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Política

Antonio José Monagas Jul 03, 2021 | Actualizado hace 1 mes
Tiempos de ignorancia
Los tiempos de ignorancia explican la persistente destrucción de las universidades, centros de cultura y medios de expresión

@ajmonagas

Se se viven tiempos de ignorancia, no significa que se padece de una total ausencia de conocimiento. Lo que no se tiene, o no existe, es la voluntad para aprender de los contenidos que exponen las situaciones vividas para convertirlas en condiciones de progreso y desarrollo. Por eso puede decirse que en Venezuela se viven tiempos de ignorancia. Con el agravante de que la ignorancia no para de transformarse en hechos, por lo que es peligrosamente infinita.

Pero cabe preguntarse, ¿por qué aflora la ignorancia en tiempos del siglo XXI, cuando sería obvio convivir con realidades que apuesten a todo lo contrario? Aunque suelen escucharse opiniones que justifican la ignorancia, cuesta aceptarla. La desfachatez y la obstinación envuelven a tan obtusas experiencias.

¿Por qué las realidades se prestan a jugarles espacio a tan grave contrariedad? Sucede que la ignorancia es apegada a la súplica humillante de dinero, poder y odio. Y esto la hace presumir más cercana del ejercicio político que cualquier otra enfermedad emocional del hombre.

Por dicha causa, la política, en su rancia praxis, prefiere al ignorante que al sabio, que al intelectual, que al estudioso. No solo porque este es cuestionador y prefiere la reflexión de cara a lo que percibe; sino porque el ignorante, al actuar como una veleta ante el viento, no pregunta. Solo acepta lo que mejor puede recibir sin hacer cuestionamientos que aturdan sus neuronas.

Por eso se dice que la ignorancia es atrevida. El ignorante cree saberlo todo, sin comprender ni aceptar que no sabe nada. O no más que lo que oye de las malas e improvisadas y retorcidas lenguas. Tal situación ha permitido deducir que un vulgar populista o politiquero es un gran manipulador de la oscuridad donde esculpe las realidades.

La ignorancia es peligrosa, toda vez que su ejercicio es emprendido por rapaces politiqueros para quien la intolerancia, en asociación con la envidia, es el instrumento preferido en la elaboración y toma de las decisiones.

La ignorancia en la política

Para un ignorante en el ejercicio político, cualquier cosa que cruce su pensamiento sin siquiera conocerlo, por mínimo que sea, es causal de rechazo. Solamente por el pírrico hecho de desconocer sus fuentes y esencia. Es la desgracia de vivir atrapados entre ignorantes con poder político.

Es ahí donde la ignorancia juega el primordial papel de manutención del status quo sobre el cual trabaja la politiquería desde su postura populista en plan de revancha contra el conocimiento. Y por tanto contra el desarrollo y las libertades.

He aquí una de las razones que explican la persistente destrucción de las universidades, centros de cultura y medios de expresión. Así como la persecución a organizaciones pro derechos humanos.

El peligro mayor deriva de aquellas decisiones promovidas por la ignorancia, personificada en algún alto funcionario gubernamental con el resentimiento potenciado. En Venezuela, muchos de los problemas que han abultado la crisis política desde el mismo momento en que adquiere fuerza la emergencia humanitaria, descansa en la ignorancia. Y en dirigentes que, pecando de insolentes, presumen manejarse bajo atribuciones que les confieren los altos cargos públicos, para derruir la institucionalidad del Estado y desvirtuar la idiosincrasia de la población.

Toda esta situación ha llevado a que Venezuela ande entre la anomia y la anarquía que corre por sus calles. Mientras que la ignorancia busca anclar su nave en las estribaciones de su territorio político, social y económico.  Tal es el impudor de la ignorancia y de sus agentes, que pudiera hablarse de la teoría del “ignorante atrevido”. Sobre todo, en el caso venezolano donde la ignorancia parece ocuparlo todo.

De manera que en aras de una descripción que resuma la razón de lo que tiene a Venezuela en desvergonzado y rápido retroceso, es delinear una posible teoría a partir de la cual podrían probarse las numerosas hipótesis de dicho mal.

Una primera concepción de esta posible ley, podría trazarse bajo las siguientes palabras: la sola idea que anima al hombre a aprender a diario, lo lleva a reconocer a cuanta ignorancia puede temer.

