Baltazar Porras: El gobierno no tiene la voluntad de conversar
Baltazar Porras: El gobierno no tiene la voluntad de conversar

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Monseñor Baltazar Porras, arzobispo de Mérida, afirma que las acciones del presidente Nicolás Maduro y su gabinete son una muestra de la poca disposición que existe para abrir caminos de diálogo en el país. «El gobierno no tiene voluntad de conversar  ni respetar la autonomía de los poderes. El conflicto entre la Asamblea Nacional y el Tribunal Supremo de Justicia así lo evidencian», dijo Porras.

Recalcó que mantener instituciones del Estado al servicio del  Ejecutivo causa situaciones como las ocurridas durante la Semana Santa en el estado Mérida, donde  hubo una protesta de los habitantes de El Playón por el abuso de poder y fuerte represión que cometieron presuntos escoltas de familiares de la primera dama Cilia Flores y funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana.

«Esas personas sintieron que se les estaban irrespetando sus derechos. La actuación desmedida de los cuerpos de seguridad genera mayor desconfianza en los organismos públicos», agregó.

A pesar de esa situación, y ante el nuevo llamado al diálogo impulsado por el máximo jerarca de la Iglesia católica, el papa Francisco, las autoridades religiosas venezolanas se mostraron esperanzadas ante la posibilidad de que el gobierno y sus detractores pongan de lado sus diferencias y den prioridad a la solución de los problemas que afectan al país. «Me parece muy bien. En repetidas  ocasiones se ha llamado al diálogo y esa es una vía que nunca se debe agotar», señaló monseñor Jesús González de Zárate, obispo auxiliar de Caracas.

Porras añadió que Maduro no debe limitar sus reuniones con aquellos factores políticos y económicos que lo apoyan, sino, por el contrario, estrechar la comunicación con quienes lo adversan. «No se puede seguir negando la crisis. Cuando vemos las cadenas de radio y TV pareciera que viviéramos en un paraíso, pero en realidad lo que hay son colas. Aquí no hay capacidad para aceptar la  crítica», destacó.

El arzobispo de Mérida insiste en el diálogo como mecanismo para la solución de los conflictos. Es «viable y necesario», dijo.

Sugirió buscar puntos en común para lograr el entendimiento entre ambas partes y llamó a evitar que los involucrados pongan condiciones.

Pidió concentrar los esfuerzos en las situaciones que aquejan a la nación como es el caso de la escasez de alimentos y  medicamentos, la inseguridad y el dominio de los pranes en las cárceles.

«La sociedad nos obliga a no esperar que el país se nos caiga encima y que nos matemos los unos a los otros. Hay que pensar en que el bien común está por encima de lo intereses propios», señaló.