BAJO

UNIFORMADOS:

Cuando el incidente del helicóptero del CICPC desde el alto gobierno preguntaron cómo había sido que esa nave volara hora y media sobre Caracas sin haber sido derribada por “nuestras potentes defensas antiaéreas o nuestros eficientes aviones de caza”. “No tenemos ninguna nave artillada por instrucciones presidenciales” fue la respuesta. Varias veces hemos hablado de los acrecentados temores de rebeliones o escaramuzas ante los abusos del poder. En anterior columna comentamos el peligro que más de uno se sintiera con permiso de “restablecer el hilo constitucional que el régimen madurista había roto al convertirse en dictadura plena con todos los poderes”. Pinochet actualizado. Ya vimos Valencia el domingo y ¿el batallón Bolívar un día después?. Lo silencian para no despertar sentimientos latentes. El malestar existe y es en todos los sectores de Venezuela. La huida hacia adelante es la costumbre rojita. ¿Es esa la paz de la ANC?

DEFENESTRADO: 

Samuel Moncada duró poco como Canciller. Del 22 de junio al 3 de agosto. Lo devolvieron a su cargo de vicecanciller y encargado de la representación ante la OEA. El sorpresivo cambio habría obedecido, según cuentan en los pasillos amarillos, a que no informó al gobierno de algo que supo un día antes gracias a los empleados de su confianza en la embajada venezolana en Londres, donde antes fungió de embajador. Parece ser que aquellos estuvieron compartiendo en un pub con el jefe máximo de Smarmatic, Antonio Mugica, cuya oficina matriz está en esa ciudad y de quien son buenos amigos. Al fundador de la empresa -tan cercana a Jorge Rodríguez, Tibisay Lucena y al gobierno- se le salió advertirlos que tenía una “denuncia tan grave que hará temblar al régimen de Maduro”. Ellos habrían llamado a Moncada y éste no le dio importancia al asunto. Cuando hizo referencia al hecho en el alto gobierno no le perdonaron el no haberlos advertido. Las fechas coinciden con la denuncia: 3 de agosto precisamente.