Aciprensa, autor en Runrun

Abr 14, 2021 | Actualizado hace 3 años
Obispo alemán permitirá bendecir uniones homosexuales
El Obispo de Essen (Alemania), Mons. Franz-Josef Overbeck, desafiando el no del Vaticano a la bendición de uniones homosexuales, dijo que los sacerdotes de su diócesis no enfrentarán ninguna consecuencia si es que deciden bendecir a estas parejas el próximo 10 de mayo, en un evento promovido por el lobby LGBT+ (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales).

 

En entrevista concedida al canal WDR, el Prelado dijo que no serán sancionados los sacerdotes que bendigan a parejas homosexuales en el evento titulado “bendiciones para las uniones de personas que se aman”.

“No voy a hacer eso con los sacerdotes”, dijo el Prelado alemán, quien aseguró que tampoco va a “suspender” a nadie ni va a “aplicar la ley canónica” –las normas que rigen a la Iglesia en todo el mundo– sí un sacerdote bendice una pareja del mismo sexo.

El Obispo de Essen sorprendió con sus declaraciones en Pascua, en las que aseguró que en la Iglesia en Alemania “existen muchas bendiciones para las parejas homosexuales”.

También dijo que la Iglesia no debe rechazar a los homosexuales sino encontrar formas para que “los homosexuales puedan vivir juntos”.

La abierta resistencia a la prohibición del Vaticano de un grupo de obispos alemanes como el Cardenal Reinhard Marx, Mons. Franz Josef Bode, Mons. Georg Bätzing, presidente del Episcopado; Mons. Peter Kohlgraf, Mons. Helmut Dieser y Mons. Heinrich Timmerevers, ha suscitado el escándalo entre los fieles de Alemania.

El pasado 27 de marzo, en un evento al que asistió una gran cantidad de periodistas y en el que se mostró la bandera con los colores del lobby LGBT y del Comité Central de Católicos Alemanes (ZdK), el Obispo de Aachen, Mons. Helmut Dieser recibió una lista de firmas de sacerdotes católicos y activistas del lobby gay, contra la prohibición del Vaticano.

Se calcula que en el evento del 10 de mayo, lanzado con el lema “No negamos una bendición”, participarán párrocos, diáconos y agentes pastorales.

Los organizadores piden a los católicos que ese día “envíen señales creativas” para que “muchas personas al interior de la Iglesia entiendan cómo una bendición es una riqueza para la multiplicidad colorida de los proyectos de vida e historias de amor”.

La iniciativa se lanzó el 15 de marzo, el mismo día de la publicación del responsum de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre un dubium (duda) respecto a la bendición de parejas del mismo sexo, algo que la Iglesia no puede autorizar.

El evento fue convocado por Mons. Bernd Mönkebüscher, párroco de la localidad de Hamm, en la Arquidiócesis de Paderborn, junto al capellán universitario en la Diócesis de Wuzburgo, P. Burkhard Hose, y el P. Carsten Leinhäuser, sacerdote de la Diócesis de Speyer.

Ese día, Mons. Helmut Dieser dijo que la respuesta del Vaticano solo sirvió para causar “rabia e irritación” entre los católicos de Alemania.

Birgit Mock, una funcionaria del ZdK que lo acompañaba, fue un poco más allá y dijo que la prohibición del Vaticano es incompatible con “nuestra imagen de hombre y Dios” y exigió –como ha hecho Mons. Georg Bätzing y otros líderes de la Iglesia en Alemania – una revisión de la doctrina de la Iglesia y el respeto a las uniones homosexuales.

Otros representantes de la Iglesia en Austria –como el Cardenal Chistoph Schonbörn–, en Bélgica y otros países también han criticado la prohibición del Vaticano para bendecir uniones homosexuales.

De otro lado, algunos obispos alemanes recibieron la respuesta del Vaticano como un cierre definitivo al tema de las bendiciones a parejas del mismo sexo y precisaron que no permitirán esta práctica en sus diócesis.

Entre estos están el Cardenal Rainer Maria Woelki, Arzobispo de Colonia; Mons. Stephan Burger, Obispo de Friburgo; Mons. Ulrich Neymeyer; Obispo de Erfurt, Mons. Gregor Maria Hanke, Obispo de Eichstätt; Mons. Wolfgang Ipolt, Obispo de Görlitz; Mons. Stefan Oster, Obispo de Passau; y Mons. Rudolf Voderholzer, Obispo de Ratisbona.

