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Hepatitis desborda las búsquedas de Google en Caracas

@mpaolams

¿Qué tienen en común Ghana, Nigeria, Uganda y Venezuela? Son los países donde más se ha buscado la palabra “hepatitis” en Google en los últimos tres meses. Pero mientras las búsquedas de los primeros países se han mantenido en los últimos doce meses, e incluso decrecido, las de Venezuela van en aumento.

Entre abril y junio de este año las consultas médicas de Caracas empezaron a recibir más pacientes con síntomas de Hepatitis A, una infección del hígado sumamente contagiosa causada por ingerir alimentos o agua contaminados con materia fecal.

Desde entonces, la cantidad de pacientes con hepatitis A no se ha detenido. De hecho, ha aumentado. El gastroenterólogo Jorge Landaeta afirmó que tan solo en la primera semana de septiembre recibió 30 pacientes con el virus. La anterior había recibido 20.

Junto a los casos, las búsquedas de “Hepatitis” y “Hepatitis A” en Google también aumentaron en el país los últimos meses. Específicamente, entre junio y octubre, Venezuela se posicionó como el cuarto país en interés por el término “hepatitis”,aumento de 50 de interes, superado por los países africanos Ghana, Nigeria y Uganda.

El análisis por ciudades de Google Trends indica que Caracas fue la que presentó mayor interés en la búsqueda de la enfermedad, con un tope de 100 entre junio y septiembre, seguido por Lagos, una ciudad portuaria de Nigeria que puntea 80. Guárico y Maracaibo también aparecen entre las primeras 10 ciudades en aumento de interés por el término al incluir las ciudades que registran menos búsquedas.

El incremento en el interés de los venezolanos por buscar información sobre el virus comenzó a inicios de 2018 tras haberse mantenido a niveles normales durante los últimos cinco años.

Tomar el nivel de búsquedas de una enfermedad como un indicador del comportamiento de una epidemia ya había sido hecho por médicos venezolanos con el término “dengue” entre 2004 y 2014, quienes determinaron que las búsquedas se correlacionaron con el volumen de casos reportados, según el estudio publicado en el International Journal of Medical Informatics.

En este caso, el modus operandi podría estarse repitiendo. “Los que atendemos pacientes con enfermedades infecciosas en el área metropolitana de Caracas hemos visto más pacientes con hepatitis A de lo que habíamos visto históricamente”, comentó el médico internista infectólogo Julio Castro. “Eso da un indicio de que algo está pasando”.

Sin embargo, conocer la cifra oficial de casos de hepatitis y declarar una epidemia, aunque en definitiva existe un brote, resulta difícil. En primer lugar porque al ser un virus común, no se cataloga como una enfermedad de anuncio obligatorio para el Ministerio de Salud, y en segundo porque el boletín epidemiológico no se publica de manera contínua desde finales de 2016.

Existe otro indicio de que la cantidad de casos es mayor a la normal para un país como Venezuela. Durante el primer semestre del año fallecieron dos personas en Caracas por hepatitis fulminante. El primer paciente fue registrado en mayo en la Policlínica Metropolitana de Caracas, y de acuerdo a Castro, no sufría de otras enfermedades. Semanas después, en junio, ocurrió la muerte del médico y profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV) de la escuela Vargas, Dimas Hernández, quien tenía semanas con la enfermedad.

Estas dos muertes por hepatitis resultan “una cosa extremadamente rara” para Castro, ya que es un virus con una tasa de mortalidad muy baja, de uno por cada 150.000 afectados, por lo que considera que, según las probabilidades, en el área metropolitana podrían haber más de 300.000 personas con la enfermedad.

La multiplicación de los casos ha llevado a que el virus no solo sea algo común en las consultas, sino dentro de las mismas comunidades. Incluso el excandidato presidencial y pastor evangélico, Javier Bertucci, sufrió el virus.

 

La fuente de la hepatitis

“El riesgo de infección por el virus de la hepatitis A se asocia a la falta de agua salubre y a las malas condiciones higiénicas (manos sucias, por ejemplo) y de saneamiento”, es uno de los primeros indicadores que arroja la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el virus hepático.

En Venezuela, las fallas en el servicio de agua son el cuarto motivo de protestas a nivel nacional, con al menos 260 manifestaciones por agua registradas hasta agosto por el Termómetro de Calle que realiza Runrun.es junto a Tal Cual y El Pitazo.

