Datos oficiales y estudios de encuestadoras confirman que la escasez es un problema que se instaló en la vida de la población desde hace meses. En la caída en la producción y el recorte en las importaciones, ambas confirmadas por el BCV, están las causas fundamentales para explicar las dificultades que hoy sufren los consumidores.

El presidente de la República prometió el 30 de diciembre que luego “del abrazo de fin de año” se anunciaría el nuevo sistema cambiario. Pero pocos días después el mandatario partió a China junto con los funcionarios que explicarían la medida. A falta de esos anuncios, el recién iniciado 2015 está marcado por las largas colas y el desespero de la población para comprar productos básicos.

En las principales ciudades del país se repite la escena: personas esperan durante horas en largas filas para adquirir una cantidad limitada de los bienes que buscan. Las redes sociales han sido los medios donde los usuarios han reportado la existencia de #anaquelesvacíos.

Desde el Gobierno nacional se insiste en que hay una “guerra económica” a través de la se ha alterado deliberadamente la producción y distribución de mercancía. Por estos días, algunos ministros también han denunciado una “campaña mediática” para confundir a la población.

“Una creación de zozobra por medios de comunicación, básicamente de redes sociales que no se corresponde a la realidad, estamos desplegándonos con todos los productos necesarios para abastecer la vida y la gente tiene que esperar que se pliegue el proceso de abastecimiento que es normal a principios de año, pero si hay medios de comunicación diciendo: todo se acaba, no hay abastecimiento, no viene más, la gente se desespera”, manifestó a medios de comunicación la ministra de Comercio, Isabel Delgado, durante una inspección que hicieron varios ministros al Abasto Bicentenario de Plaza Venezuela.

“Yo le pido que dejen la desesperación, tenemos capacidad y productos para todos, con calma, con paciencia, los anaqueles están full, esa campaña que tienen en las redes son campañas”, afirmó la ministra de Interior y Justicia, Carmen Meléndez.

¿Es nuevo el fenómeno de la escasez? Datos oficiales y estudios de encuestadoras revelan que la escasez se instaló en la vida de los venezolanos desde hace meses. El Banco Central de Venezuela (BCV) informó en febrero de 2014 que la escasez general en enero de ese año se ubicó en 28% y la de alimentos básicos fue de 26,2%, siendo el indicador más alto para el primer mes del año desde 2010.

Esa fue la última vez que el BCV divulgó el dato. «El índice de escasez lo debe tener el Gobierno, no es un índice político. Nosotros le estamos suministrando al Ejecutivo la información correspondiente. No queremos que los índices se conviertan en índices políticos que favorezcan a unos y perjudiquen a otros», dijo en marzo del año pasado el presidente del BCV, Nelson Merentes. Pero el problema no desapareció.

Encuestadoras como Datanálisis reflejan que desde mediados de 2012 el desabastecimiento es el principal problema para los venezolanos y la percepción de los ciudadanos con respecto al tema ha ido empeorando. El estudio Pulso al Consumidor, elaborado por la firma Datos, arroja cifras que apuntan en la misma dirección. Al cierre del tercer trimestre de 2014 los consumidores dedicaban quincenalmente hasta 12 horas para hacer la compra principal y adquirir todo lo que necesitaban.

El sondeo mostraba que las personas en promedio visitaban cinco establecimientos y hacían entre tres y cuatro horas de cola, siendo estas cifras superiores a las mediciones previas. En agosto de 2013 los ciudadanos recorrían 3,7 establecimientos; en noviembre de 2013 subió a 3,9 locales; en febrero del año pasado 4,1 puntos de expendio; y en mayo de 2014 llegó a 4,2 locales. Pero, ¿por qué persiste el problema?

Caída de la producción. El reporte sobre el rendimiento de la economía en 2014, emitido por el BCV, confirmó que la economía nacional atraviesa una recesión. De acuerdo al informe la contracción del primer trimestre fue de 4,8%, la del segundo trimestre llegó a 4,9% y la del tercer trimestre se ubicó en 2,3%.