Desde 2019, la Iglesia en Alemania realiza el polémico “Camino” o “Proceso Sinodal” en el que se trata, entre otros temas, la ordenación de mujeres, la bendición de parejas homosexuales, la extinción del celibato y el cambio de la moral sexual, lo que agravado la situación de la Iglesia Católica en el país europeo.

Con información de ACIPRENSA

 

Cardenal Baltazar Porras fue nombrado miembro de tribunal del Vaticano

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La Santa Sede hizo público el nombramiento de nuevos miembros de la Curia Romana por parte del Papa Francisco, que de esta manera continúa el proceso de reforma y renovación de los Dicasterios, tribunales especializados del gobierno Vaticano.

El arzobispo de Mérida de Venezuela, cardenal Baltazar Enrique Porras Cardozo fue nombrado miembro del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, junto con el cardenal Jozef De Kesel, Arzobispo de Mechelen-Bruselas, Bélgica y el cardenal Jean Zerbo, arzobispo de Bamako, Mali.

El Cardenal Mario Zenari, Nuncio Apostólico en Siria, ha sido nombrado miembro de la Congregación para las Iglesias Orientales.

El Cardenal Juan José Omella Omella, Arzobispo de Barcelona, España, ha sido nombrado miembro de la Congregación para los Obispos y miembro del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica.

El Cardenal Carlos Osoro Sierra, Arzobispo de Madrid, España, y el Cardenal Blase Joseph Cupich, Arzobispo de Chicago, Estados Unidos, han sido nombrados miembros de la Congregación para la Educación Católica.

El Cardenal Patrick D’Rozario, Arzobispo de Dhaka, Bangladesh; el Cardenal Maurice Piat, Obispo de Port-Louis, Mauricio; el Cardenal John Ribat, Arzobispo de Port Moresby, Papúa Nueva Guinea; el Cardenal Louis-Marie Ling Mangkhanekhoun, Vicario Apostólico de Paksé, Laos; y el Cardenal Gregorio Rosa Chávez, Obispo Auxiliar de San Salvador, han sido nombrados miembros del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.

 

Lea la nota completa en Asociación Católica de Informaciones  ACI Prensa 

Las claves del Papa Francisco para ser santo en lo cotidiano

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El Papa Francisco dedicó se catequesis de la audiencia general de este miércoles a reflexionar sobre el llamado universal a la santidad, recordó que “¡todos podemos ser santos!” y explicó las claves para vivir esto en la vida cotidiana.

En una mañana soleada en Roma, el Santo Padre recordó que “un gran don del Concilio Vaticano II es el de haber recuperado una visión decisión de la Iglesia fundada en la comunión, y haber entendido de nuevo el principio de la autoridad y de la jerarquía en esa perspectiva”. Gracias a este hecho, se entiende mejor “que todos los cristianos, como bautizados, tienen una igual dignidad ante el Señor y los une la misma vocación, que es la de la santidad”.

El Papa explicó luego las líneas generales de lo que significa el don de la santidad para cada persona: “antes que nada debemos tener muy presente que la santidad no es algo que nos procuramos nosotros, que obtenemos nosotros con nuestras cualidades y nuestras capacidades”.

“La santidad es un don, es el don que nos hace el Señor Jesús, cuando nos toma consigo y nos reviste de sí mismo, nos hace como Él. En la Carta a los Efesios, el apóstol Pablo afirma que “Cristo ha amado a la Iglesia y se ha dado a sí mismo por ella, para hacerla santa”, explicó el Santo Padre a los miles de congregados en la Plaza de San Pedro.

La santidad, prosiguió el Pontífice, “es el rostro más bello de la Iglesia: es redescubrirse en comunión con Dios, en la plenitud de su vida y de su amor. Se entiende, entonces, que la santidad no es una prerrogativa solo de algunos: la santidad es un don que se ofrece a todos, nadie está excluido, por eso constituye el carácter distintivo de todo cristiano”.

A su parecer, “para ser santos, no es necesario por fuerza ser obispos, sacerdotes o religiosos. ¡Todos estamos llamados a ser santos!” y precisamente “muchas veces, tenemos la tentación de pensar que la santidad se reserva solo a los que tienen la posibilidad de separarse de los asuntos cotidianos, para dedicarse exclusivamente a la oración. ¡Pero no es así!”, dijo enérgico el Papa.