Justamente los estados con los más altos números de protestas por agua durante el primer semestre fueron Miranda con 72, seguido del Distrito Capital con 37, y Lara con 30.

Tales fallas provocan que el suministro promedio de agua corriente para el 30% de la población del país haya sido de dos días según Prodavinci, razón por la cual los habitantes deben buscar vías alternas para acceder al servicio, lo que no asegura la salubridad del agua.

Como en la zona sur del municipio Bolívar del estado Táchira, fronterizo con Colombia, donde según el concejal Carlos Chacón ha denunciado que más de 50 personas padecieron de hepatitis A en julio por la falta de agua potable.

«Al no existir agua potable es fácil para cualquier virus expandirse, esa cifra de 50 personas puede hasta duplicarse. No tenemos una cifra exacta ya que no existe ni información oficial y varias de estas personas han sido atendidas en centros de salud privados”, declaró Chacón a El Nacional.

El sector no recibe el servicio de agua con normalidad desde el 22 de diciembre de 2017, cuando empezó a llegarles solo tres días a la semana, según el concejal.

Piden asistencia médica para 59 colombianos detenidos en Venezuela

 

LA CANCILLERÍA DE COLOMBIA INFORMÓ que desde el 3 de octubre adelanta acciones para que los 59 ciudadanos de ese país detenidos en el centro reclusorio de La Yaguara, Venezuela, reciban la asistencia médica necesaria ante la epidemia de tuberculosis y hepatitis que se hay en el lugar.

«A la fecha, los connacionales fueron examinados para determinar el estado de salud e igualmente se les hizo llegar medicinas e hidratación», indicó el despacho oficial en un comunicado.

Hasta el momento han realizado 12 asistencias médicas, 14 entregas de alimentos y varias jornadas de suministro de elementos de aseo y alimentos para cubrir sus necesidades básicas.

El coordinador general del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), Humberto Prado, indicó a Efe que en esa cárcel hay reclusos enfermos de tuberculosis y hepatitis. «Es una cuestión tan grave que ni se están alimentando adecuadamente ni ofreciendo atención médica a los internos», señaló.

Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores, en nombre del gobierno de Colombia, indicó que ha reiterado al gobierno de Nicolás Maduro la solicitud de liberar a los 59 colombianos detenidos en la estación policial.

La solicitud ha sido realizada luego de que el Juzgado 27 de Primera Instancia en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas ordenó la libertad de los colombianos el 21 de noviembre de 2017.

Estudio reveló que la hepatitis puede ser tan mortal como el VIH

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Las cifras hablan por sí solas. Un reciente informe de la revista The Lancet destacó que las infecciones por hepatitis y sus complicaciones causaron 1,45 millones de muertes en 2013 en todo el mundo, a pesar de la existencia de vacunas y tratamientos.

Asimismo, datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) mostraron que las muertes relacionadas con el VIH ascendieron a 1,2 millones en 2014, mientras que la tuberculosis causó la muerte de 1,5 millones de personas en el mismo período.

La llamada hepatitis viral nuclea a cinco formas diferentes del virus (A, B, C, D y E). Algunos pueden propagarse a través del contacto con fluidos corporales infectados y otros -como el A y E- a través de alimentos o agua contaminados.

La mayoría de las muertes en el mundo se deben a los tipos B y C, que pueden causar daño hepático grave y predisponer a las personas al cáncer de hígado. Así y todo, debido a que las personas no siempre manifiestan síntomas de la infección en los estadios iniciales, pueden no ser conscientes de los daños a largo plazo hasta que sea demasiado tarde.

Los científicos del Imperial College de Londres y la Universidad de Washington examinaron datos de 183 países, recogidos entre 1990 y 2013, y encontraron que el número de muertes relacionadas con la hepatitis viral aumentó en más del 60% en dos décadas. Mientras tanto, los fallecimientos por enfermedades como la tuberculosis y la malaria cayeron en el mismo período.

El doctor Graham Cooke, del Imperial College de Londres se sorprendió por los hallazgos e hizo hincapié en el hecho de que «a pesar de que existen tratamientos y vacunas para tratar la hepatitis viral de manera eficaz, hay muy poco dinero invertido en esta enfermedad por parte de los países, especialmente en comparación con la malaria, el HIV y la tuberculosis».

«Tenemos herramientas a nuestra disposición para tratar esta enfermedad, vacunas para la prevención de la hepatitis A y B y nuevos tratamientos para la C. Sin embargo, el precio de los nuevos medicamentos está más allá del alcance de cualquier país, sea rico o pobre», enfatizó.

