Inteligencia Petrolera, autor en Runrun

Rusia y Venezuela discuten colateral de Citgo para evitar sanciones de Estados Unidos

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La rusa Rosneft está en conversaciones para cambiar su colateral en la refinadora estadounidense Citgo, propiedad de Venezuela, por acciones en campos de gas y petróleo y productos refinados del país suramericano, dijeron a Reuters dos fuentes con conocimiento de las negociaciones.

La movida busca, en parte, evitar las consecuencias de sanciones económicas desde Estados Unidos.

Rosneft, el mayor productor de crudo de Rusia, tiene un colateral de 49,9% de Citgo como garantía de un préstamo que hizo el año pasado a Venezuela, cuya economía sufre una recesión agudizada por los bajos precios del crudo

El acuerdo con la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) ha provocado la crítica de senadores estadounidenses que no quieren que Rusia tenga una participación de activos estadounidenses, porque supondría una violación de las sanciones económicas existentes.

Las negociaciones se apuraron esta semana, dijo una de las fuentes a Reuters, cuando el mandatario estadounidense, Donald Trump, amenazó con imponer “acciones económicas fuertes” a Venezuela, a menos que el presidente Nicolás Maduro aborte sus planes de reescribir la Constitución del país.

Tales sanciones, que podrían incluir la prohibición de las importaciones de petróleo estadounidense desde Venezuela, socavarían el modelo de negocio de Citgo y amenazarían la propiedad venezolana o rusa en la firma estadounidense.

Bajo la nueva propuesta discutida esta semana en Moscú por altos ejecutivos de Rosneft y Pdvsa, la participación colateral en Citgo se intercambiaría por un paquete de ocho ofertas claves, dijo una de las fuentes con conocimiento de las conversaciones.

Bajo el canje propuesto, Rosneft recibiría productos refinados de Citgo como pago parcial del préstamo otorgado el año pasado.

Además, tendría participaciones en tres campos petroleros: Rosa Mediano, Tía Juana y Lago Lagunillas en el petrolero estado del Zulia. Asimismo, Rosneft recibiría acciones en dos campos de gas natural costa afuera —Patao y Mejillones— que forman parte del proyecto Mariscal Sucre, con reservas de 14 billones de pies cúbicos (TCF).

Igualmente, aceptaría la liquidación de dividendos pendientes por parte de Pdvsa en su mayor empresa conjunta: el proyecto de petróleo extrapesado Petromonagas.

Adicionalmente, la rusa obtendría derechos de venta de condensados ​​venezolanos del campo Río Caribe, que también forma parte del proyecto Mariscal Sucre.

Por último, Rosneft recibiría los derechos para vender su parte de la producción de crudo de todas las empresas conjuntas con Pdvsa. Normalmente, los socios minoritarios están obligados a vender su producción en proyectos conjuntos a la petrolera estatal venezolana.

Según la propuesta, Rosneft podría presidir sus empresas conjuntas con Pdvsa de forma rotativa y estar a cargo de grandes compras. Esto le daría a la firma rusa más control sobre las operaciones, algo que los socios minoritarios de Pdvsa han pedido desde hace años, dijo una de las fuentes a Reuters.

Los ejecutivos petroleros extranjeros frecuentemente se quejan de retrasos, ineficiencias y contratos opacos en las empresas conjuntas donde Pdvsa tiene mayoría accionaria.

El Ministerio de Petróleo de Venezuela, Pdvsa y Citgo no respondieron a las solicitudes de comentarios. Rosneft se negó a hacer declaraciones.

 

Evitar desafíos políticos y jurídicos

Ambos países tienen un fuerte incentivo para poner fin al actual acuerdo de garantía.

El pacto supone que Rosneft —que ha estado bajo sanciones estadounidenses desde el 2014— sería uno de los principales acreedores si el Gobierno de Venezuela incumpliera sus obligaciones.

Los senadores de Estados Unidos se preguntan si el acuerdo podría violar las sanciones estadounidenses en el caso de que Rosneft ejecute la garantía.

Empresas como Crystallex, por ejemplo, se han opuesto al uso de Citgo como garantía para el préstamo de Rosneft, acusando a Venezuela de reducir su exposición a activos en Estados Unidos para evitar que la minera canadiense cobre un millonario arbitraje.

