Por 1960 se descubrió en el mundo una enfermedad llamada el “Síndrome Holandés”, la cual surgió con el incremento de riqueza en los Países Bajos como consecuencia del descubrimiento de yacimientos de gas natural cerca del mar del Norte, lo cual distorsionó la economía luego de que se centrara en un solo sector, dejando olvidado el resto. Supongo que le pusieron el nombre por el país que la descubrió, porque ya para esa época en Venezuela, teníamos al menos 40 años con esa enfermedad desconocida que hoy en día nos tiene en agonía.
Una de las personas que me impulsó a la redacción de estos artículos fue el maestro Simón Alberto Consalvi, quien lamentablemente abandonó este mundo hace pocas semanas dejando un profundo vacio al llevarse su gran sabiduría y experiencia consigo. Cuando le comenté sobre el Capitalismo Emprendedor, tuve la fortuna de escuchar desde su perspectiva, la importancia de desarrollar estas ideas nuevas para combatir la enfermedad antes mencionada, ya que necesitamos estar preparados para la etapa terminal que nos viene pronto.
Solo en América hemos visto como se ha ido desarrollando en los últimos años la explotación de petróleo en Colombia, Brasil, Ecuador, México, Canadá, Argentina y para el 2017, según la Agencia Internacional de Energía (AIE), Estados Unidos (EE.UU.) superará a Arabia Saudita como el principal productor mundial de petróleo debido a una fuerte alza en la producción de crudo y gas no convencional, que llevaría al país a conseguir la autosuficiencia energética.
La disminución en los envíos a EE.UU., por más de que vendamos a China o India, pondrá a nuestra industria en jaque, ya que estos países más temprano que tarde, comenzarán a buscar proveedores más cercanos y sobre todo más eficientes, terreno donde lamentablemente nuestra industria se encuentra entre los peores puestos. Basta nombrar solamente la caída en nuestra producción de 401.000 barriles diarios entre 2008 y 2013, según la Vicepresidencia de Exploración y Producción de PDVSA para que nuestras alarmas se disparen. (Sobre el tema de la situación de PDVSA recomiendo la lectura del artículo de Andrés Rojas Jiménez publicado el 17 de abril 2013 en El Nacional, denominado ¨EE. UU. se despide del petróleo venezolano¨)
La gran preocupación que nos invade a algunos venezolanos, expresada en términos médicos, es que en este momento estamos en la etapa más aguda de nuestro “Síndrome Holandés”, pero aún superándolo en un corto o mediano plazo, debemos estar preparados para el tratamiento que nos llevará a la superación del mismo. Es ahí donde entra la necesidad de un nuevo modelo económico que nos ayude a rescatar nuestra economía nacional.
Como he insistido en mis artículos, la solución una vez superemos la crisis, es establecer el Capitalismo Emprendedor en Venezuela, desarrollando las “mipymes”, promoviendo los emprendedores y la innovación basándose en cuatro pilares principales como se describió en al artículo dedicado al Capitalismo Emprendedor 4/4. Pero en eso podremos pensar solo una vez superemos la enfermedad, primero debemos aguantar y sobrevivir para llegar hasta allá.
En los primeros cuatro meses del año 2013, prácticamente no se ha trabajado en el país, entre ferias, Carnavales, Semana Santa, luto, pre y post elecciones; nuestra economía y sobre todo, nuestra sociedad se encuentra literalmente detenida, desconcertada. Nuestros jóvenes han perdido cerca de un mes de clases, lo cual nos genera daños colaterales incalculables, ya que no sabemos cómo medir los problemas que se están causando en las generaciones venideras.
Venezuela se encuentra sumergida en un peligroso juego político que nos tiene viviendo bajo un toque de queda no oficial. Es el momento de que las familias aprovechen de fortalecerse como institución, deben afianzarse los valores, fomentar la discusión, analizar el exceso de información que hay en este momento y sobre todo verificar la veracidad de las fuentes para no caer en especulaciones inútiles.
Los niños y jóvenes deben mantenerse en preparación constante para combatir el ocio, es bien sabido que a este gobierno no le conviene un pueblo educado, por lo cual es responsabilidad de los padres mantenerlos educándose para minimizar el efecto negativo de esta situación que nos afecta a todos.
Emprender no es solo un verbo utilizado en términos de negocios, los emprendedores debemos encontrar nuevas formas de manifestar nuestra desaprobación hacia los atropellos, debatir e intercambiar ideas para combatir los abusos de poder a los que estamos siendo sometidos los que pensamos distinto.
No es el momento de sentirnos menos, todo lo contrario, somos más de siete millones de venezolanos y seguimos sumando gracias al descontento de quienes se han visto engañados por el ilegitimo y su pandilla. Venezolanos que se sienten traicionados al ver como en los últimos días han ido eliminando los valores que en catorce años su antecesor trato de sembrar y hoy desertan para sumarse a la opción de progreso, paz y unión que promovemos, en lo que dejó de ser la oposición para convertirse en la solución.
Tengan presente que estamos siendo protagonistas de nuestra historia contemporánea así que todos somos importantes para sacar a nuestro país de esta crisis que lo agobia. Tenemos que solidarizarnos con quienes están siendo perseguidos, trabajadores y líderes a nivel nacional y puntualmente el caso de Leopoldo López en Caracas y el del Alcalde Enzo Scarano, en el municipio San Diego del Edo. Carabobo, de quien puedo dar fe ha sido víctima junto con su familia de una persecución sin descanso durante los días posteriores a las elecciones, estos son solo algunos de muchos que necesitan nuestro apoyo.
Venezuela despierta con la guía de una serie de líderes que están dejando el pellejo por nuestro país, encabezados por Henrique Capriles, quien probablemente sea el primer político de nuestros tiempos en tomar medidas prudentes en vez de medidas populistas para sus seguidores, así que no bajemos la guardia.
Ánimo Venezuela, fuerza emprendedores, que el camino para superar nuestra enfermedad apenas empieza…
Ing. Luis Miguel Colmenares Márquez
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