En el fondo esta conciencia es la causa que lleva al conocimiento a imponerse a la ignorancia y a su narrativa. Sobre todo, al entender que mientras la ignorancia es ámbito preferido de charlatanes y falsos predicadores, de la infamia y el sectarismo, el conocimiento puede empoderarse de los espacios abandonados por la apatía.

Acá en Venezuela todo se desmorona, cada día transcurre entre situaciones jamás concebidas. Es como una realidad donde los dinosaurios siguen vivos. Sin duda que son tiempos desesperados: tiempos de ignorancia.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

“Políticos” que no saben de política

@ajmonagas

Escribir sobre la cuestión política parte de entender la política en términos de su quehacer o su discurrir. Para lograrlo, primeramente debe tenerse claro que antes de que Platón se diera a la tarea de advertir la condición política del hombre social, debe reconocerse lo que luego Aristóteles definió como el “zoon politikón”. Un tanto para referir la esencia del hombre como “animal político”.

Con esto busca significarse que el hombre es por naturaleza un ser político. Esto hace ver la condición de político que muestra el hombre desde el mismo momento que logra expresar sus intereses y necesidades. De esa forma, puede comenzar a apreciar su capacidad intelectual, emocional y física para organizar la vida en sociedad. Y que consigue hacerlo al desarrollar su conciencia y demostrar sus aptitudes para conciliar la vida.

El problema que acá quiere hacerse notar es la confusión que se tiene entre la figura del hombre-político y del político-individuo. O sea, la condición política del ser humano no distingue momentos en que la presunción se impone sobre la razón. Aunque la naturaleza política no abandona al ser humano en su devenir social, cultural y económico, la soberbia y la vanidad lo llevan a actuar desprendido de la razón política propiamente.

Vivir esta tentación o desviación desde un cargo político (de gobierno), le impide comprender  el significado de un cargo de  representación popular. En consecuencia, el individuo se ve afectado en cuanto a la actuación política desempeñada. Por eso, muchas veces se arroga una impostura que lo distancia del carácter político y del papel que infunde el conocimiento cabal de la política.

Esto termina marcando una diferenciación entre el hombre-político y el individuo-político. Finalmente, el individuo asume un comportamiento social disociado del que pudo mostrar antes de verse imbuido en un ámbito de compromisos determinados por el ejercicio de la política.

De ahí que esta disertación busca aludir a “políticos” que no saben de política. Más, luego de comprender que la política, según Hannah Arendt, “reposa sobre un hecho: la pluralidad humana”.

Resulta una incongruencia de “solemnidad” que muchos de quienes usurpan cargos públicos, alcanzados incluso por votación popular (manipulada), no sepan de política. De su concepción, implicaciones y facultades. Suponen que el solo hecho de haber alcanzado un curul o la responsabilidad que compromete la función pública o de gobierno, es razón suficiente para abusar de atribuciones y decisiones. Además, tomadas al voleo. Desconocen el manejo ecuánime de las relaciones de poder y sus correspondientes exigencias administrativas.

¿Y así es cómo se gobierna?

De manera que el ejercicio de la política se vuelve un relajo de máxima jerarquía. La administración de gobierno se convierte en un enjambre de decisiones que terminan conculcando derechos, libertades y preceptos sin razón alguna. No se tiene idea de lo que engloba la coordinación de políticas. Muchos menos, su formulación, gerencia y evaluación.

La tendencia a manejar coyunturas sin siquiera tener claridad de conceptos (aislacionismo, autonomía, centrismo, coerción, desarrollo, estrategia, funcionalismo, humanismo, interés nacional, liberalismo, burocracia, formas de Estado, formas de gobierno, meritocracia, nacionalismo, filosofía de gestión política, negociación, derechos humanos, táctica, tecnocracia, soberanía, teoría crítica de la sociedad, entre muchos más) conduce a enredos operativos e instrumentales que entraban toda gestión política posible.

Estos “políticos” que insisten solo en enquistarse en el poder, por razones más sociales que ideológicas, y que la teoría política califica de “politiqueros”, cuentan apenas con la suerte. O también con el factor aleatorio que consiguen bajo arreglos de oscura y pervertida consistencia. Ni siquiera se forman para luego detentar encargos como funcionarios. Porque ni un libro sobre ideología, o de normativa administrativa terminan leyendo por completo.