A pesar de esto, el estudio demostró que -a diferencia de muchas otras enfermedades- las muertes por hepatitis virales fueron mayores en los países de ingresos medios y altos que en los países de bajos ingresos.

De ahí que la estrategia presentada por la OMS en mayo de 2016 incluye objetivos para reducir los nuevos casos de hepatitis B y C en un 30% para el año 2020, junto con una reducción del 10% en la mortalidad. Según el organismo, los países y las organizaciones tendrán que ampliar los programas de vacunación, centrarse en la prevención de la transmisión madre-hijo de la hepatitis B y aumentar el acceso al tratamiento para la hepatitis B y C, para ayudar a garantizar que se cumplan estos objetivos.

Puede leer la nota completa AQUÍ

Un mundo sin cirrosis por Blanca García Bocaranda

Una de cada 12 personas en el mundo puede tener hepatitis y no saberlo, 2000 millones de personas en este globo están infectadas por hepatitis B, 450 mil millones tienen la forma crónica y existe una vacuna para prevenirla, 350 millones tiene hepatitis C, 80% de los pacientes con hepatitis C evolucionan a la forma crónica de la enfermedad y no hay vacuna para prevenirla. Conócelas, afróntalas y trátalas es el slogan de la alianza mundial para las hepatitis. La hepatitis C es 10 veces mas frecuente que el HIV. En el 2010 la OMS declaró a las hepatitis un problema de salud pública y llamó a los gobiernos del mundo a diseñar planes para la prevención, diagnóstico y acceso al tratamiento.

Las enfermedades del hígado, lamentablemente, forman lo conocido como una enfermedad silente al no dar síntomas y cuando se manifiestan el hígado está comprometida su capacidad de funcionamiento en un 70%. Al estar sintomático ya la función sintética hepática es muy pobre y ese paciente tendría que ir a tratamientos para prevenir mayores descompensaciones y la muerte. Si tiene la edad adecuada y ninguna contraindicación sería candidato a trasplante.

Ese es el problema de la enfermedad del hígado ubicado en el lado derecho del tórax. Es una de las glándulas más grandes del organismo, puede pesar alrededor de 2 kilos. En el hígado se sintetizan los factores de coagulación y ayuda a combatir las infecciones. Limpia todas las toxinas del cuerpo, así cuando el hígado se daña el paciente no puede eliminar esas toxinas que van al cerebro y ocurre la encefalopatía hepática provocando lentitud en el paciente, a veces puede estar agitado, tembloroso y desorientado. Son pacientes que se caen mucho e inclusive pueden tener accidentes de tránsito y tener lo denominado encefalopatía hepática subclínica como única manifestación de la cirrosis. “En su extremo más grave el paciente puede entrar en coma hepático”, advierte la doctora Lucy Dagher, del Centro Médico Docente La Trinidad.

Para el mundo, Pablo Neruda hace una “Oda al hígado” y lo describe muy bellamente, “cómo un físico muy brillante puede perderse en el espacio” porque esa mente intoxicada aunque sea de un ser muy inteligente puede hacer que se pierda en el espacio y en el tiempo. Las enfermedades del hígado se pueden prevenir. Los causantes más conocidos de ellas son el alcohol, hepatitis B, C e hígado graso asociado a diabetes y obesidad. Por eso es tan frecuente la enfermedad hepática y no es de extrañar que las enfermedades del hígado ocupen las primeras 10 causas de muerte a nivel mundial, siendo en Venezuela la novena causa de muerte la cirrosis y que el cáncer de hígado sea la 5ta causa más frecuente de muerte por cáncer, muy cerca ovario, próstata y para tener un cáncer primario de hígado el requisito es tener la cirrosis como condición premaligna. Se sabe y se ha escrito en el mundo entero que en los próximos años se espera un incremento de más pacientes enfermos del hígado porque nuestra población sigue engordando, sigue bebiendo y cada vez hay más casos diagnosticados de hepatitis B y C.

Vacunas salvadoras

La hepatitis A no tiene obligatoriedad de vacunación en la infancia porque en niños es una enfermedad muy benigna y les da como una gripe. 60% de nuestra población ha tenido hepatitis A, en adultos si puede ser una enfermedad más severa. Entonces la vacunación de la hepatitis A cuya transmisión es oral fecal y cuando da es auto limitada y 90% de quienes la padecen se curan sin quedar secuelas. 1% puede morir por hepatitis A. La vacuna para hepatitis A está indicada en cualquier persona con un problema hepático preexistente debe ser vacunada porque en caso de adquirirla podría tener un curso fatal. Es recomendable vacunar a los diabéticos, pues en esta población la hepatitis A también tendría un curso complicado.