Excluirse de una disputa legal espinosa podría ser una bendición para Rosneft, siempre y cuando el paquete propuesto tenga un valor similar al de la garantía de Citgo.

Sin embargo, tal acuerdo podría exprimir aún más a la ya comprometida Pdvsa, que lucha para producir suficiente petróleo para cubrir los préstamos de más de 50.000 millones de dólares con Rusia y China que debe pagar con envíos de crudo.

Un nuevo pacto con Rusia podría también intensificar las críticas al presidente Nicolás Maduro, acusado por sus adversarios de vender activos petroleros valiosos para recaudar dinero.

 

Rosneft quiere má crudo

El acuerdo propuesto podría fortalecer aún más la posición financiera de Rusia en Venezuela, donde ha emergido como un aliado de importancia. Moscú tiene cada vez mayor acceso al petróleo y más control sobre las operaciones de producción de crudo de Venezuela.

Rosneft ha prestado a Pdvsa por lo menos 4.000 millones de dólares en los últimos años.

Venezuela ofreció recientemente a la compañía rusa un porcentaje de su participación en el proyecto petrolero Petropiar, operado por Pdvsa y la estadounidense Chevron.

Rosneft actualmente tiene 40% en el proyecto Petromonagas en la Faja del Orinoco, la región petrolera más prolífica de Venezuela. En la misma zona, también participa en Petrovictoria y en Petromiranda, así como en otras dos empresas conjuntas en campos maduros en el país sudamericano.

Recibir más barriles de Pdvsa y Citgo ayudaría a Rosneft a desarrollar su brazo comercial, Rosneft Trading SA, y podría usar crudo ligero de las tres empresas conjuntas en el Zulia para mezclar su petróleo extrapesado del Orinoco, en lugar de confiar en las importaciones costosas y con frecuencia retrasadas de diluyentes que hace Venezuela.

Inteligencia Petrolera: Venezuela aún no se ajusta el cinturón

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El petróleo representa 96% de las divisas que recibe Venezuela. El presidente Maduro sólo ha propuesto hasta ahora recortar 20% en los gastos suntuarios. La población está atenta a las medidas de emergencia que podrá tomar el Gobierno venezolano, que no logró que la OPEP recortara su producción para impulsar los precios del crudo.

 

CARACAS – El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, alertó el miércoles que el precio del petróleo, su principal fuente de ingresos, podría seguir bajando tras haber perdido 35% de su valor desde la mitad del año.

Maduro reiteró que el “precio justo” del barril petrolero se ubica alrededor de los 100 dólares, muy lejos de los cerca de 60 dólares por barril (dpb) en los que está fluctuando, ante la abundante oferta del mercado mundial y una baja demanda prevista de Europa y China, debido a sus débiles panoramas económicos.

“Lo llevamos en 61 dólares hoy (el precio del crudo local) (…) Había subido 2 dólares y volvió a bajar a 61, y puede ser que baje un poco más”, dijo el mandatario en un acto televisado.

En lo que va del año, el promedio de la cesta de crudo y derivados venezolana se ubica en 91,74 dpb, por debajo de los 98,08 dpb del año pasado.

Venezuela sufrió un revés en la última reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleos (OPEP), donde abogaba por un recorte del bombeo del cartel para elevar los precios. En cambio imperó la posición de los países del Golfo Pérsico de mantener la producción.

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Arabia Saudita impuso su tesis en la Opep: La batalla petrolera es por cuotas del mercado

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La Organización de Países Exportadores de Petróleo prefiere, por ahora, vender petróleo más barato a que otros competidores suplan la oferta ante una eventual, y negada, reducción de la producción.

 

 

Alex Lawler

Amena Bakr 

Dmitry Zhdannikov

 

El ministro de Petróleo de Arabia Saudita dijo a sus colegas de la OPEP que deben combatir el auge del crudo de esquisto en Estados Unidos, al oponerse a un recorte de la producción petrolera para deprimir los precios y debilitar la rentabilidad de los productores de América del Norte.

Ali al-Naimi impuso su argumento en el encuentro del jueves, frente a los deseos de países más débiles de la OPEP como Venezuela, Irán y Argelia que buscaban un recorte de la producción para revertir una fuerte caída de los precios del crudo. De hecho, esos países no estaban preparados para ofrecer grandes recortes en sus respectivas producciones y, al decidir no confrontar a los sauditas y a sus ricos aliados del Golfo Pérsico, al final cedieron a la presión de Naimi.

