor del CNE, Aníbal Sánchez, detalló que la auditoría del programa de selección de los integrantes de organismos electorales subalternos es un proceso sencillo que se hace en dos partes: primero, la programación del software y después la selección de los integrantes. La misma consiste en una primera etapa de la exclusión de los electores de más de 65 años, así como los de directivas de partidos, candidatos, electores en el exterior y aquellas personas con discapacidad física específica (ausencia de miembros superiores).

Luego de la exclusión se realiza un sorteo, 18 nombres para las juntas electorales regionales, municipales y parroquiales. Sobre este proceso, Aníbal Sánchez no manifestó ningún tipo de reparos.

Pero sobre la segunda auditoría, que es a la del Registro Electoral (RE), sostuvo que no es propiamente una auditoría, ya que esto implicaría hacer un trabajo de campo, un muestreo, ir a algunas viviendas a confirmar las identidades de los electores registrados y todos sus datos tal cual como están en la data del CNE, por lo que lo que se hace es más bien una revisión bibliográfica.

Restó importancia a que no se realice la auditoría de la tinta indeleble, implemento que no se utiliza desde hace varios procesos electorales. Considera que en un proceso automatizado como el que está diseñado, el mecanismo que verdaderamente garantiza que se cumpla el principio de ‘un elector un voto’ es el de la autenticación de identidad, el de los instrumentos de identificación biométrica, conocidos como “máquinas captahuellas”.

“En el proceso de votación surgen rumores, denuncias de algunos electores que no dieron coincidencia (de sus huellas con las registradas) y les permitieron votar. Eso es porque tenemos una Ley Electoral y una Ley de Procesos Electorales que no van acordes con el proceso automatizado. Hay una deuda, no solamente de esta AN, sino de la anterior, de legislar en materia electoral como lo que tiene que ver con los referendos consultivos y revocatorios. Entonces, cuando no hay coincidencias, pero el elector está en el cuaderno de votación, se acata la ley que dice que si está inscrito no se le puede impedir el derecho a votar”, acusó Aníbal Sánchez.

Golpe a la máxima garantía de seguridad

El Observatorio Electoral Venezolano (OEV), en su análisis sobre las auditorías correspondientes a estas parlamentarias 2020 especificó que para la contienda del próximo #6D se conservaron 7 de las 21 auditorías que blindaron las parlamentarias de 2015 y que, para ese momento, fueron transmitidas en vivo y directo por el portal de internet del CNE.

De las auditorías técnicas, el OEV recuerda que se eliminó una de las más importantes: la de infraestructura electoral (correspondiente a las locaciones donde se instalarán las mesas de votación), la del Sistema de Información al Elector (estación donde el elector se informaba sobre la mesa en la que le tocaba sufragar y que fue eliminada), la de la tinta indeleble ya citada y la de verificación ciudadana, que no es técnica, pero también es de suma importancia. Tampoco figurará, en esta oportunidad, la del software del Sistema de Estadísticas de Participación (Sisep), ya que este sistema se eliminó luego de que la oposición denunciara que la manejaba el Psuv para saber qué electores no habían participado y buscar que votaran.

En su boletín 46, Cronograma en Pandemia, el OEV detalló que el cronograma electoral para las parlamentarias de 2020 presenta lapsos de ejecución comparativamente más cortos, tanto en actividades clave como en el proceso electoral mismo, y detalla que las elecciones se organizan en un contexto global y nacional tan inédito como complejo, pues se hace en medio de la pandemia por COVID-19. Lo que hace lamentar que no se haya programado la auditoría de infraestructura de centros de votación, que debe hacerse para garantizar que las instalaciones permitirán mantener las normas internacionales de prevención del virus.

En el cuadro comparativo del mencionado boletín se observa que desde el día de la convocatoria hasta la fecha de la elección pasaron cinco meses y 13 días para la jornada comicial de 2015, mientras que para la de 2020 el tiempo se acorta a cinco meses y cuatro días. 

Que miren desde afuera

Para Aníbal Sánchez, el otro aspecto medular para evitar que se manipulen las elecciones es determinar quiénes asisten a las auditorías. “No solo deben hacerlo las 30 organizaciones que están postulando, también está estipulado que asista un auditor externo, pero, hasta ahora, ha figurado un auditor de la UCV que, si revisas los archivos, verás que participan nombres como Eleazar, Ezequiel o Bartolini, siempre los mismos que, supuestamente, asisten por la UCV y dicen ser auditores externos, pero que no cuentan con la autorización de esa casa de estudios”, advirtió.