La hepatitis B está en la mayor parte de todos los esquemas de vacunación infantil e indicada en recién nacidos de madres con hepatitis B. Son 3 dosis capaces de proteger a pacientes entre 10 y 25 años, siendo usual requerir un refuerzo.

En ambiente hospitalario

La hepatitis C no tiene vacuna y hay una nueva hepatitis que es la E. La hepatitis B es de transmisión sexual mediante sangre, sudor y lágrimas. Pero también hay casos descritos de transmisión nosocomial. En USA hubo epidemias en lugares de cuidado de personas mayores donde reusaban el mismo glucómetro para todos y se contaminaron. El contagio de la hepatitis C es por transfusión de sangre y drogadicción, pero en USA ahora la pesquisa de la hepatitis C debe hacerse en toda la población nacida entre 1945 y 1960, pues encontraron que el 75% de los infectados había nacido en esas fechas y es la generación de los “baby Boomers”. Lo mencionado son los factores de riesgo ampliamente conocidos, pero igual hay muchos reportes de transmisión hospitalaria por prácticas no seguras en la administración de tratamientos endovenosos, con soluciones utilizadas en múltiples pacientes para diluir medicamentos. Tanto en USA, Venezuela y España hay múltiples estudios en los últimos 10 años donde un 75% de las hepatitis están vinculadas a procedimientos hospitalarios, por ejemplo durante la toma de una vía para una tomografía, una esclerosis de várice, una inyección para el dolor. En resumen, cualquier ingreso hospitalario puede ser un factor de riesgo.

La hepatóloga Dagher se refiere a USA porque “es el sitio con mayor cantidad de publicaciones al respecto y este concepto me gustó: es obligatorio que los babyboomers o población nacida entre 1945 y 1965 tiene que hacerse las pruebas de hepatitis”. Leyó que antes de cualquier cirugía hay que hacerse la prueba porque la gente debe estar segura de haber entrado a un procedimiento sin la hepatitis C. La prueba se hace en sangre y pienso que si en USA comentan lo señalado de esas fechas porque encontraron que el 75% de los pacientes con hepatitis C han nacido dentro en esa época. Considera Dagher que toda persona después de los 40 años debe hacerse esas pruebas porque nadie sabe quien está a riesgo, la hepatitis C está más cerca de lo que uno cree. Una de cada 12 personas en el mundo puede tener hepatitis C.

Considero –dice- que la prueba de pesquisa debe hacerse en orientación diagnóstica y antes de la cirugía, pero nadie ha establecido el costo efectividad, aunque si lo sugieren las guías americanas y el CDC. No se ha implementado, habría que individualizar éstos con políticas locales en base a la epidemiología y modos de trasmisión más frecuentes, pero estamos hablando de la cirrosis que es la décima causa de muerte y la quinta causa de cáncer, ello justifica cualquier diagnóstico diagnóstico temprano en la población general. Ante todas las enfermedades del hígado ya mencionadas no todas las personas reaccionan igual. Hepatitis C, grasa y alcohol son parecidas porque todos los pacientes pueden evolucionar hacia cirrosis si no reciben tratamiento, mientras tengan carga viral y actividad inflamatoria tienen propensión a cirrosis y cáncer, que en algún momento con hepatitis B si no ha sido tratado puede evolucionar a cirrosis. Pero en hepatitis B, C, alcohol y grasa el paciente que hace cirrosis tiene una susceptibilidad genética si se combina hepatitis C con alcohol y obesidad, lo cual es igual a cirrosis aunque usted no tenga la susceptibilidad genética. No todos los pacientes obesos o por alcohol hacen cirrosis, la mitad de ellos pueden hacer hepatitis crónica severa y fibrosis que en el tiempo 30% hacen cirrosis y 10% cáncer de hígado.

En relación a la hepatitis C hay nuevos tratamientos, antes 40% podía curarse ahora es el 80%. Es una enfermedad curable y cualquiera de estas enfermedades si se diagnostican en estados pre-cirróticos son curables, pero la cirrosis no es reversible por lo cual es determinante el diagnóstico temprano.