Habría que preguntarles sobre el concepto de política que mejor pueden exponer, para advertir la precariedad y mediocridad de sus pensamientos políticos. Y lo que se atreven a explicar o declarar, es solo una retahíla de consideraciones “traídas de los pelos”, pues no son capaces de articular una opinión que relativamente pueda exaltar la condición que se arrogan al hacerse llamar “políticos”. Así, para no mentarse “politiqueros”.

Estos personajes de marras pululan por doquier, como si se tratara de los bucaneros, corsarios o filibusteros que merodearon los mares del planeta cometiendo cuanto exceso les era posible. Vale esta analogía pues estos politiqueros, igualmente, andan tras la primera aventura de la que puedan aprovecharse “a manos llenas”. A la caza de la primera oportunidad para usurpar, taimar o trampear. Asimismo, para someter al otro afincado en su pretensión que le confiere un cargo público. Es decir, para abusar del poder político investido. Son, definitivamente, ni más ni menos, personajes que maltratan, humillan y decepcionan. Son “políticos” que no saben de política.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Antonio José Monagas Jun 05, 2021 | Actualizado hace 1 mes
Política chicharronera

@ajmonagas

Decir pues que la política está en crisis constituye una auténtica y crecida verdad. Sin embargo, detrás de dicha afirmación suelen plantearse algunas preguntas. Formuladas sobre adverbios o pronombres interrogativos (qué, quién, cómo, dónde, por qué  y cuándo), estos pueden enfatizar cada respuesta asomada a dicho respecto.

Así pues, se buscará una respuesta envolvente que considere el mayor número de pronombres interrogativos a los fines de entrelazar ideas, con consideraciones y condiciones propias de la dinámica política.

De modo que afirmar que “la política está en crisis”, podría obedecer a distintas razones. Pero luce válido intentar una respuesta construida por el lado de lo que representa la política “chicharronera”. O sea una política desinflada y extraviada. Desinflada, por cuanto la falta de un liderazgo idóneo ha estrechado sus ámbitos de acción y expansión. Extraviada, dado que perdió el rumbo de lo que señala el concepto de política. Sobre todo, de aquel que exalta el pluralismo como el terreno sobre el cual se desarrolla su actuación.

En consecuencia, cabe admitir que la política se derrumbó. Tanto que sus operadores, indistintamente del nivel jerárquico que ocupen en la estructura político-partidista, se han visto derrotados por causas que no lograron controlar o manejar.

La gestión política ha caído abatida por la incertidumbre. Entendida esta como la incógnita que está fuera de lugar en la ecuación política. Por tanto, no ha podido resolverse. Cada día transcurrido se engorrona aún más el problema.

¿Qué complicó la política?

En el entramado que la política -en su desorden- ha creado, se han encontrado problemas de desvío conceptual, doctrinario y procedimental. Asimismo, conflictos provocados por incongruencias, inconsistencias y contradicciones que afectan disposiciones, organización y coordinación. Igualmente, hay burocratismo, sectarismo, hermetismo y amiguismo. Y desde luego, corrupción, complicidad para delinquir, así como un espasmódico fanatismo que no conduce a nada.

La ausencia de formación política, sumada a la depravación que alimenta el poder concentrado, afectó el principio de la política de convertirse en referente de educación, decencia, transparencia, tolerancia, respeto y solidaridad.

Y lo peor de todo es que no hay excepción, por mínima que sea, que pueda justificar la salvación de algún bando político. Ningún movimiento o partido político puede escapar de verse señalado o acusado como factor movilizador y motivador de la crisis que padece el ejercicio de la política.

En el caso venezolano, la historia de la política contemporánea ha sido una recopilación de episodios que muestran una endémica sucesión de abusos. Unos cometidos por intereses mampuestos. Otros, perpetrados por forjamiento inducido. Por consiguiente, el Estado ha ocupado casi todo los espacios correspondientes a la sociedad y a la economía.

Podría decirse que nada queda fuera de tan grotesca aberración que protagoniza el Estado a través del gobierno. Y ello a su vez, mediante el ejercicio de la política. Es entonces cuando la política se vuelve un solo revoltijo de hechos que transgreden la moralidad y dignidad de las personas. De igual forma, transponen atribuciones legales con el único propósito de concentrar el mayor número de asuntos imaginables de poder en la sociedad.

Casi nada tiene fuerza propia para eludir el complicado juego de interacciones que la política busca relajar. Particularmente, cuando incita conflictos entre posturas y decisiones propias de la movilidad del ser humano en el contexto de sus valores políticos, económicos y sociales.

