28.000 detenidos en calabozos policiales esperan por cárceles que prometió Iris Varela
28.000 detenidos en calabozos policiales esperan por cárceles que prometió Iris Varela

Un colombiano que tiene una sentencia por robo, cumplió un año y ocho meses en Polisalias. Al caos que hay en esa policía se suma que desde hace tres meses las autoridades policiales tienen en resguardo a dos perros que atacaron a un niño de 10 años de edad

 

@Angelicalugob

UN PRESO DE NACIONALIDAD COLOMBIANA, que tiene un año y ocho meses detenido en los calabozos de la Policía del Municipio Los Salias del estado Miranda, y que tiene una sentencia de seis años y cuatro meses por el delito de robo, no ha podido ser trasladado a un centro penitenciario pues no tiene cédula de identidad ni pasaporte.

“Lamentablemente uno se arrepiente de los errores después que los comete. Pido al gobierno que me ayude con los trámites para sacar mis papeles y poder ser trasladado a un centro penitenciario o que me deporte para mi país. Quiero ser trasladado a un penal para demostrarle al Estado que soy una persona útil”, contó a Runrun.es el preso. 

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El caso del hombre, que además tiene cáncer de mama en la tetilla izquierda visibiliza las precarias condiciones en las que están los detenidos en las comisarías del país, que no cuentan con infraestructura para albergar a presos pues estos espacios no cuentan con las condiciones para mantener a reclusos por un lapso mayor de 48 horas.

El recluso no tiene visitas conyugales, se ha alimentado con sorbos de alimentos que sus compañeros de celdas le comparten y, esporádicamente, ve a su esposa media hora por semana cuando la mujer tiene oportunidad de viajar un sábado desde el estado Aragua para visitarlo. El preso se las ha ingeniado para comer. Una de sus fuentes de ingresos es hacer sortijas con monedas. «Las lanzo al piso y luego las pulo durante unas cuatro horas con el muro. Las vendo en 300 ó en 400 bolívares. Con eso mando a comprar algo de comida. Antes comía pan pero me han explicado que no se está consiguiendo», explicó el reo.

Sortijas que hace detenido

En Polisalias 18 detenidos están distribuidos en dos calabozos que miden 3 x 4 metros cada uno. Como en todas las celdas de sedes policiales, los detenidos no tienen espacio para recreación, recibir visitas, ni tienen acceso a la luz del día. El ocio es el pasatiempo de los presos, que en su mayoría están allí por el delito de robo. “Las cartas se aburren de nosotros y nosotros de ellas”, cuenta un joven de 23 años de edad que tiene cinco meses en uno de los calabozos por haber robado un celular. En una de las oficinas de esa policía una joven de 18 años de edad, que debe permanecer aislada de los hombres, cumplió tres semanas detenida. Su área de reclusión es una silla y está esposada a una reja. 

Calabozo Polisalias

En un pasillo que comunica con los dos calabozos de la Policía Municipal de Los Salias, hay un preso en una camilla que está esposado a ella. El recluso estuvo 11 días en huelga de hambre para exigir traslado a un centro penitenciario: «Todos somos merecedores de una oportunidad. Aquí tengo nueve meses y por el espacio tan reducido, no tenemos oportunidad de estudiar ni de hacer deporte. Aquí estamos encerrados un poco de personas y es imposible que salga algo bueno de esto».

Dos perros en resguardo agudizan la crisis en Polisalias

Perros en resguardo en Polisalias

La directora de Polisalias, Comisario Carmen Mavares, advirtió que además del colapso que tienen con los detenidos que esperan por cupos de traslados, tuvieron que habilitar un espacio para dos perros que están en esa policía desde hace tres meses por haber mordido a un niño de 10 años que estuvo en terapia intensiva después de ser atacado por los animales.  

«Tenemos dos perros de la raza pastor alemán y holandés debido a que mordieron a un niño de 10 años de edad y el ocasionaron lesiones graves. Los tenemos aquí en custodia y eso nos ha ocasionado crisis porque no tenemos personal especializado en cuido de perros y a parte de eso nos están ocupando unos espacios que bien pudiéramos utilizar para ubicar a una femenina de 18 años de edad que está privada de libertad. Además hemos tenido que asumir la alimentación y limpieza de los perros y los salarios que se le han cancelado a una persona para que los bañe y los ponga a caminar para que liberen el estrés que les ocasiona estar en ese sitio encerrados. Solicitamos que a la brevedad posible estos canes sean reubicados o se lo entreguen en custodia a otra institución o a los dueños de ser necesario de tal manera que nosotros nos podamos desprender de esta responsabilidad que genera tener a estos dos animales», explicó Mavares.

El hacinamiento y la crisis en los calabozos de Polisalias se repite en todas las comisarías de policías municipales, estadales, de la Policía Nacional Bolivariana y del Cicpc. Antes de publicar este trabajo se contactó a los representantes de algunas policías municipales para visitar los calabozos y tener conocimiento de cuántos detenidos hay en las celdas, pero la mayoría de las autoridades consultadas no fue accesible como en otras oportunidades. Fuentes extraoficiales de un cuerpo policial contaron que prefieren «mantenerse bajo perfil» pues la Dirección General de Armas y Explosivos (Daex) y el Viceministerio del Sistema Integrado de Policial (Visipol) han realizado visitas en varias sedes policiales y las autoridades temen ser intervenidos.

En la Policía del Municipio El Hatillo, por ejemplo, 26 detenidos están hacinados en un calabozo que tiene capacidad para albergar a ocho personas. Los presos se turnan los «aéreos», que son sábanas colgadas en la parte superior de ese espacio, mientras que otros esperan la opción para dormir en colchonetas. En esa sede policial cuatro funcionarios hacen guardias de 24 horas para custodiar a los presos.

Aunque en mayo de este 2016 el defensor del pueblo Tarek William Saab dijo que hay 22.759 detenidos en calabozos policiales, el coordinador general de la ONG Una Ventana a la Libertad, Carlos Nieto Palma, dijo que de acuerdo con los estudios que ha realizado la organización, un aproximado de 28.000 presos permanecen en 400 comisarías que están ubicadas en varios estados del país.

Hacinamiento crítico en calabozos

En abril de 2016 el Observatorio Venezolano de Prisiones presentó su informe anual 2015 de la situación carcelaria en el país. En el estudio los especialistas en materia penitenciaria explicaron que la violencia dentro de los centros de detención temporal es otra de las consecuencias del hacinamiento crítico en el que se encuentran los calabozos de policías en Venezuela. «La falta de los estándares mínimos sanitarios, la falta de movilidad, la suspensión de visitas y la falta de traslados a centros penitenciarios, entre otras cosas, han generado brotes de violencia en estos centros de reclusión temporal», refiere el documento.

Observatorio Venezolano-04

El informe de la organización no gubernamental también destaca que en 2015 las situaciones irregulares en calabozos policiales se resumieron en: 14 intentos de fuga, 15 fugas, 5 secuestros de funcionarios, 5 enfrentamientos, 12 motines y 5 huelgas de hambres. Esos sucesos sumaron 171 fugas de presos, 14 fallecidos y 42 heridos . 

Observatorio Venezolano-07

El OVP también advirtió en el informe anual que debido al carácter temporal de la detención que se produce en los calabozos de policía, éstos no cuentan con la infraestructura necesaria ni con las medidas de seguridad adecuadas, así como tampoco cuentan con la formación penitenciaria del personal de custodia para recibir las visitas de los familiares de los reclusos, razón por lo cual en la actualidad no hay un criterio uniforme para la regulación de este derecho fundamental de los privados de libertad.

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