En las últimas dos semanas, 11 magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela designados por la Asamblea Nacional (AN), controlada por la oposición, huyeron por tierra del país tras ser más de dos meses refugiados en embajadas en Caracas. Uno de ellos, Ildefonso Ifill Pino, según confirmó a O Globo una fuente muy cercana al grupo, estuvo en la embajada de Brasil, información que hasta ahora el gobierno brasileño mantuvo reservada. Pino, como sus demás colegas, escapó en coche y atravesó la frontera hacia Colombia, país donde está actualmente.
La información sobre la presencia de uno de los magistrados en la embajada de Brasil en Caracas fue confirmada por el también miembro del TSJ no reconocido por el Palacio de Miraflores, Miguel Angel Martin.
«Hemos tenido cinco magistrados en la embajada de Chile, cuatro en la de Panamá, uno en México y uno en Brasil», confirmó a O Globo Martin, que está actualmente en Estados Unidos. – En algunos casos, por seguridad, no podemos dar nombres.
Él ayudó a todos a huir por tierra de la capital venezolana. Los magistrados intentaron obtener autorización del gobierno Nicolás Maduro para salir formalmente como asilos políticos, pero ninguno de ellos obtuvo respuesta positiva. De hecho, una de las razones que habría llevado al embajador brasileño en Venezuela, Ruy Pereira, a no revelar la presencia de Pino en la embajada, sería la promesa por parte de las autoridades venezolanas de que de esa manera el salvo conducto podría ser concedido. Pero eso nunca sucedió, a pesar del empeño del embajador.
«El embajador creyó que así sería más fácil, pero nadie obtuvo el salvo conducto y todos tuvieron que abandonar el país a la prisa, por tierra», dijo la fuente consultada que, también por precaución, prefirió no revelar su identidad.
Pino se quedó más de dos meses en la embajada brasileña, sin que los diplomáticos que trabajan con Pereira supieran de su situación. El embajador mantuvo un estricto secreto, para preservar la seguridad de la familia del magistrado y, también, intentar facilitar la tramitación del salvo conducto.
– Él fue muy bien tratado y está muy agradecido al gobierno de Brasil – aseguró la fuente.
En todos los casos, los magistrados no pueden regresar a Venezuela, porque podrían ser detenidos, como ya ocurrió con algunos de sus colegas como Angel Zerpa, que pasó más de un mes preso en una sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) a finales de agosto pasado, está prohibido salir del país y debe presentarse en un tribunal local una vez por semana.
«Nuestra situación es muy delicada, somos perseguidos ferozmente por el gobierno Maduro», lamentó Martin.
Pino y los demás magistrados forman parte de un total de 33 nombrados para el Tribunal Supremo de Justicia por el Parlamento, de mayoría opositora. Sin embargo, Caracas desconocía las acciones del organismo, declarado en desacato por el TSJ, que la oposición venezolana acusa de servir a Maduro.
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