“Naimi habló de una rivalidad con Estados Unidos por cuotas del mercado. Y aquellos que querían un recorte entendieron que no había posibilidad de lograrlo porque los sauditas querían una batalla por cuotas del mercado”, dijo una fuente que fue informada de los resultados de la reunión del jueves por un ministro de un país no miembro de la OPEP.

El petróleo tocó el viernes un nuevo mínimo en cuatro años por debajo de 72 dólares el barril. Un auge en la producción de crudo de esquisto y un débil crecimiento económico en Europa y China han empujado los precios a una baja de más de un tercio de su valor desde junio. “¿Creen que estamos convencidos? ¿Qué más podíamos hacer?”, dijo un delegado de la OPEP de un país que argumentó por un recorte de producción.

El secretario general de la OPEP, Abdalla El-Badri, confirmó que la OPEP estaba dando inicio a una batalla por cuotas del mercado. Cuando se le preguntó el jueves si la organización tenía una respuesta a la creciente producción en Estados Unidos, dijo: “Respondimos. Mantenemos la misma producción. Esta es una respuesta”.

La OPEP acordó mantener su límite de producción de 30 millones de barriles diarios. Al menos un millón por encima de sus propias estimaciones de la demanda para su crudo en el primer semestre del próximo año.

Un nuevo  mundo

Analistas dijeron que la decisión de no reducir la producción frente a la fuerte caída de precios fue un cambio estratégico para la OPEP. “Este es un mundo desafiante. La OPEP claramente está trazando una línea en la arena en 30 millones de barriles diarios. El tiempo dirá quién queda de pie”, dijo Yasser Elguindi de Medley Global Advisors.

El delegado de la OPEP de uno de los países que buscaba un recorte a la producción dijo: “La OPEP ha perdido credibilidad”, y agregó que “no sé qué tan práctico sea esto para tratar de sacar al esquisto del mercado”.

Varios ministros de la OPEP que apoyaban una reducción salieron del salón del encuentro visiblemente frustrados y mantuvieron silencio por varias horas, aunque después dijeron que aceptaban la decisión del grupo petrolero. “Estamos juntos”, dijo el canciller venezolano Rafael Ramírez cuando se le preguntó si existía una guerra de precios dentro de la OPEP.

“La OPEP siempre está peleando con Estados Unidos porque Estados Unidos siempre se ha declarado en contra de la OPEP (…) El petróleo de esquisto es un desastre como método de producción, (la fracturación). Pero también es demasiado costoso. Y vamos a ver qué sucede con la producción”, dijo.

Un delegado del Golfo Pérsico dijo que Naimi había asegurado a los miembros que los precios del petróleo se recuperarán a medida que se incremente la demanda. Pero insistió en que si la OPEP recortaba la producción perdería cuota del mercado.

“Tomó muchísimo tiempo convencer a los otros para alcanzar una decisión final”, dijo otro delegado. Varios analistas y ejecutivos petroleros han sugerido que tomará mucho tiempo para que la decisión impacte en la producción de crudo de Estados Unidos.

 

Inteligencia Petrolera

Reunión de la OPEP: ¿Quién gana y quién pierde con el desplome del petróleo?

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“Vamos a ver una guerra de precios”. Es la advertencia de Adam Stramwasser, asesor financiero de Davos Financial Advisors.

Esta sería una de las primeras consecuencias esperadas luego que la Organización de Países Exportadores de Petróleo, OPEP, anunciara este jueves que se mantienen las cuotas de producción.

En un análisis que hace BBC Mundo sobre las consecuencias de esta decisión de la OPEP, se anota que se impuso la posición de bloque que presentaron el ministro de petróleo de Arabia Saudita, Ali al-Naimi, y su homólogo de Emiratos Árabes Unidos, Suhail bin Mohammed al-Mazroui, durante la reunión de la OPEP en Viena, pese a los urgentes pedidos de países como Venezuela e Irán que planteaban un recorte en la producción para elevar los precios.

La reacción de los mercados no se hizo esperar:

Al conocerse la medida, el precio del petróleo de referencia Brent bajó tres dólares, cayó al nivel más bajo desde agosto de 2010 y marcó US$75. El rublo perdió 0,4% frente al dólar y cerró en 47.60 como una respuesta clara de la economía rusa al resultado de Viena.