La nueva hepatitis E es igual a la hepatitis A porque la transmisión es oral fecal. “No se conoce la epidemiología de la enfermedad en Venezuela, pero es frecuente”, advierte Dagher. La hepatitis E es particularmente peligrosa en mujeres embarazadas porque pueden sufrir una insuficiencia hepática. En el resto de la población suele cursar como una hepatitis A. Aunque no tiene vacuna se está trabajando para proteger a las mujeres embarazadas de su contagio. No es frecuente acá, pero si en la India, sin embargo he tenido pacientes hospitalizados con hepatitis E con buena evolución. En nuestro país no es frecuente la hepatitis C por drogadicción endovenosa porque cada quien usa su jeringa, pero en Europa u otros destinos utilizan la misma jeringa para todo un grupo porque no se venden las jeringas libremente y han de compartir las agujas.

Por culpa del alcohol

La hepatitis y la cirrosis por alcohol son las primeras causas de trasplante de hígado en países desarrollados para evitar muertes. La cirrosis es la continuidad de la hepatitis, los pacientes hacen hepatitis crónica, degeneración que conduce a la cirrosis. La gente no entiende que hoy puede presentar una cirrosis porque hace 20 años recibió una transfusión de sangre porque antes de los 90´no se sabía del virus. La gente que recibió trasfusiones de sangre antes de los 90’ debe hacerse la prueba obligatoria de la hepatitis C.

40% de los alcohólicos pueden evolucionar hacia cirrosis si beben en forma crónica. Una ingesta de más de 2 tragos en hombre y un trago en la mujer diarios por 10 años en un paciente con un sustrato genético apropiado puede hacer cirrosis. En la cirrosis puede haber afectación de los ductos biliares de gran calibre como el colédoco, que conecta con la vesícula. El organismo también puede empezar a desconocer el colédoco con los puntos de afectación de gran calibre, es el que conecta con la vesícula y puede comenzar a inflamarse y ocurre lo llamado colangitis esclerosante.

En pacientes con colitis ulcerativa y enfermedad de Crohn no es raro que también esta parte sea atacada y ello se ve igual en gente joven. El colédoco se inflama y el paciente comienza a tener infecciones a repetición porque la bilis no circula, aparte de todas las cicatrices en el colédoco y hace cirrosis. Existe también la afectación de las pequeñas vías biliares que es otra enfermedad autoinmune llamada cirrosis biliar primaria cuando el organismo comienza a destruir las pequeñas vías biliares, la bilis es tóxica, se inflama el hígado y genera cirrosis. Existe la cirrosis biliar secundaria cuando hay una cirugía hepatobiliar o una lesión iatrogénica del colédoco el paciente puede experimentar infecciones y a la larga darle cirrosis.

La piel avisa

Es una enfermedad de desarrollo lento. Los dolores abdominales que pueda sentir una persona no tienen que ver con esta enfermedad, en cambio la confusión mental o encefalopatía si puede alertar tanto como la somnolencia, la lentitud. Los pacientes cirróticos tienen trastornos hormonales y por el predominio de los estrógenos acusan impotencia. En estadios avanzados el paciente pudiera presentar nauseas. El color de la piel avisa. Puede tratarse de una hepatitis aguda o crónica. Hay vómitos de sangre en la enfermedad descompensada cuando la cirrosis está avanzada los pacientes por tanta inflamación del hígado hace que las venas del hígado, ramas de la vena porta, se compriman, aumenta la presión y canales que estaban cerrados se abren llenándose de sangre y formando várices esofágicas. Estas várices tienen paredes muy delgadas y cuando aumenta la presión dentro de la várice el paciente hace un gran vómito de sangre.

Hay personas con los dedos contraídos en contractura de Dupuytren es porque tienen alguna consecuencia del alcoholismo. Suele presentarse anemia por las enfermedades crónicas o por las hemorragias. En los exámenes de sangre para diagnosticar la cirrosis se buscan los niveles de albúmina. Niveles bajos de albúmina más prolongación del PT y bilirrubina elevada hablan de severidad porque esos valores miden la función sintética hepática para saber cómo está el hígado, pero la prueba más precoz que pide un médico general es AST y ALT. Si la ALT está elevada un número por encima del rango normal tiene que ser referido al especialista que es el hepatólogo. “Usualmente el 30% de los médicos subestiman una transaminasa elevada y no refieren al paciente perdiendo así la oportunidad de tener un diagnóstico precoz y a veces se queda con un diagnóstico de transaminitis que no es ningún diagnóstico porque hay que investigar la razón que las eleva”, acota Dagher.

