Abuelos en Trujillo: “Firmamos para salir de la crisis de hambre y muerte”
Abuelos en Trujillo: “Firmamos para salir de la crisis de hambre y muerte”

cronicass

Erasmo Floreani es un italiano que llegó a Venezuela por Puerto Cabello el día de la toma de posesión del presidente Rómulo Gallegos, el 15 de febrero de 1948. Tenía 24 años cuando salió de su país de origen por la crisis de la post guerra. Europa estaba destruida, su pueblo ubicado al norte de Italia, a unos 80 km de Austria, fue arrasado por los alemanes.

Floreani viajó 20 días en barco hasta pisar tierra firme, dejando atrás el dolor de la muerte, el ruido de las balas, la explosión de las bombas. Venezuela sería su nueva casa, su madre adoptiva. El muchacho no perdió tiempo, se dedicó a la construcción y desde entonces ha sido testigo de los vaivenes de los políticos, de la dictadura, la democracia y las crisis.

Tres años después, en 1951, Erasmo se trajo a su prometida. Iva llega a Venezuela de los brazos de su amor, juntos construyeron una familia de tres hijos. Valera, en el estado Trujillo, es la ciudad de los encantos. Trabajaron para salir adelante. La pareja que conoce de cerca la maldad de los dictadores anhela que el país salte del desastre socio político.

Erasmo, a 91 años e Iva a sus 94 no querían ser solo espectadores, sino protagonistas del cambio de sistema político que reclama el país. Los abuelos que tienen 67 años en Valera agarraron sus bastones para firmar por la activación del revocatorio y al quedar entre los seleccionados por el CNE fueron a poner sus huellas.

“Queremos revocar”

La pareja, que quiere ejercer sus derechos políticos, expresó a sus hijos el deseo de revocar la mala gestión gubernamental. Erasmo está lucido, y habla de su país natal, de su tierra adoptiva con claridad. Lamenta que Venezuela este en manos de unas “personas que han destruido casi un siglo de trabajo, de esfuerzo”.

El país tuvo una generación de políticos de alto perfil. “Hoy el ejercicio del poder es una vergüenza, no es para servir sino para ofender, descalificar e improvisar”, describió Erasmo. -Los venezolanos queremos salir de la crisis de hambre, medicinas, muerte y pobreza, frenar el desastre nacional. Por eso Iva y yo vamos a revocar, firmaremos mil veces-, opinó.

Los abuelos, pese a sus limitaciones físicas, caminaron unos 200 metros para validar sus firmas en el punto de Valera. A las decenas de firmantes que estaban en la cola se les subió el ánimo al ver, en el tercer día del proceso validación, a una pareja de avanzada edad que no pierde la esperanza, que quiere el cambio en democracia y en paz.

Cintillo Pequeño