Pero, ¿qué es la santidad? No es “cerrar los ojos y poner caras” sino vivir “con amor” y ofrecer “el testimonio cristiano en las ocupaciones de todos los días donde estamos llamados a convertirnos en santos. Y cada uno en las condiciones y en el estado de vida en el que se encuentra”.

En este sentido, el Papa enumeró una serie de “estados de vida” y la manera correcta de llevar a la santidad a ellos: “¿Eres consagrado o consagrada? Sé santo viviendo con alegría tu donación y tu ministerio. ¿Estás casado? Sé santo amando y cuidando a tu marido o a tu mujer, como Cristo hizo con la Iglesia. ¿Eres un bautizado no casado? Sé santo cumpliendo con honestidad y eficiencia tu trabajo y ofreciendo tu tiempo al servicio de los hermanos”.

“Allí donde trabajas puedes ser santo. Dios te da la gracia de ser santo. Dios se comunica contigo. Allí donde trabajas. En cualquier lugar se puede ser santo si nos abrimos a esa gracia que trabaja en nosotros y nos lleva a la santidad”.

“¿Eres padre o abuelo? Sé santo enseñando con pasión a los hijos y nietos a conocer y seguir a Jesús. Se necesita mucha paciencia para esto, para ser buenos padres, buenos abuelos es necesaria la paciencia, ahí viene la santidad: ejercitando la paciencia ¿Eres catequista, educador o voluntario? Sé santo convirtiéndote en signo visible del amor de Dios y de su presencia al lado de las personas”.

Es decir, prosiguió el Santo Padre, “cada estado de vida lleva a la santidad, ¡siempre! En tu casa, en la calle, en el trabajo, en la Iglesia. En cualquier momento y estado de vida que tengas está abierto el camino a la santidad. No se cansen de seguir este camino” porque “es Dios quien te da la gracia. Lo único que te pide el Señor es que estemos en comunión con el Señor y al servicio de los hermanos”

Además, el Santo Padre pidió a todos hacer “examen de conciencia” y responder en silencio cómo se ha respondido a la llamada del Señor a la santidad.

 

Una invitación a la alegría

“Cuando el Señor nos invita a convertirnos en santos, no nos llama a cualquier cosa pesada, triste… ¡Todo lo contrario! Es la invitación a compartir su alegría, a vivir y a ofrecer con alegría todos los momentos de nuestra vida, haciéndola, al mismo tiempo, un don de amor por las personas que tenemos al lado”.

Para Francisco, “si comprendemos esto, todo cambia adquiere un significado nuevo, bello, comenzando por las pequeñas cosas de todos los días”, dijo para continuar con varios ejemplos que hicieran sus palabras más comprensibles a la gente: “Una señora va al mercado a comprar, encuentra a una vecina empiezan a hablar y comienza la charla, pero si ella dice no quiero hablar mal de nadie, allí empieza el camino de la santidad”.

“O si tu hijo quiere hablar contigo de sus historias, o de que está cansado de trabajar, ponte cómodo y escucha a tu hijo que te necesita: ese es otro paso a la santidad. Termina la jornada, estamos cansados todos, llega la hora de la oración: ese es otro paso hacia la santidad. Llega el domingo: vamos a Misa a comulgar, a veces una buena confesión que nos limpie un poco, otro paso a la santidad”.

“Rezar a la Virgen que es tan buena, tan bella, rezo un Rosario: otro paso a la santidad. Tantos pasos pequeños hacia la santidad. O voy por la calle, veo a un pobre, me detengo, le pregunto, le doy algo, es otro paso hacia la santidad. Pequeñas cosas que son pequeños pasos hacia la santidad”, explicó.

Estos “pequeños pasos” nos convertirán “en personas mejores, libres del egoísmo y de la clausura en nosotros mismos, abiertos a los hermanos y a sus necesidades”.

Para concluir, el Papa Francisco volvió a exhortar a todos para acoger el don de la santidad “con alegría” y a sostenerse “los unos a los otros, para que el camino hacia la santidad no se recorra solo”, sino que “juntos en ese único cuerpo que es la Iglesia, amada y hecha santa por el Señor Jesucristo. Vayamos adelante, con valentía, en este camino hacia la santidad”, terminó.

Entre los asistentes a la audiencia general de hoy estuvieron los participantes en el Congreso Internacional Humanum que comenzó el pasado lunes y fue inaugurado por el mismo Pontífice en el nuevo Aula del Sínodo. Una semana más, acudieron también peregrinos de España, Argentina y otros países de Latinoamérica.