Protocolo del éxamen

Una prueba de sangre y el eco abdominal inicia el estudio especializado, sumado al examen físico para detectar algún crecimiento inusual de la parótida o las manos rojas u otro detalle colateral, pero en la clínica se ve cuando la enfermedad es avanzada. La biopsia de hígado está indicada cuando las pruebas demuestren esa necesidad. Es un procedimiento ambulatorio realizado por vía percutánea y 1 de cada 10 mil pacientes podría complicarse.

En las hepatitis tanto la ingesta desmesurada de comida dulce es un mito a ser descartado como el reposo estricto. Quienes reposan no se curan más rápido, sencillamente el paciente irá viendo en qué medida puede levantarse y acostarse, pues la misma enfermedad acuesta al paciente. Dietas para la hepatitis no hay, pero si el paciente es gordo debe adelgazar y si tiene cirrosis y ha hecho encefalopatía se pudiera diseñar una dieta, pero si la barriga está llena de líquido (ascitis) se pudiera bajar el consumo de sal, pero no hay ninguna dieta. Hay gente apegada a mitos y desnutren a los pacientes bajándoles la ingesta de proteínas u otro tipo de alimentos. La conducta correcta es acudir al especialista que le indicará lo que requiere. La restricción protéica es un mito. Inclusive muchas veces al hospitalizar a los pacientes en los centros asistenciales comienzan por el error de retirarle las proteínas. El mensaje a transmitir es que la restricción protéica debe individualizarse. En 1954 se realizó un trabajo al respecto, en el 2004 se demostró que en la cirrosis no hay que restringir las proteínas porque el músculo también necesita estar formado para eliminar amonio y esto contribuye a evitar que el paciente no haga encefalopatía hepática. Si se le quitan las proteínas el paciente se queda sin masa muscular y hace más encefalopatía.

La cantidad de ingesta de proteínas la decide el médico tratante con un nutricionista especializado en enfermedades hepáticas de acuerdo a la valoración clínica porque no todos los cirróticos hacen encefalopatía por proteínas. Hay que individualizar las indicaciones. Sólo en las cirrosis avanzadas hay que hacer algunas restricciones dietéticas como bajar la sal. También puede haber problemas hepáticos por toxicidad medicamentosa que puede ser dosis dependiente como sucede con la amiodarona, el metrotexate tomados de forma crónica –una medicina para el corazón y otra para la artritis- capaz de producir daños en el hígado y fibrosis, por lo cual hay que chequear al hígado. Ciertos medicamentos (ácido retinoico) para tratar el acné también pueden generar toxicidad. Pero hay otra toxicidad idiosincrática como en pacientes que suelen tomar hierbas tóxicas o algunas medicinas que provocan falla hepática aguda, que no es predecible. El té verde en algunos pacientes con problemas hepáticos puede alterar las pruebas del hígado, la kava kava, el onoto, etc., hay una gran lista de hierbas tóxicas.

Las cirrosis no son reversibles aunque hay trabajos de investigación sobre pacientes con hepatitis B tratados que pudieran revertir, pero no es lo común. Las complicaciones pueden prevenirse y el paciente compensarse, la sobrevida de pacientes cirróticos ha aumentado en los últimos 10 años, sólo 20% puede morir por cirrosis y esa calidad de vida aumenta si consultan al hepatólogo y cumplen las indicaciones. Antes más de la mitad de los pacientes morían, ahora hay miles de intervenciones idóneas para manejar a los pacientes cirróticos para mejorar su sobrevida en tiempo y calidad.

Las várices que se afectan por cirrosis son las del esófago. El trasplante de hígado es indispensable cuando el paciente acusa encefalopatía, líquido en el abdomen o sangrado a repetición. Los riñones también se complican en situaciones hepatorenales en su comunicación hígado riñón y cuando el hígado falla el riñón lo resiente. También los pulmones y el corazón-Existe un síndrome hepatorenal, otro hepatopulmonar y una cardiomiopatía cirrótica. Se dice que con la encefalopatía hepática crónica las neuronas se ponen como las del Alzheimer, similares a depósitos de sustancias y esa encefalopatía produce daños crónicos como encefalopatía hepática. El hígado creo que es más centro que el corazón y el hígado no tiene una máquina de soporte extracorpóreo, lo que si ocurre con corazón, riñón y pulmón. Cuando el paciente tiene un problema de hígado la familia lo acompaña hasta que muere y ello repercute en la sociedad porque esa persona no puede cuidarse por sí misma, la familia debe cuidarlo y no todos los pacientes son candidatos a trasplante hepático, amén de que en Venezuela no se practican de manera frecuente ante escases de donantes.