Es ahí cuando el ejercicio de la política invalida o execra a cualquier actor que ponga al descubierto sus más soterradas y oscuras ambiciones. O para enquistarse en el poder, o para aniquilar a quien contraríe su ideología política.

Por otra parte, se tiene que el discurso proferido en nombre de la política, se convirtió en un peligroso punto de inflexión. De ello se valen quienes ejercen la política (con cuestionada legitimidad), para exhortar el alcance de términos como “libertad”, “igualdad”, “revolución”, “democracia”. Y es justo en ese terreno donde todo comienza a transformarse en un fatídico juego por el poder. Aunque dicho juego es temerario como aventura. Muchos quieren participar sin siquiera conocer algo sobre teoría política o teoría social. Mucho menos sobre teoría económica.

Sin embargo, tan perverso juego está a disposición de cualquiera. Sin que tenga idea cuándo se gana, o cuándo se pierde. O de su normativa. Es la razón por la cual el mismo se concibe como política “chicharronera”.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Roberto Picón: Es fundamental que el centro de la política nacional esté en Caracas
El rector indicó que están negociando con la Unión Europea para que sean observadores en las elecciones regionales y municipales

Foto: EFE

El rector principal del Consejo Nacional Electoral (CNE), Roberto Picón aseguró que es fundamental que el centro de la política venezolana esté en Caracas y no en otros países. 

En entrevista para el diario ABC de España, Picón señaló que la más mínima rendija que haya de participación política debe ser aprovechada. » Pienso que se debe recuperar el trabajo político de Venezuela, sin desmerecer el trabajo que se hace en el exterior, pero es fundamental que el centro de la política nacional esté en Caracas, no en Bogotá, Washington, Madrid o Bruselas», sentenció.

Igualmente informó que están en un proceso de negociaciones para que la Unión Europea sea observador internacional de las próximas elecciones regionales y municipales. «En los primeros contactos que hemos tenido con la UE nos han dicho que ellos vienen a procesos nacionales. Pero se va a hacer una invitación donde se va a justificar su presencia por la situación política que vive Venezuela. Necesitamos que vengan al país para verificar la calidad de esta elección», explicó.

Sobre las inhabilitaciones políticas, Picón señaló que todavía hay tiempo para solucionar esta situación, porque las inscripciones de candidatos será entre el 9 y el 29 de agosto, además que es un tema político completo. 

«Pero se puede resolver de distintas maneras, por ejemplo, inscribir tarjetas de partidos nuevos o utilizar partidos que ya existen para inscribir la candidatura de líderes que quieran participar. Lo fundamental es la disposición que tengan los líderes opositores», dijo.

Puede leer la entrevista completa en ABC

Antonio José Monagas Abr 24, 2021 | Actualizado hace 1 mes
Más preguntas que respuestas

@ajmonagas

A pesar de que los discursos comprometen hechos cuyos desenlaces son desconocidos hasta el momento de ser pronunciados, las dudas, inconsistencias y  carencias de respuestas son una especie de denominador común. Sobre todo en el plano de la vida política. Eso lleva a inferir que la existencia del hombre contemporáneo siempre se ha dado entre golpes y traspiés. Muchos dejan al descubierto cuantos problemas aquejan la vida. Particularmente, la desigualdad humana. Más, cuando la equidad ha sido declarada como objetivo político.

Pero al respecto, nada se ha logrado. Por lo contrario, la desigualdad ha contaminado el discurrir humano en todas sus expresiones. Incluso, al momento de poner a prueba el alcance mediante preguntas. Solo que lejos de obtener alguna respuesta, se incitan más preguntas.

Así que ante más preguntas que respuestas, lo cual no es del todo cuestionable, surgen otros problemas. ¿Y por qué sucede esto? Porque la vida es dinámica, por tanto induce que las realidades cambian no solo de modo permanente. Sino además, muy rápidamente.

He ahí la razón por la que siempre la vida del hombre se ha debatido entre más preguntas que respuestas. Pues cuando se hace posible dirigir las respuestas esperadas, ya los cambios operados alrededor de la situación en proceso han logrado variar el ámbito donde tenía cabida la respuesta. Debe prepararse otra que, posiblemente, correrá el mismo riesgo.