Hizo énfasis en que un auditor externo no puede ser empleado del órgano que está auditando. porque, de lo contrario, se trataría de una auditoría leonina, por lo que hay que aclarar quién va a ser el auditor externo para el proceso. Además, a su juicio, es imperativo que se cuente con observación internacional a todos los niveles, especialmente al momento de las auditorías, ya sea en la programación, el predespacho de las máquinas y las diversas etapas que comprende una observación internacional calificada. Por ahora, esto está descartado.

#GuachimánElectoral | Claudio Fermín: “Nosotros hemos trabajado a favor de la despolarización
El líder del partido Soluciones considera que Venezuela está en el centro de una gran conspiración internacional y no es por parte de Maduro, Cilia Flores o Diosdado Cabello

José Luis Carrillo

A Claudio Fermín, exalcalde de Caracas y ahora líder del partido Soluciones para Venezuela, lo han acusado de chavista y de colaboracionista; él se defiende alegando que las posiciones que más favorecen al Ejecutivo son las que abogan por la no participación de los electores.

Pero en opinión de quien fue candidato presidencial en 1998 y 2000, hay sectores de oposición que buscan el cambio político permitiendo que la población sufra. En este sentido, enfatiza que es un hombre de oposición, que cree en un cambio en las políticas, pero un cambio que sea para bien y uno para el reencuentro y no la venganza.

En conversación telefónica con el #GuachimánElectoral justificó que la elección de diputados nacionales (los que entrarán con el cociente electoral y no por decisión de los electores) garantizará la proporcionalidad del proceso.

‒Usted ha reivindicado que al aumentar el número de diputados a elegir se atiende el principio constitucional de la representación proporcional. Pero además de elegirse diputados nacionales por cociente, se incrementó el número de diputados nominales en varios circuitos. ¿Esto no mantiene la desproporción?

‒Había una interpretación errónea de la Constitución, que dice que los diputados serán escogidos con base al 1.1 % de la población, pero que también afirma que debe haber una representación proporcional, y la base del porcentaje se aplicaba para todo, para elegir diputados nominales como para los de lista, cuando debía hacerse solo para los nominales. Recordemos que en 1998 se eligió un Congreso y la Cámara de Diputados contaba con 207 diputados y había 68 senadores. No es posible que ahora se estuvieran eligiendo a 167 diputados. La nueva manera de elección, con 48 diputados que se elegirán por cociente nacional de votos, garantiza que los partidos pequeños tendrán representación que será proporcional a la presencia que tengan a escala nacional.

‒Pero se aumentó el número de diputados a elegir nominalmente y no se ha indicado cómo se determinará la adjudicación de los diputados cuando se eligen dos o más ¿No continúa esto la desproporción?

‒En materia nominal no queda nada pendiente, cuando el circuito es plurinominal es igual. En un circuito que elija tres o cuatro diputados, el elector va a votar por tres o cuatro nombres; no es votación por lista. En uno que elijan dos, uno puede ser postulado por el partido A y el otro por un partido B. El elector dirá, ‘aquí son tres diputados, voy a votar por esta candidata ecológica, está Soluciones y está de AD’. Ahora, si es militante de un partido, votará por los tres de la misma organización.

Lo que dice la Constitución, que los diputados son elegidos en sus estados, se va a cumplir. Vamos a votar dos veces. ¿Por qué la lista de adjudicación o complementaria? A mí me tocó estar en la Constituyente en 1999, fui uno de los constituyentes elegidos por lista nacional. Virgilio Ávila Vivas fue elegido en la lista de Nueva Esparta. Usted vota en Barinas, lista y circuito, pero la lista tiene una gran bondad. Primero es un elemento que ayuda a que los valores regionales, los dirigentes emergentes de cualquier partido que viven en las regiones, tengan más espacios, no como ocurría con aquellos llamados dirigentes nacionales que en el modelo anterior eran impuestos como candidatos de los estados y en sus propios estados los llamaban importados. Esta lista nacional no es una lista de la antipolítica, es de la política que cree que los partidos deben garantizar lugares a sus dirigentes regionales emergentes. ¿Cuánto dura formar un dirigente nacional? ¿20, 30 años? Creemos que lista nacional ayuda a disipar y a llevar a mínima expresión candidatos importados en regiones.

La lista nacional no es más que una modalidad de la representación. El voto lista y el nominal están perfectamente representados.

‒¿Por qué no se ha producido un entendimiento entre las fuerzas que estaban en la Mesa de Diálogo Nacional para inscribir candidaturas unitarias? ¿Qué es lo que impide un acuerdo?