El dolor agudo durante la cirrosis puede representar una infección porque pueden acumular líquido dentro del abdomen y generar una peritonitis bacteriana espontánea. Si hay algún sangrado si deben acudir a la emergencia, pero por otras manifestaciones han de consultar. O ir con un hallazgo ecográfico o por unas transaminasas elevadas que puede arrojar un diagnóstico precoz.

Ante el sexo inseguro la población debe vacunarse contra la hepatitis B porque este tipo si es prevenible. Los alcohólicos deben reconocer su problema y acudir a una consulta especializada de control del vicio o a

Alcohólicos Anónimos porque mientras toman están gozando y cuando se le destroza el hígado es la familia la encargada de cargar con esa tragedia que implica dedicación de tiempo llevando a su familiar al médico y dinero, en vez de estar disfrutando de su jubilación. Cuando el paciente llega a la consulta se le pregunta cuánta es su ingesta de licor y responde “lo normal”. O dicen “yo tomo whiskey 18, doctora, que no hace daño” .Juran que la pureza del whiskey no agrede al hígado, esto ocurre en cualquier estrato social, aunque con lo que más veo problemas de cirrosis es con cerveza y whiskey. En nuestro país no son muy tomadores de ron.

Resumiendo la orientación, Dagher indica educar a sus hijos en la ingesta responsable de alcohol, hacer ejercicio, vacunarse contra la hepatitis B, si es obeso o diabético acudir al especialista para revisar si está a riesgo de cirrosis por hígado graso. Con estas recomendaciones simples en un futuro podremos reducir la mortalidad por enfermedades hepáticas.

 

Por Blanca García Bocaranda

@garbo83                                                        

garbo64@gmail.com

La Hepatitis está más cerca de lo que crees: Conócela, afróntala, hazte la prueba”

Nota de prensa. –

En el marco del Día Mundial de las Hepatitis Virales y MSD cumpliendo con su promesa de llevar salud a los, llevará a cabo una iniciativa que tienen como propósito informar acerca de la Hepatitis C, y de esta manera lograr prevenirla y tratarla a tiempo.

¿Qué es la hepatitis?

La hepatitis es una inflamación del hígado que generalmente es causada por un virus.

La hepatitis C es contagiosa y es el resultado de la infección por el virus de la hepatitis C.

La fase aguda de la enfermedad puede durar hasta 6 meses, periodo durante el cual entre el 15 y el 25% de las personas infectadas “eliminan” el virus sin tratamiento.

Sin embargo, se considera que la hepatitis se vuelve crónica cuando dura más de 6 meses.

De cada 100 personas infectadas con hepatitis C aproximadamente:

–       75 a 85 desarrollarán infección crónica

–       60 a 70 desarrollarán enfermedad hepática crónica

–       5 a 20 desarrollarán cirrosis

–       1 a 5 morirán por cáncer de hígado o cirrosis

 

Síntomas de la hepatitis C

  • Muchas personas con hepatitis C no experimentan síntomas durante la fase aguda de la infección, por lo que no saben que están infectadas. No obstante, el virus puede detectarse en la sangre mediante pruebas de laboratorio.
  • Los síntomas pueden incluir: fiebre, fatiga, orina oscura, deposiciones claras, dolor abdominal, pérdida de apetito, náuseas, vómitos, dolor articular e ictericia.

 

Prevalencia mundial y en Latinoamérica

       Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre 130 y 170 millones de personas en el mundo se encuentran infectadas con el virus de la hepatitis C y más de 350,000 mueren cada año como consecuencia de enfermedades hepáticas relacionadas con la hepatitis C, un virus que se transmite principalmente a través del contacto con sangre infectada.

· Datos de la OMS muestran que estadísticamente entre el 60 y 70% de las personas con infección crónica presentan enfermedad hepática crónica; entre el 5 y 20% desarrollan cirrosis y entre el 1 y 5% de los casos mueren como consecuencia de cirrosis o cáncer hepático.

· En un artículo de revisión publicado en el año 2011 por un grupo de investigadores del continente americano, se recabó información epidemiológica de Argentina, Brasil, México, Perú, Puerto Rico y Venezuela, y se documentó una prevalencia de infección por hepatitis C en la población general del 1 al 2,3% en personas de entre 21 y 64 años de edad. El objetivo del artículo fue hacer una revisión de trabajos previos a fin de estimar la tendencia de prevalencia futura de la infección.

