La más auténtica y legítima fotografía de las incompetencias de este régimen socialista y cubano es lo que en estos momentos ocurre en Guayana. Los propios dirigentes del Sindicato de Trabajadores de  (Sintraori), un verdadero bastión del chavismo, le han pedido al “Ministro de Industrias Básicas, Estratégicas y Socialista”, Juan Arias, la sustitución del actual presidente Wilfredo Villarroel, quien al frente de su junta administradora ha generado «un pasivo laboral incuantificable». Reportan los sindicalistas que de cuatro líneas de producción, solo funciona una y no existe estrategia alguna de mantenimiento en toda la planta. La paralización de la producción de Orinoco Iron es algo frecuente. Esta fue una de las tantas empresas eficientes, modernas y competitivas, con capacidad exportadora, que esta robolución -farsante, lamentable y falsa- expropió en el 2009. Hoy es una empresa quebrada, con índices de productividad que solo bajo estricta confidencialidad  comparten los altos jerarcas del régimen y lo único que exclaman es que se escondan de los medios libres. La prensa local guayanesa destaca una frase de los representantes sindicales que destila rabia, impotencia y otros sentimientos más duros: “-Orinoco Iron es una Venezuela chiquita, con amedrentamiento y persecución”. Otro ejemplo de que los generales de la bendita guerra económica están en las filas del PSUV o vienen de uniforme verde oliva. Corresponsables del latrocinio imperdonable por varias generaciones…

Ésta etiqueta identifica en nuestro portal www.runrun.es las mentiras que ministr@s y funcionari@s del régimen presentaron ante la ONU en Ginebra en el Examen Periódico Universal. 193 países escucharon atentos la sucesión de declaraciones oficiales al tiempo que 102 Estados se preparaban para ofrecer, nada más y nada menos, que 274 recomendaciones a una Venezuela que, según la versión de los funcionarios, no necesita corregir nada. Las mentiras oficiales hablan de un país ejemplar en salud, medicinas, servicios sociales, alimentación, libertades y sobre todo en cárceles. Con solo esto tenemos para sospechar del engaño que quisieron perpetrar ante la ONU. Reprobados en todo en las sesiones en las que volvieron a premiar a los alegres viajeros oficialistas. Viáticos millonarios, hoteles de lujo y festines pantagruélicos en los mejores restoranes suizos…