El barril de petróleo Texas cayó hasta los US $ 67.75, su nivel más bajo desde el 25 de mayo de 2010.

Por su parte el Brent del Mar del Norte cayó por debajo de los 72 dólares en el Intercontinental Exchange (ICE) de Londres, su nivel más bajo desde el 7 de julio de 2010 (hasta 71,25 dólares).

Los efectos en Colombia se sintieron de manera directa en las acciones de las petroleras que se cotizan en la Bolsa de Valores: en el caso de Canacol la reducción en su acción es del 9.35 % a $ 5.720, Ecopetrol pierde 5.06% a $ 2.440 y Pacific Rubiales retrocede un 4.53 % a 25.300.

En declaraciones a Caracol Radio el director de estudios económicos de Serfinco, Esteban Tamayo, manifestó que esta situación era un hecho que se tenía proyectado por parte del mercado.

Afirmó que en el tema del recaudo petrolero los efectos se van a sentir con fuerza en el 2016, pero reconoció que el Gobierno nacional tendrá que vigilar con lupa el tema.

En la práctica, la decisión de este jueves representa una guerra tanto fuera de la OPEP como dentro de la organización.

Fuera de la OPEP porque la decisión de hoy busca contener el avance del petróleo de esquisto de Estados Unidos.

“El problema para los países OPEP es que Estados Unidos está produciendo petróleo de esquisto a costos muy bajos. Algunos analistas opinan que puede llegar a soportar precios de US$50 por barril”, explica a BBC Mundo Stramwasser.

Dentro de la OPEP, porque como lo describe el ministro de Petróleo iraní, Bijan Zangeneh, se crean condiciones para que cada país luche por el mercado, es decir, una guerra de precios.

Los precios del crudo se han hundido un 30% desde junio debido a la bonanza de la producción de esquisto en Estados Unidos y a un crecimiento económico más lento en China y Europa.

Al no reducirse la producción, se mantiene el excedente de barriles en el mercado, lo cual hace que el barril sea más barato.

Reducir la producción unilateralmente significaría para la OPEP, que representa un tercio de la producción mundial de crudo, una pérdida mayor de participación en el mercado frente a los productores de petróleo de esquisto en Estados Unidos.

Por ello, países como Arabia Saudita y Kuwait apuestan a contener la respiración con la cuota actual, a la espera de una recuperación del mercado, debido a que un incremento del precio OPEP haría más atractivo el petróleo estadounidense.

Los sauditas y otros productores del Golfo Pérsico podrían tolerar esto y también un periodo de bajos precios gracias a sus grandes reservas de divisas. Pero a otros miembros, como Venezuela o Irán, se les hará más difícil.

El caso venezolano

El efecto para Venezuela se traduce en la reconsideración de medidas adicionales para superar el déficit fiscal.

“Las dos medidas a considerar son devaluación y aumento del precio de la gasolina”, explica a BBC Mundo Henkel García, director de la firma Econométrica.

Sin embargo, para García “el aumento de la gasolina podría reducir el déficit fiscal en unos 2 puntos, mientras que con la devaluación podrían reducir el déficit en 13 puntos”.

Por ello, el director de Econométrica estima que el Ejecutivo debería darle prioridad a la devaluación, como medida más efectiva a corto plazo, y luego aumentar el precio de la gasolina.

Por su parte, Asdrúbal Oliveros, director de la firma Ecoanalítica, comenta que el gobierno venezolano puede optar por otras medidas menos costosas políticamente, teniendo en cuenta que en el 2015 hay elecciones parlamentarias.

“Pueden correr la arruga: recortar importaciones, reducir envío de petróleo subsidiado a países aliados, acelerar la venta de CITGO, entre otras, para sobrellevar la baja del petróleo”, Asdrúbal Oliveros.

Sin embargo, en su opinión, posponer decisiones duras solo agravará los problemas coyunturales en la economía.

Frente a ello, la posición del gobierno venezolano ha sido firme y calmada.

“Estamos preparados para los peores escenarios”, dijo Eulogio Del Pino, presidente de PDVSA, empresa petrolera estatal venezolana, al hacer referencia a las consecuencias que la reunión de hoy pudiera tener para el país.

 

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