 

Transmisión del virus de la hepatitis C

El virus de la hepatitis C se transmite por exposición a sangre infectada a través de: transfusiones de sangre o derivados sanguíneos y trasplantes de órganos; inyecciones administradas con jeringas contaminadas; lesiones con material cortopunzante en el ámbito sanitario, y por medio del consumo de drogas inyectables. Las madres infectadas por el VHC también pueden transmitirlo a sus hijos durante el parto. La transmisión por medio de las relaciones sexuales con personas infectadas o por compartir objetos personales contaminados con sangre infectada es menos frecuente.

El virus no se transmite a través de la leche materna, ni por medio de alimentos o bebidas; el contacto ocasional, como un abrazo o un beso, tampoco transmite la infección.

Son raros los casos de hepatitis C a través del contacto sexual. Sin embargo, existe la posibilidad de infección si se tienen conductas de alto riesgo; por ejemplo, tener relaciones sexuales durante la menstruación, prácticas con alto riesgo de lesión (sexo anal sin protección), en donde puede haber sangrado.

 

Poblaciones de mayor riesgo de contraer la infección

Dado que el virus de la hepatitis C se transmite a través del contacto con sangre infectada, existen ciertas poblaciones que se encuentran ante mayor riesgo de contagio: Personas que utilizan drogas inyectables o inhaladas y que comparten los instrumentos para su consumo; personal médico que está en contacto con sangre o sus derivados; personas que reciben transfusiones de bancos de sangre no controlados.

Antes de 1995, las transfusiones sanguíneas representaban a nivel mundial el 63% de riesgo de contraer el virus.

 

Relación existente entre la hepatitis C y el VIH

  • En los pacientes con hepatitis C, la coinfección con el VIH eleva la carga viral, favorece la transmisión, acelera la progresión de la fibrosis y aumenta más de tres veces el riesgo de desarrollar cirrosis e incrementa el riesgo de cáncer hepático.

 

¿Puede prevenirse la hepatitis C?

No existe en la actualidad una vacuna que brinde protección contra el virus de la hepatitis C.

  •  No obstante, existen ciertas medidas que reducen el riesgo de contacto con el virus, como no compartir jeringas, agujas o instrumentos para el consumo de drogas, navajas de afeitar, cepillo de dientes o cualquier otro elemento que pueda contener sangre infectada; esterilizar el material médico y dental; usar guantes protectores para manipular sangre o sus derivados.

 

Opciones de tratamiento actual

 El tratamiento de la hepatitis C busca eliminar el virus, reducir los síntomas de la enfermedad y evitar sus complicaciones.

  •  El tratamiento estándar para el virus de la hepatitis C son el interferón y la ribavirina. Si bien esta enfermedad en general se considera como curable, no lo es para una gran cantidad de personas. Afortunadamente, en la actualidad los avances científicos y los adelantos en investigación han permitido obtener nuevos antivirales orales contra la infección por el virus de la hepatitis C. “El futuro parece muy prometedor con respecto a fármacos orales específicos contra el virus de la hepatitis C que serán más eficaces y mejor tolerados”, según información publicada por la OMS.

Jornadas de despistaje de hepatitis

MSD  reconoce el desafío de cubrir las necesidades de millones de pacientes que padecen de Hepatitis, por ello este jueves 27 de julio se habilitarán dos puntos de despistaje para todas aquellas personas que quieran realizarse una evaluación de la enfermedad, y deseen tener toda la información necesaria sobre ella. Esta jornada gratuita, abierta al público, se realizará en el Locatel de la Castellana entre las 9:00 am y 1:00 pm, y en el Farmatodo de Las Mercedes ubicado en la Avenida Río de Janeiro, en el horario comprendido entre la 1:00 pm a las 5:00 pm.

Te invitamos a participar en esta importante jornada. Busca el punto de despistaje más cercano y lleva a tus familiares y amigos. Recuerda que la Hepatitis está más cerca de lo que crees. Conócela, afróntala, hazte la prueba.

Sobre MSD en Venezuela

MSD es una empresa líder en el cuidado de la salud, que lleva más de 60 años trabajando para ayudar a Venezuela a Estar Bien.

 

Le invitamos a descargar el siguientes tríptico  informativo y el test sobre factores de riesgo:

folleto para pacientes_triptico (2)

checklist_factores de riesgo