‒Una respuesta en dos planos: en la Mesa de Diálogo Nacional llegamos a muchos acuerdos, amplísimos, fue uno de los escenarios que le abrió caminos a respuestas muy concretas contra del atascamiento político que traíamos desde hace muchos años, que parecía que el panorama estaba en una calle ciega. El primer acuerdo de esa mesa fue recuperar la bandera de la paz, la búsqueda de la armonía. Todo estaba apuntando a una conducta de declaraciones de guerra, a la satanización del contrario, una actitud para ganar aplausos entre propios seguidores, la confrontación extrema llegando a su clímax. Llegó el momento en que el gobierno se paró de la mesa de negociación (la de Barbados) cuando Juan Guaidó y su grupo aplaudieron que las sanciones por parte de Estados Unidos, lo que estuvo acompañado por una declaración de Guaidó de que aquí no había nada que negociar. Eso era el anuncio de una cosa terrible, conflictividad, crisis; unos políticos dicen que no hay nada que negociar.

¿Cuál era el camino? ¿Matarnos? Quiero reivindicar como un primer gran acuerdo del MAS, Avanzada Progresista, Cambiemos, hasta Copei, que estos partidos levantaron las banderas del acercamiento. La resolución de conflictos es una de las grandes responsabilidades que los políticos y los partidos tienen, los que están en función del poder como los que estamos en oposición, proponiendo alternativas y ejerciendo la crítica. La resolución de conflictos no estaba pintada en la pared.

 

Hubo tropiezos, estuvo la acción de grupos distintos de demandantes. Mientras nosotros estábamos demandando la liberación de presos políticos, por la otra puerta los grupos de comités de víctimas preguntaban: ‘¿cómo usted va a liberar a esas personas?’. De tal manera que fueron momentos de mucha tensión, pero mantuvimos la brújula en el norte que queríamos. En definitiva, hemos promovido distensión, es un camino que estamos abriendo.

Si la premisa de la cual se parte es que las elecciones son solo para derrotar al gobierno, es maniqueísmo. La premisa de la que partimos en Soluciones no es esa, tenemos otro elemento: creemos que el pueblo tiene derecho a la representación, a que conductores, campesinos, agricultores, profesores universitarios y cultores del folklore estén representados. Hemos presentado unas propuestas donde hay gente de las bases; no solo dirigentes de Soluciones, sino de Redes, Federación Campesina, sindicato del petróleo, construcción, petroquímica, los cumanagotos, kariñas. Es una alianza con las bases. Otros creen que hacer una alianza es una especie de sopa de letras con las siglas de todos los partidos, esquema MUD y G4, pero si los cogollos van a elegir previamente a los candidatos y luego se presentan con el eufemismo de la plancha unitaria, entonces el pueblo no va a elegir.

Espero que a partir del 6 de enero de 2021 todas las fracciones tengan el entendimiento para buscar acuerdos, hacer contraloría social, lograr el equilibrio de los poderes y dar prioridad a la educación y a la infraestructura.

El fetiche de la unidad

Claudio Fermín ahondó en el tema de que las fuerzas de la “mesita” vayan por separado a las elecciones. “No somos un bloque político como no lo es el Polo Patriótico, no tenemos una dirección única común, como el G4, ni una dirección política como ellos, hoy vergonzosamente domiciliada en Washington. Los partidos de la mesa de diálogo tenemos coincidencias, diálogo, acuerdos, votos, pero no hemos llegado a una dirección política común, y porque creemos en el pluralismo, además. La confrontación extrema debe ser suplantada con pluralismo. La polarización es un mecanismo de segregación”, expuso al respecto.

‒¿Cómo surge la alianza con Juan Barreto? Usted ha defendido en anteriores ocasiones el libre mercado y él respaldó a Hugo Chávez, que hizo énfasis en expropiaciones ¿Cómo se produce una alianza cuando se tienen ideologías distintas?

‒Es uno de los procesos que a mí me ha entusiasmado más en los últimos años. La polarización más extrema es algo que no es un artificio, sino que tiene un marco ideológico; es la separación de la sociedad, la lucha de clases, decir donde cabe A no cabe B y donde cabe B no cabe C. Nosotros hemos trabajado a favor de la despolarización. Fue uno de los caminos que nos llevó a encontrarnos a Juan y a mí para unir esfuerzos para que se acabe esta confrontación maniquea.