Aunque esa situación, si bien es ineludible, igualmente es necesaria toda vez que el conocimiento se ve forzado a potenciarse para consolidar todo lo que proyecta. Más, cuando luce obvio inferir que buena parte de lo que encubren las realidades, resultan del equilibrio que suele darse entre la impaciencia a que induce la movilidad del mundo y la cautela a tenerse ante la inseguridad que envuelve cada trazo de vida. Lo cierto es que el mundo habrá de seguir movilizándose con más preguntas que respuestas.

¿Pero, por qué así? Hay momentos en que son más necesarias las preguntas que las respuestas. Porque las preguntas incitan la movilidad. En tanto que las respuestas, despejan la incógnita.

Aunque una vez despejada la incógnita, el problema podría considerarse resuelto. Y posiblemente, la serenidad colme la situación cuya agitación motivó la pregunta en ciernes.

Quizás por eso decía el escritor indio Rabindranath Tagore, premio nobel de Literatura 1913, que “hacer una pregunta es prueba de lo que se piensa”.

Y en efecto, preguntas que consideren, por ejemplo, ¿por qué ahora?, o ¿qué significa todo lo que ocurre? son sustanciales. Aun cuando no cambian la verdad de la situación en cuestión. Más aun le imprimen consistencia a las variables sobre las cuales la hipótesis pivota. O el problema se apalanca.

Así que deberá entenderse que la vida misma constituye una gran pregunta cuyas respuestas siguen pululando el campo de las probabilidades. Es por eso que querer ver lo que existe del otro lado del momento vivido, es lo que hace que el mundo continúe su avance. Aunque sea entre piedras y espinas. Por eso, siempre habrá más preguntas que respuestas.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Foro Democratización: Los partidos deben representar la demanda de democracia y atención a la emergencia humanitaria
En un encuentro organizado por el Instituto de Estudios Políticos y Sociales FORMA, el historiador Tomás Straka y los politólogos Paola Bautista de Alemán, Guillermo Aveledo Coll y Héctor Briceño coincidieron en destacar que pese al avance del autoritarismo, “los venezolanos tenemos un ADN democrático”

Los partidos políticos están llamados a representar la demanda de democracia y de atención a la emergencia humanitaria compleja que padecen los venezolanos. En ese punto coincidieron el historiador Tomás Straka y los politólogos Paola Bautista de Alemán, Guillermo Aveledo Coll y Héctor Briceño, quienes participaron en el Foro Democratización auspiciado por el Instituto de Estudios Políticos y Sociales FORMA.

“¿Qué deben representar los partidos en la Venezuela no democrática? Hay algo que representar: la demanda central de democracia, así como las demandas de atención a la profunda crisis social. Creo que allí los consensos son más amplios en la inmensa mayoría de los venezolanos”, argumentó Briceño, doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Rostock, Alemania.

Aveledo Coll advirtió que “el partido político democrático no se aviene bien al sistema autoritario”, no solo por la represión sino por la “frustración” que provoca el hecho de que se bloquee su acceso al poder. “El pueblo quiere expresarse, pero no lo dejan. No hay modo de que los partidos canalicen la voluntad popular de la sociedad”, sostiene.

Sin embargo, el decano de Estudios Jurídicos y Políticos de la Universidad Metropolitana observa que “la hipocresía del sistema vigente”, obligado a convocar “simulacros” de elecciones para tratar de conseguir legitimidad, “permite el logro de algún tipo de espacio de poder, mientras se potencia el reclamo desde otros espacios de participación”.

Vieja pelea

A juicio de Bautista de Alemán, “la revolución chavista es un salto atrás autocrático de 200 años”. La doctora en Ciencia Política de la Universidad de Rostock destacó que en Venezuela la cultura democrática es “muy partidista” y “está asociada con el tema electoral”.

Straka enfatiza que “la idea de las elecciones está presente en el nacimiento de la República”. Resaltó que en el transcurrir de los años siempre ha habido tensiones entre el origen de la representatividad, que se reclama democrático y popular, y lo que ha terminado ocurriendo. Tomando en cuenta el escenario actual, el profesor subrayó que en el país “sí hay una crisis de representación”.

En línea con lo apuntado por Straka, Briceño agregó que “la primera consecuencia de esa crisis de representación es que las decisiones que se toman en los espacios de poder no responden a las demandas de la población, sino a las demandas de minorías que imponen su voluntad a través de elecciones fraudulentas”.

