Entrevistado por el New York Times por la periodista Patricia Aloy, Dudamel no contestó nunca lo que se preguntaba. Reconoció que este era un momento difícil para el país, dice que cree en el derecho de la gente a protestar porque es en sí un derecho, y que lo más importante es “sentarse y pensar” Que hay dos maneras de reaccionar por instinto o por razón “Me gusta pensar porque eso obviamente es lo que hago todo el tiempo, sentarme y leer, pensando e imaginando que quiero para la orquesta. Para mi país es un momento en el que hay dos opciones y para mi este último tiempo no ha sido fácil pensando en el que, el cómo y el cuándo”. Concluyó en que antes de nacer su hijo era muy individualista, pero ahora ese “para él” desapareció porque ve los ojos de su hijo y trata de conseguir un mundo mejor para el. Que lo hace con su instrumento que es la música” .
Mientras, Carlos Izcaray, el director venezolano desde Berlín convocaba a todos los músicos por Facebook a manifestar, instrumento en mano, a un “Concierto por la libertad”:” El concierto fue un éxito absoluto.
“Estamos tratando de abrir los ojos a la comunidad internacional. Compartir ese dolor y frustración que sentimos los venezolanos con artistas de otros países que sienten cariño por nuestra patria. Espero que este concierto sirva “para combatir esa nube de desinformación” sobre lo que está pasando. En Venezuela hay una clara política de irrespeto a los derechos humanos y eso debe ser condenado”.
El concierto fue un éxito. Carlos Izcaray y los artistas solidarios tenían, en el “Río de las Siete Estrellas” de Evencio Castellanos y “mediodía en el llano” de Antonio Estévez esa necesaria Venezuela que se lleva también en el alma.
Hijo de Felipe Izcaray, importante músico y arreglista venezolano, no tuvo que pensar mucho.
Le salió del corazón: “Como venezolano, siento que mi obligación comprende difundir las atrocidades y atropellos cometidos en los últimos días sobre un pueblo que pide ser libre”.
Isa Dobles