Este esfuerzo, en aras del pluralismo, nos fue encontrando a Juan y a mí. Somos movimientos que trabajamos en las bases, Redes es un movimiento de movimientos; sindicatos, indigenistas, afroamericanos, muchísimos movimientos de diversidad sexual. Nosotros existimos en el barrio, el caserío, en la vecindad, en el sindicato, el gremio. Ese trabajo en las bases nos ha acercado mucho y luego el no creer en los extremos nos ha hecho activistas de la despolarización. Somos movimientos no dogmáticos.

Soluciones ha sido una suerte de arena de encuentro, gente de Bandera Roja, Psuv y AD. La única manera de haber sido venezolano y no haber pertenecido a alguno de esos partidos era vivir en Saturno. Así que fuimos coincidiendo en una propuesta realista, el manejo prioritario de la educación, de los servicios públicos y el convencimiento de que la prioridad debe ser trabajar para que haya producción de alimentos, y en ese mismo tema andaba la gente de Redes, dirigida por Juan Barreto. Ellos no piensan hoy lo mismo sobre las orientaciones del gobierno que lo que pensaban hace 10 años.

‒¿Conoce cuál va a ser el mecanismo de votación para el 6D? Faltan 80 días para las elecciones y aún los dispositivos, las máquinas no se conocen.

‒Ya se hizo la selección de la posición de las tarjetas en el tarjetón. Hubo una prueba, hasta ahora todo marcha de la mejor manera. No tenemos carencia o anomalía, vamos a votar como siempre, independientemente de que las autoridades den esa información. No tenemos información para perturbarnos en esa materia. Los partidos fueron a escoger sus posiciones.

‒¿Tiene su movimiento político los testigos suficientes para evitar la manipulación de la votación?

-Soluciones tiene gente organizada en 24 entidades y en los municipios, las parroquias geográficas las tenemos divididas en parroquias políticas. Tenemos más de 20.000 activistas. Vamos a hacer una contribución muy seria a la confianza del acto electoral. No somos los únicos, todas están trabajando en sus testigos de mesa. Soluciones tiene un enjambre de activistas que están cumpliendo su compromiso de estar en las mesas y serán personas de apoyo el día de las elecciones.

Desafíos

‒Si más de 50 países no van a avalar las elecciones a menos que haya garantías democráticas ¿Qué sentido tiene participar?

‒En Soluciones estamos convencidos de que uno de los grandes desafíos de la nueva AN que vamos a elegir es defender la representación popular, esos millones de venezolanos que vamos a votar por los candidatos que crean los representen mejor.

Si los electores quisieron integrar esa AN ¿a cuenta de qué, una pequeña élite de cuatro o cinco exministros del Exterior o satélites del presidente Donald Trump pueden decir si vale o no la Asamblea? Lo que tenemos que decirle al país, con claridad, es que Venezuela está siendo hoy el centro de una gran conspiración internacional y no es por parte de Maduro, Cilia Flores o Diosdado Cabello. A Venezuela se le está impidiendo vender su petróleo, se chantajea a países diciéndoles que, si compran, no van a poder acceder al mercado estadounidense; es una estrategia de bloqueo que lo que da es espanto.

Quienes estamos participando en las elecciones sabemos el tamaño de la crisis y la responsabilidad del Gobierno, pero queremos resolverla, no agravarla.

‒¿Cómo cree que se puede motivar a los ciudadanos que ya no confían en el voto como instrumento político?

‒Son dos cosas que observaría: primero, decir que el voto va a ser respetado. Me acuerdo de que hubo miles y miles de personas que dejaron de votar porque creían que las máquinas eran una estafa. Esa era una resistencia al cambio. La gente creía que la máquina estaba programada. ¿Cuánto tiempo hubo que pasar para que se comprendiera que lo que marques en la máquina es lo que va a Salir? La trampa es que si no tienes representación en las mesas y las personas que son del partido, entonces, personas que son pícaras y no honestas pueden votar por otros que no lo hicieron; es que alguien vota sin tener derecho a hacerlo por usted. El atentado no está en la mesa electoral. Nosotros vamos a tener testigos, quienes defienden lo contrario ejercen el cinismo de la antipolítica; es la perversidad de quienes llaman a la abstención.

La perversidad es que la antipolítica la ha convertido (la no participación) en una acción ética, decir que votar por cualquier opción es deshonesto e inmoral. Han hecho un daño cultural. Hay gente inocente que está considerando que están haciendo un acto heroico cuando es un acto de colaboracionistas, y cuando ir a votar es la expresión de tus pareceres, es escoger tu representación.

 

El enemigo del voto no está en las mesas, está en el mensaje criminal de hacerle creer a usted que si vota es un delincuente. Un cinismo imperdonable. No votar es dejar todo como está.