El investigador de la Universidad Central de Venezuela (UCV) afirmó que “los venezolanos tenemos un ADN democrático que ha sido golpeado después de 20 años de abusos y competencia desleal”. Admitió que en estos momentos la sociedad democrática es «presa de la apatía» y la frustración; no obstante, dice que eso no puede confundirse con apaciguamiento o rendición, y recuerda que en el pasado se ha atravesado por situaciones parecidas y ha renacido la esperanza.

Renovación y pluralidad

Al evaluar la situación interna de los partidos, Aveledo Coll opinó que “la renovación del liderazgo, que debe ser regular, no se da en el ritmo que sería ideal por factores externos y también por voluntades internas”.

“Si no hay confianza ni apelación al pueblo para que diga quién está por encima y quién no,
¿quién puede dirigir los destinos de las fuerzas democráticas? Tiene que haber un acuerdo entre personas que desconfían entre sí. Allí es clave la dinámica de reglas previas que permita tomar decisiones colectivas”, aseveró el académico de la Universidad Metropolitana.

Pensando en la labor de los políticos en un contexto tan hostil como el venezolano, Straka planteó que “no hay que buscar atajos” sino apostar por “la perseverancia, la constancia y la coherencia”. El historiador recalcó que la dirección política debe “establecer un diálogo abierto y sincero, ahuyentar las vocaciones de césares y oír a la gente” para reconstruir sus vínculos con los venezolanos.

Aveledo Coll, Briceño y Straka participaron en la última edición de la revista Democratización, publicada por el Institutos de Estudios Políticos y Sociales FORMA, que bajo la dirección de la profesora Bautista de Alemán abordó el concepto de representación política para Venezuela.

Condiciones políticas son más decisivas que condiciones electorales

@victoralvarezr

Las condiciones electorales deben ofrecer a todos los competidores las mismas oportunidades de ganar o perder, sin ventajismos a favor de alguno de los candidatos o partidos. Implica imparcialidad de los medios de comunicación públicos, la no utilización de recursos del Estado a favor de una parcialidad política, regulación de las campañas electorales, fiscalización del origen de los gastos y observación internacional.

En Venezuela se despliega una permanente persecución, encarcelamiento y exilio forzoso de líderes de la oposición; se abusa de la inhabilitación política para sacar de la contienda a candidatos ganadores, se ilegalizan partidos políticos o se les despoja de los nombres y símbolos para entregárselos a disidentes que le hacen el juego al gobierno.

Ciertamente, las condiciones electorales son muy desventajosas. Pero no anulan la enorme ventaja que otorgan las favorables condiciones políticas derivadas del 80 % de rechazo a los candidatos del gobierno. La fuerza electoral del chavismo viene cayendo, el malestar nacional continúa creciendo, pero la oposición se sigue absteniendo.

En las presidenciales que se convocaron en 2013, luego de la muerte de Chávez, Nicolás Maduro casi pierde con Henrique Capriles: obtuvo 7.587.579 votos frente a 7.363.980. La diferencia fue de apenas 223.599 votos. A partir de entonces, el caudal electoral del oficialismo se debilita. La dinámica entre las presidenciales de 2013 y 2018 revela que el voto de Maduro baja en números absolutos, pero aumenta en números porcentuales: en 2013 sacó 7.587.579 votos equivalente a 50,51 % y en 2018 sacó 6.248.265 votos, equivalente a 66,51 %. Esto lo explica la abstención de la oposición.

Las ventajosas condiciones políticas pueden ser más decisivas que las desventajosas condiciones electorales, siempre y cuando se haga el trabajo de organización política para capitalizar electoralmente este enorme descontento.

Pero la dinámica del voto opositor entre las parlamentarias de 2015 y 2020 es catastrófica: se derrumba en números absolutos y se hunde en números porcentuales debido a que los partidos más importantes decidieron abstenerse y los que participaron se presentaron divididos. La oposición venezolana no logra capitalizar electoralmente el enorme rechazo al gobierno porque se abstiene o postula varios candidatos que dispersan los votos, facilitando el triunfo de los candidatos oficialistas que a lo sumo mueven el 20 % de los votantes.

Muchos dirigentes de la oposición venezolana, en vez de sudar la camiseta y gastar la suela recorriendo el país para movilizar electoralmente a la ciudadanía que quiere un cambio de gobierno, siguen esperando que su ascenso al poder sea el resultado del endurecimiento de las sanciones y de una mayor presión internacional.

