Cumbre de las Américas tendrá que escucharnos por María Corina Machado
Cumbre de las Américas tendrá que escucharnos por María Corina Machado

CumbreA

 

A un bien aceitado sector de la OEA no le agrada escuchar a los venezolanos cuando se trata de democracia y la defensa de los derechos humanos. Lo sé por experiencia propia.

Hace un año entré al salón Simón Bolívar de la sede de la OEA en Washington a una reunión ordinaria del Consejo Permanente, donde estaba prevista en la agenda mi intervención.

Venezuela vivía días de profunda agitación, con masivas protestas en las calles, que Maduro ordenó reprimir brutalmente por fuerzas civiles y militares y bandas paramilitares. Decenas de muertos, centenares de heridos y detenidos, numerosos casos de tortura, de estudiantes en su mayoría. En su nombre debía hablar yo ese día. Once países votaron para escuchar las denuncias, pero 22, presionados por el representante de la dictadura venezolana, Roy Chaderton Matos, optaron por el secreto. (Lea: Los juegos de guerra de Nicolás Maduro ante las sanciones de EE. UU.)

Primero votaron para excluir el punto de la agenda. Trataron de suspender la sesión, pero, finalmente, gracias a la digna y consecuente representación de Panamá, pude hablar brevemente, siguiendo un procedimiento acostumbrado en la Organización, como en otra ocasión lo hicieron Nicaragua, Panamá y, más recientemente, Honduras, precisamente desde la silla de Venezuela. No quisieron escuchar al pueblo venezolano que sufría, hace un año, como sufre hoy.

Esta semana se reúne la VII Cumbre de las Américas, en medio de esfuerzos diplomáticos para que “el tema venezolano” no “enturbie” la agenda. Ese “tema”, objeto durante años de la más cruel y culpable indiferencia de las democracias del hemisferio, prefieren eludirlo, y consideran que el desarrollo sustentable, el avance de las nuevas tecnologías y la presencia de la dictadura cubana son más urgentes que la cruel y sistemática violación de DD. HH.

Ante el encuentro en Panamá, el régimen opresor y los ciudadanos en lucha cívica coincidimos en que la situación venezolana no sea ignorada. (Lea: Dos años sin Chávez y Venezuela sigue desplomándose)

Maduro aspira a cohesionar a sus aliados en un sentimiento antinorteamericano, en repudio a las sanciones impuestas a violadores de los DD. HH. Los ciudadanos aspiramos a ser escuchados en la OEA y a que la situación sea tratada a la luz de la Carta Democrática Interamericana.

Al regresar a Venezuela de la OEA, hace un año, el presidente de la Asamblea Nacional, teniente Diosdado Cabello, decidió, arbitraria e ilegalmente, expulsarme del Parlamento, acusándome de traición a la patria, alegando que había “aceptado un cargo de otra nación” al hablar en la OEA. Atropellando mi inmunidad, me impiden ejercer mis funciones parlamentarias, desacatando la soberanía de mis electores; me imputaron por conspiración y me prohíben salir del país.

Desde que hablé en la OEA, en Venezuela han asesinado a más de 25.000 personas, encarcelado a líderes opositores, sindicalistas, comerciantes, tuiteros y estudiantes; censurado y cerrado medios de comunicación y obligado a empleados públicos, militares, presos comunes y niños a firmar contra las sanciones impuestas a violadores de los Derechos Humanos.

Hoy, reconocidos demócratas del mundo elevan con firmeza su voz por la libertad de los presos políticos y de todos los venezolanos. La evidencia del carácter tiránico y corrupto del régimen es abrumadora.

Es una dictadura militar militarista, vinculada con el narcotráfico y el crimen organizado internacional, dispuesta a todo para preservar su poder. La OEA lo sabe y si otra vez se niega a escuchar a los venezolanos quedaría claro que Chávez habría logrado su declarado propósito: destruirla. (Lea: Las propuestas que llevará Santos a la Cumbre de las Américas)

Así como los venezolanos tendremos que reconstruir nuestro país y sus instituciones, a los americanos nos tocará reinventar a la OEA.

Manifiesto de 21 expresidentes

Al menos 21 expresidentes de América Latina y España entregarán en el marco de la Cumbre de las Américas, que comenzará este jueves en Panamá, una declaración conjunta con la que exigen la liberación inmediata de Leopoldo López, Antonio Ledezma y Daniel Ceballos. También solicitarán el respeto por los DD. HH. y las libertades democráticas. La declaración, liderada por el colombiano Andrés Pastrana, cuenta con el apoyo de José María Aznar de España, Felipe Calderón de México, Jorge Quiroga de Bolivia y Óscar Arias de Costa Rica, entre otros.

 

@MariaCorinaYA

El Tiempo