Sólo en el tercer trimestre del año pasado, áreas clave de la economía como la manufactura o el comercio retrocedieron 4,4% y 9,5%, respectivamente. En el caso del sector manufacturero la situación es más grave.

La industria nacional acumula cinco trimestres consecutivos de caída. Los datos del BCV muestran que desde el tercer trimestre de 2013 la manufactura inició una contracción que no se detiene, lo que se ha traducido en una menor oferta de bienes y servicios al mercado, y en la incapacidad para satisfacer la demanda de la población.

Desde los distintos gremios empresariales se ha advertido la situación desde mediados de 2013, fecha a partir de la cual las liquidaciones de divisas para el sector privado se tornaron irregulares.

“Tenemos la sensación de cómo haber perdido el tiempo, el sector industrial estuvo operando al 50% de su capacidad”, afirmó Eduardo Garmendia, presidente de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria) en la rueda de prensa en la que hizo un balance de 2014.

El desplome de las importaciones. La caída de las importaciones es otro de los factores que explica la existencia de anaqueles vacíos. Entre enero y septiembre de 2014 las importaciones de bienes (valor FOB) sumaron 32.153 millones de dólares, cifra que representa un bajón de 19% con respecto a 2013 y de 22,5% en comparación a los 41.498 millones de dólares que totalizaron las importaciones de los primeros nueve meses de 2012, según el BCV.

Las compras al exterior de 2014 son las más bajas desde 2010 y fueron menores a las de 2008 cuando las importaciones llegaron a 36.280 millones de dólares entre enero y septiembre de ese año.

El sector privado es el que más sufre el recorte de las importaciones. En el tercer trimestre del año pasado las importaciones privadas retrocedieron 12,2% al caer desde los 7.740 millones de dólares en ese lapso de 2013 a 6.788 en igual período de 2014.

Pero hay más. Las compras al exterior realizadas por empresas privadas en los primeros nueve meses del año recién terminado sumaron 17.431 millones de dólares, cifra que representa una contracción de 21,8% y de 33,1% con respecto a 2013 y 2012, respectivamente.

La magnitud del recorte es de tal dimensión que la cifra correspondiente a los nueve primeros meses de 2014 es la más baja desde 2005, cuando las importaciones del sector privado fueron de 14.618 millones de dólares.

Ese descenso en la disponibilidad de divisas tiene dos consecuencias: menos materia prima para producir y una menor oferta de bienes terminados por parte de la empresa privada.

Factores estacionales. Desde el Gobierno nacional se ha minimizado el problema al señalar que cierto desabastecimiento es normal los primeros días de cada año porque las labores de producción y distribución disminuyen en diciembre.

Desde el sector privado también han mencionado este elemento, aunque sin dejar de advertir que no es la única causa. «No estamos diciendo que las cosas que están al cien por ciento bien, pero la primera semana de año siempre ha sido baja a nivel de inventarios, ya se está normalizando y a partir del día de hoy comenzamos a recibir mucho más productos», dijo el pasado martes Giovanni Malvestuto, director comercial de Makro, durante una reunión con el Ejecutivo nacional.

Luis Rodríguez, presidente de la Asociación Nacional de Supermercados y Afines, (ANSA), expresó en ese encuentro que «la situación ha pasado en años anteriores y en 10 o 12 días comenzará el abastecimiento normal de productos», dijo Luis Rodríguez.

Al cierre del año pasado, Fedecámaras emitió un comunicado de prensa en el que advertía a las autoridades que 2015 debía ser un año para “rectificar” y corregir las distorsiones y desaciertos en materia económica. “Es hora de que, entre el Gobierno Nacional y la sociedad venezolana, revirtamos la dirección que los asuntos económicos han tomado en Venezuela”, expresó la organización empresarial.