No celebran primarias para elegir los candidatos unitarios, no organizan su maquinaria electoral, no preparan los testigos que defenderán los votos, no arman una fuerza de propaganda que promueva los candidatos.

Siguen desconectados del sentir nacional y, en vez de ofrecer al país opositor opciones de organización política, deciden abstenerse.

Y desde la contemplación pasiva de quienes se abstienen, nuevamente se allanará el camino para que los candidatos del oficialismo ganen.

La intervención internacional, lejos de contribuir a unir a la oposición, lo que ha hecho es dividirla aun más. “Debido a su rol en actos y decisiones que socavan la democracia o como resultado de graves violaciones de derechos humanos”, la UE sancionó a 19 funcionarios, venezolanos entre quienes figura un rector de la oposición en el Consejo Nacional Electoral (CNE) y dos diputados de la oposición que fueron considerados como cómplices de una farsa electoral montada por el régimen.

Muchos líderes sociales con arraigo popular que se quieren postular, y pueden ganar, han decidido inhibirse por temor a ser sancionados e incluidos en una misma lista junto a funcionarios acusados de violar derechos humanos.

A fin de lograr candidaturas unitarias para las próximas elecciones de gobernadores y alcaldes, lo que el 80 % de venezolanos que rechaza al gobierno de Maduro espera de la comunidad internacional no es una clasificación de la oposición en auténtica oposición, supuesta oposición y alacranes, sino una mediación eficaz que facilite el entendimiento. No solo entre el gobierno y la oposición, sino también entre las diferentes corrientes de la oposición; incluyendo los factores de izquierda que se desmarcan de la coalición gobernante del Gran Polo Patriótico.

Pero la UE no reconoce la Asamblea Nacional electa en las parlamentarias del 2020 y, siendo coherentes, tampoco reconocerá sus actos. Esto anuncia un inminente desconocimiento tanto del nuevo CNE, cuya elección está en marcha, como también de las próximas elecciones de gobernadores y alcaldes previstas para diciembre de este año.

La unidad de la oposición no se logrará exacerbando las descalificaciones entre los diferentes partidos y dirigentes, ni desconociendo cada elección que en Venezuela se realice. Eso no ayuda a retomar la ruta electoral ni a reconstruir la confianza en el voto para aprovechar unas favorables condiciones políticas, mucho más decisivas que las desventajosas condiciones electorales.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Biden calificó de asesino a Putin y afirmó que pagará por haber interferido en las elecciones de EEUU
Las declaraciones se producen después de que un informe publicado el martes reforzó las acusaciones de larga data de que el presidente ruso esta detrás de la injerencia electoral de Moscú

Joe Biden, presidente de Estados Unidos, calificó de asesino a su homólogo ruso Vladimir Putin y advirtió que pronto enfrentará las consecuencias por interferir en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2020 y presuntamente tratar de socavar su candidatura. 

En una entrevista televisiva realizada este miércoles para ABC News, Biden explicó que a finales de enero tuvo una conversación con Putin, quien advirtió de una potencial respuesta de su parte por haber intervenido en las elecciones estadounidenses. 

«Le dije ‘te conozco y me conoces. Si establezco que esto ha ocurrido, prepárate’”, dijo Biden, quien agregó «pagará las consecuencias, pronto lo verás”. 

Las declaraciones de Biden se producen después de que un informe de la inteligencia de Estados Unidos publicado el martes reforzó las acusaciones de larga data de que Putin estaba detrás de la interferencia electoral de Moscú, una acusación que Rusia rechazó.

Este informe no solo lanza acusaciones de injerencia contra Rusia, sino también otras naciones como China, Cuba, Irán y Venezuela.

Biden dijo que no cree que el líder ruso tenga alma, y cuando se le preguntó si pensaba que Putin era un asesino, respondió: “Sí, sí”.

Pese a las acusaciones, el presidente estadounidense señaló que deben trabajar juntos en ciertas áreas de interés mutuo como la renovación del acuerdo nuclear START.

Quien también fuera vicepresidente durante el gobierno de Barack Obama afirmó que «lo más importa cuando tienes que enfrentarte a líderes extranjeros, y he tenido que hacerlo con varios de ellos, es saber quién es la persona que tienes al frente».

Con información de El Nacional